James Watson: ADN, Racismo y Determinismo Genético

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La Importancia de la Forma del ADN

¿Por qué es tan importante la forma del ADN?

Porque no cualquier forma sirve para que la molécula de ADN se duplique y luego se divida, permitiendo así el desarrollo del ciclo celular y la mitosis, en la que de una célula madre se producen dos células hijas exactamente iguales a la original.

El Racismo en la Historia de la Genética

Hubo una vez un tiempo en la ciencia de la Genética donde el racismo estaba de moda. Si las características de los seres vivos se heredan, se pensaba que la inteligencia, la moral y otras cualidades intelectuales y éticas también podrían hacerlo. Así, desde sus inicios como ciencia establecida a principios del siglo XX, el racismo genético estaba bien visto. Cabe destacar que no había ninguna prueba científica que lo demostrara, ni siquiera existía una hipótesis ni línea de trabajo que apoyara tales afirmaciones. Simplemente, era una observación de la realidad social, que ignoraba voluntariamente el efecto del ambiente sobre estas características.

Charles Davenport y la Eugenesia en Estados Unidos

En Estados Unidos, donde el racismo ha estado institucionalizado hasta hace unos pocos decenios, y donde aún hoy persiste una base de sociedad racista en muchos lugares, existieron grandes genetistas dispuestos a defender estas ideas. Por poner un único ejemplo, Charles Davenport, profesor en la Universidad de Harvard, director del Cold Spring Harbor Laboratory, miembro de la Academia Nacional de Ciencias, fue un defensor a ultranza de la eugenesia, es decir, la mejora genética de la raza humana. Tuvo además importantes conexiones con instituciones y publicaciones de la Alemania nazi antes de la Segunda Guerra Mundial.

El Determinismo Biológico y su Relación con el Racismo

El determinismo biológico y genético (la idea de que todo está en nuestros genes y poco podemos hacer para cambiar) favoreció una teoría científica para el racismo. Todo ello se desmoronó cuando, basados en estos principios, se descubrió el terrible plan de los nazis para mejorar la raza humana. Muchos científicos se avergonzaron de sus posiciones anteriores, y todo esto fue cayendo paulatinamente en el olvido, más por motivos políticos que científicos.

El Resurgimiento del Determinismo Genético

Tras unos cuantos años, el determinismo genético está volviendo, probablemente de la mano de los descubrimientos en genómica y de la promesa de algunos científicos de identificar todos los posibles factores hereditarios de todas las características humanas. Paradójicamente, la acumulación del conocimiento sobre el genoma está provocando una vuelta a las antiguas hipótesis eugenésicas de mejora de nuestros genes. Y con esto, se vuelve a considerar los genes como la consecuencia de las diferencias entre diferentes grupos sociales, o razas.

Las Declaraciones Racistas de James Watson

Por ello, no sorprenden en absoluto las declaraciones racistas de James Watson sobre la presunta deficiencia de inteligencia de los negros. Watson es un científico de prestigio, codescubridor de la estructura del ADN, por lo que recibió el Premio Nobel en 1962. Fue profesor de la Universidad de Harvard, presidente del Cold Spring Harbor Laboratory (se puede acceder a su depósito de información sobre eugenesia), director del Proyecto del Genoma Humano… un currículo superior al de Davenport. Sin embargo, su mentalidad racista parece ser más fuerte que la sensatez que tanto cargo a lo largo de su vida le haya podido aportar, o superior a cualquier evidencia científica. Más bien, a la falta de evidencia científica.

Desmontando la Teoría de Watson

Se puede decir mucho para desmontar la teoría de Watson. Las “razas” humanas son solo producto de un puñado de genes, entre los que se encuentran los del color de la piel; las diferencias genéticas entre “razas” son mínimas y realmente no existe motivo genético para su existencia. La especie humana es relativamente moderna y bastante homogénea desde el punto de vista genético. Aunque la mayoría de los genetistas estaremos dispuestos a afirmar que la inteligencia depende de genes y que tiene seguramente un cierto componente hereditario, es probablemente la característica humana más moldeable que existe, y que depende fuertemente del medio ambiente (en particular, de la educación durante la infancia). Las diferencias de inteligencia entre clases sociales, “razas” o grupos humanos de cualquier índole, que pueden existir, son seguramente más debidas a infinidad de causas socioeconómicas, de posible solución, que a razones genéticas. Eso sin entrar a debatir sobre qué es lo que consideramos inteligencia y cómo la medimos.

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