Josefina de la Torre: Desarraigo y Existencia en «Me busco y no me encuentro»

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Introducción a Josefina de la Torre y su Obra

El poema «Me busco y no me encuentro» pertenece a la obra Marzo Incompleto de la poetisa canaria Josefina de la Torre, publicada en 1968.

Josefina de la Torre nació en 1907 en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia artísticamente inquieta. Recibió influencias artísticas de su tío, Néstor de la Torre, y de su hermano Claudio de la Torre, quien fue un gran poeta y dramaturgo de la época. Este último la inició en el ámbito de la literatura y la impulsó como actriz mediante obras teatrales.

En esta autora podemos apreciar la influencia de varios de los grandes poetas de la época, sobre todo los integrantes de la Generación del 27, además de varios intelectuales de la Residencia de Estudiantes de Madrid, institución de la que se tuvo que trasladar para continuar con sus estudios. Josefina asumió un papel representativo en la renovación poética que supuso el grupo de escritores del 27. Los años de juventud de Josefina coinciden con la II República Española, una época de enormes avances para las mujeres, quienes buscaban su autonomía en la sociedad española.

Josefina de la Torre fue incluida en la Antología de la Poesía Española y en el año 2000 fue nombrada miembro de honor de la Academia Canaria de la Lengua. Falleció en 2002 en Madrid.

Marzo Incompleto: Contexto y Temática del Poema

Este poema forma parte de su tercer poemario, Marzo Incompleto, un libro íntimo, aunque con un tono más trágico, y en él se plantean temas como la memoria y el paso del tiempo.

El tema central del poema expresa el desarraigo de sí misma. La autora busca un sentido a la vida y se siente perdida, rodeada de oscuridad. Un sentimiento de insatisfacción es el motivo que la impulsa a expresar de un modo tan trágico su estado personal. El tema viene expresado, de forma reiterativa, en el título y en los versos uno y cinco, donde se sienten frustrados sus deseos naturales. No pudo tener hijos, y este hecho marcó un momento decisivo en su creación. Esta frustración personal la vemos reflejada en versos como: «Rondo por las oscuras paredes de mí misma», o en los versos ocho y nueve: «Y no pudo ser tierra, ni esencia, ni armonía, que son fruto, sonido, creación, universo». Se trata de una preocupación de carácter existencial, pues la poetisa se siente frustrada por su incapacidad de ser mujer (en el contexto de la maternidad).

Estructura y Métrica

En cuanto a la estructura del texto, la autora presenta el tema en los cinco primeros versos (la búsqueda de sí misma) y lo va repitiendo a lo largo del poema.

Métricamente, se trata de un poema de 13 versos, en los que se combinan versos de 7 sílabas (heptasílabos) con versos alejandrinos.

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