Juan Ramón Jiménez: Biografía, Etapas Literarias y Legado Poético

Juan Ramón Jiménez: Biografía, Etapas y Legado

Juan Ramón Jiménez nació el 23 de diciembre de 1881. Hijo de Víctor Jiménez y Purificación Mantecón, quienes se dedicaban al comercio de vinos. Sus padres se trasladan a una antigua casa de la calle Nueva. Se traslada a Sevilla en 1896 para ser pintor, creyendo que esa era su vocación.

En 1900 se trasladó a Madrid y publicó sus dos primeros libros, Ninfeas y Almas de violeta. La muerte de su padre y la ruina familiar le causaron una honda preocupación, vivida intensamente a causa de su gran hipersensibilidad, y en 1901 sería ingresado con depresión en un sanatorio en Burdeos, regresando posteriormente a Madrid, al sanatorio del Rosario.

En 1902 publica Arias tristes y se traslada al domicilio particular del doctor Simarro. Ya en 1904 publica Jardines lejanos. En 1905 regresa a su pueblo natal por la muerte de su padre y los problemas económicos por los que pasaba su familia, residiendo en la calle Aceña. Este periodo coincide con la etapa de mayor producción literaria.

Seis años más tarde se traslada a Madrid, donde conoce a Zenobia Camprubí en 1913, de quien se enamora profundamente. En 1916 se casó con ella. Este hecho y el redescubrimiento del mar serían decisivos en su obra, escribiendo Diario de un poeta recién casado. Esta obra marca la frontera entre su etapa sensitiva y la intelectual. Desde este momento crea una poesía pura con una lírica muy intelectual.

En 1918 encabeza movimientos de renovación poética, logrando una gran influencia en la Generación del 27. A partir de 1931, la esposa del poeta sufriría los primeros síntomas de un cáncer que acabaría con su vida. En 1936 se vio obligado a abandonar España al estallar la Guerra Civil Española. Este momento marca en su obra el paso de la etapa intelectual a la etapa suficiente o verdadera.

En 1950 se vuelve a trasladar a Puerto Rico, dando clases en su universidad. En 1956, la Academia Sueca le otorga el Premio Nobel de Literatura mientras residía en Puerto Rico.

Platero y yo: Contexto, Temas y Estilo

La primera edición de Platero y yo es de 1914 y la definitiva de 1917. Es una narración que consta de 138 capítulos relativamente independientes entre sí. Los capítulos recogen vivencias de sus protagonistas a lo largo del año: el poeta y su burro.

Comienza en primavera y termina en esa estación. A lo largo de este periodo, las experiencias se ven enmarcadas por la luz, el sol, la noche, el tiempo y la naturaleza propia de cada estación. A pesar de ser un libro de lírica escrito en prosa poética, está inspirado en una realidad más bien cruda y concreta: la vuelta a Moguer, su tierra natal, después de unos años de ausencia.

Su pueblo ya no es lo que era, como tampoco lo es su familia y los negocios vinateros que detentaba. Es una época de crisis económica que aparece reflejada en las páginas del libro. Hay que decir que es cierto el hecho de que Juan Ramón poseyera un asno. Casi no hay nada inventado. En su casa existía un cobertizo donde se hallaba el pesebre de Platero. Las referencias al pueblo, a sus calles, a sus gentes, a sus paisajes y a sus historias son tan verdaderas como aparecen en el libro.

La sociedad de Moguer es vista con ojo realista y crítico. Las instituciones principales de la localidad son descritas con ironía, sátira y humor. El poeta busca la soledad: cualquier muchedumbre le produce disgusto. Huye de los espectáculos que provocan hipocresía: el domingo en la iglesia, la matanza y borrachera de las corridas de toros. Odia los actos de crueldad humana. A lo largo de la obra, hay una regular distribución de incidentes o situaciones de crueldad y bondad, violencia y paz, fealdad y belleza. No obstante, predomina lo positivo y el optimismo.

Características de la prosa de Platero y yo

• Los periodos oracionales son muy largos, con abundantes incisos y metáforas.
• El ritmo de la oración está modulado con efectos deliberados: brevedad, rapidez, lentitud.
• La descripción es impresionista, enumerando y adjetivando con gran expresividad.
• El rasgo fundamental es el cultivo permanente de la imagen poética.