Josefina de la Torre: Vida y Obra de una Figura Clave de la Generación del 27

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Español

Escrito el en español con un tamaño de 5,57 KB

Josefina de la Torre: Una Voz Polifacética de la Generación del 27

Biografía y Contexto Literario

Josefina de la Torre nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1907 y falleció en Madrid en 2002. Es una figura rica y polifacética: poetisa, novelista, cineasta, cantante lírica y actriz. Nace en el seno de una familia de gran tradición erudita y de talante liberal, lo cual contribuye a forjar una personalidad progresista y, sin duda, adelantada a su tiempo. Estéticamente estableció vínculos con la vanguardia hispánica, la poesía pura juanramoniana y con la Generación del 27, pero también vemos en sus versos influencias de poetas canarios como los modernistas Alonso Quesada y Saulo Morón.

Obra Literaria

El conjunto de su obra no es muy extensa. Destacan sus cuatro poemarios, piezas teatrales y algunos relatos breves.

  • Su primer poemario, **“Versos y estampas”** (1927), trata temas como el ámbito familiar, los recuerdos de su infancia y el mar.
  • Su segundo libro, **“Poemas de la isla”** (1930), insiste en su lirismo concentrado.
  • En 1968 publica **“Marzo incompleto”**, en el que reflexiona sobre cuestiones universales como el misterio de la vida, la soledad y el desasosiego. A este libro pertenece el poema que vamos a comentar.
  • Por último, a finales de los 80 aparece su cuarto poemario: **“Medida del tiempo”**.

Análisis del Poema de "Marzo Incompleto"

El tema principal del poema es la insatisfacción de la autora consigo misma, junto a la incapacidad de sentirse plena. La escasa aceptación de sí misma se observa en el verso inicial “me busco y no me encuentro”. En los cinco primeros versos, se concentra su descontento y desasosiego personal, incrementados por la ausencia del hijo añorado: “rondo por las oscuras paredes de mí misma”. Esta reivindicación del hijo que nunca pudo tener se explicita aún más en el desarrollo del poema, particularmente a través de los enunciados de los versos 8 y 9. Trata, pues, la autora, la temática “existencial” ante el anhelo de desarrollarse como mujer, y los versos restantes no hacen sino reiterar de modo paralelístico su desconcierto vital y así recalcar la primera idea del poema: “y rondo por las sordas paredes de mí misma”.

Métrica

Con respecto a la métrica del poema, se aproxima a la lira, pero presenta bastantes diferencias. Por ejemplo, en los cinco primeros versos, la métrica y rima se distribuyen de la siguiente manera: 7-, 14A, 14-, 14-, 7a. La única rima existente es consonante y debido a la repetición de la misma palabra. Por otra parte, del verso 6 al 13, son versos alejandrinos, es decir, de 14 sílabas, y solo riman en consonante los versos 7-8 y 11-12, por lo que se forman pareados. El resto de los versos del poema quedan sueltos, denominados versos libres.

Figuras Literarias

En cuanto a las figuras literarias, las más importantes son las metáforas puras que abundan en el texto, como por ejemplo: “oscuras paredes”, que hacen referencia a su útero o también como una introspección que se hace la autora; el sentimiento de tristeza y de insatisfacción personal que tiene la poetisa se refleja en “tinieblas”, ”noche” y “esquinas”; el sentimiento de soledad se encuentra en los términos “vacío”, “eco” y “silencio”; el hijo que no pudo tener es identificado mediante las imágenes “fruto”, “sonido”, “creación” y “universo”, mientras que ella, si hubiera sido madre, habría sido “tierra”, “esencia” y “armonía”. Y, finalmente, hace mención a la muerte con la “sombra”.

Solo hay cinco adjetivos en el texto y todos son epítetos (oscuras, torpe, desalentado, lento y sordas) ya que tienen un carácter ornamental, porque resaltan una cualidad del nombre y contribuyen a la función expresiva del lenguaje.

Formas Verbales y Vocabulario

Las formas verbales predominantes en el poema están en primera persona del singular en el tiempo de presente actual, ya que abarca acontecimientos pasados, presentes y futuros. Únicamente encontramos un tiempo en pretérito: pude, que alude al momento en el cual pudo haber sido madre, pero no lo fue. También, dos verbos en forma no personal, en gerundio, que poseen un carácter durativo al presentar la acción aún en desarrollo.

Con respecto al vocabulario, podemos comentar que el poema presenta un vocabulario coloquial, ya que es accesible para los lectores, pero tampoco cae en vulgarismos. Distinguimos varios campos semánticos, como el perteneciente a la oscuridad: oscuros, tinieblas, noche, sombra. También el campo relacionado con la soledad: “silencio, vacío, eco”. Por otra parte, localizamos antónimos textuales, como los que identifican a la autora: silencio, vacío en contraposición con los que identifican a su hipotético hijo: “sonido, creación, universo”. Además, el término “sombra”, que hace referencia a la muerte, contra “desgranarse”, que hace referencia a la vida.

Entradas relacionadas: