John Locke: Empirismo, Ley Natural y Origen del Gobierno Civil
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La Teoría Política de John Locke: Empirismo y Fundamentos del Gobierno
La teoría política de John Locke es consecuente con su postura filosófica: el empirismo.
La Negación de las Ideas Innatas
Un aspecto de fundamental importancia en la teoría empirista de John Locke es su negación de las ideas innatas. Cuando nacemos, nuestra mente está vacía, no posee contenido alguno. La prueba de ello la podemos encontrar en los niños, que a medida que crecen van adquiriendo conocimientos (gracias a la experiencia).
Uno de los argumentos del racionalismo a favor de la existencia de las ideas innatas era el supuesto consenso universal en torno a determinadas ideas, pero es rechazado por Locke afirmando que ni siquiera existen principios morales innatos, pues en tal caso todo el mundo los reconocería, y no ocurre así.
La Ley Natural: Fundamento del Orden Moral y Político
No obstante, la existencia de una ley natural constituye el fundamento del orden moral y político. Tal ley es un conjunto de principios racionales que protegen la vida, la libertad y la propiedad. Existe antes y por encima de cualquier gobierno y es dada por Dios en forma de reglas o preceptos para regular las acciones humanas con el fin de que la convivencia sea segura y pacífica. Su conocimiento, que no es innato, es fruto de la experiencia, la razón y la equidad común.
De hecho, la ley natural es definida por Locke como “lo que nos dicta la razón”, que al fin y al cabo es que no hagamos a los demás lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros mismos. No depende de gobiernos, religiones ni leyes escritas; es algo que simplemente es. No hace falta que un rey o un gobierno nos diga que es malo matar o robar; la razón nos lo dice. Si alguien roba o mata, está violando la ley natural.
El Estado de Naturaleza y los Derechos Naturales
Según el filósofo inglés, antes de que existieran los gobiernos, los humanos vivíamos en un estado de naturaleza, donde éramos libres e iguales y teníamos derechos naturales, de los que emanaban dos poderes:
- El de legislar (siempre conforme a tales derechos).
- El de castigar (a quien atente contra ellos).
Estos derechos son:
- Vida
- Libertad
- Propiedad
Son derechos que todos tenemos simplemente por existir. No pueden ser otorgados por estado alguno, pero sí obligatoriamente reconocidos. De modo que, aunque no existan los gobiernos, hay siempre una ley natural, que es el conjunto de principios y normas que existen por naturaleza y que todos los humanos podemos conocer usando la razón.
Del Estado de Naturaleza al Gobierno Civil
En el estado de naturaleza, cualquiera tendría derecho en justicia a castigar a quien viole la ley natural. Pero sin reglas claras, fijadas y establecidas en un código civil (una Constitución, por ejemplo) este estado de ley natural puede acabar en caos o en guerra de todos contra todos. Para evitar que todo fuera un “sálvese quien pueda”, los seres humanos deciden formar sociedades y establecer un gobierno.
Sin embargo, no se otorga un poder absoluto al rey o gobernante, sino un poder limitado basado en el consentimiento del pueblo. Por eso se forman gobiernos: para que haya leyes y jueces que hagan justicia de forma organizada. En contra de lo dicho por Aristóteles, la sociedad no es un fin exigido por la naturaleza humana, ni el estado es una institución natural.