Iusnaturalismo vs. Iuspositivismo: Orígenes, Fundamentos y Críticas

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Iusnaturalismo

El iusnaturalismo tiene su origen en el pensamiento griego, de donde fue tomado por los romanos y, más tarde, por el cristianismo. Se identifica el criterio absoluto de lo justo con la naturaleza, entendida ésta como algo constante, permanente y universal.

En el iusnaturalismo, los principios de justicia universal e inmutables, trascendentales y permanentes, conforman un derecho natural universal, absoluto e inmutable, que no solo coexiste con el derecho positivo e histórico, sino que precisamente es el criterio de validez y la razón de la obligatoriedad y de la obediencia a ese derecho positivo.

El iusnaturalismo entiende que existen unos principios ético-jurídicos absolutamente válidos, permanentes e independientes de la voluntad humana, que podemos conocer y debemos plasmar en el derecho positivo. Implica una constante crítica y reconstrucción del derecho positivo en un intento de trascenderlo y cambiarlo por otro más justo.

Estos principios son formulados y deducidos por la razón práctica, en base al conocimiento de la naturaleza humana, que es donde se refleja realmente el orden divino del creador. Todo aquello por lo que tenemos inclinación natural es comprendido por la razón como bueno.

El iusnaturalismo pretende evitar problemas leyendo en la naturaleza humana. Por ejemplo, del instinto de conservación deduciríamos la prohibición de matar. Y de la racionalidad del ser humano se derivarían otra serie de principios como la defensa del conocimiento de la verdad.

No todos los principios que formulamos leyendo la naturaleza humana se nos imponen con la misma fuerza o evidencia. De manera que será el derecho positivo de cada pueblo y en cada circunstancia histórica, el que determine su obligatoriedad y su obediencia.

El iusnaturalismo se presenta como una concepción basada en un entendimiento cristiano, trascendental de la naturaleza humana, válido solamente para quienes practican esta concepción religiosa.

Las polémicas de la reforma, con las guerras, hicieron ver la necesidad de buscar nuevos fundamentos sobre los que establecer un derecho natural que pudiera ser admitido por católicos, cristianos, paganos, luteranos, etc.

Si el derecho natural debe tener validez general para todo el mundo, dicen PUFENDORF y GROCIO, entonces surge el derecho natural racionalista, que se desarrolla en la Ilustración, cuya única diosa es la razón. El ser humano ya no es mero ejecutor de unos planes trascendentales y divinos, sino que pasa a ser auténtico artífice y constructor de su mundo. Es la razón la que construye dichos principios que aspiran a ser más universales si cabe y más inmutables que los propuestos por el iusnaturalismo cristiano trascendental. Se trata de un derecho tan común a todos los pueblos y hombres, que no toleran ninguna diferencia de tipo religioso. Es decir, estos principios tendrían validez aunque Dios no existiera.

Iuspositivismo

El iuspositivismo no está respaldado por un aparato negativo, y sobre todo porque, dada su vaguedad, no garantiza la seguridad y la certeza jurídicas. Por otra parte, el derecho natural no garantiza tampoco su efectividad.

Al no poder facultar al individuo que se sienta lesionado (lo que podemos llamar derechos naturales subjetivos) para recurrir jurídicamente a una instancia y obtener el resarcimiento del daño, es necesario que estos derechos estén positivizados, si no, no podemos interponer una demanda.

En esta línea, creemos que los principios de derecho natural no serían principios jurídicos, sino éticos de difícil demostración científica. Ahora bien, son principios muy dignos de ser tomados en cuenta por el papel que han jugado a lo largo de la historia. En cualquier caso, serían unos principios de justicia.

El punto culminante del iusnaturalismo se alcanza con la llegada del cristianismo, en torno al cual se configura ejerciendo un importante papel en Occidente. Esto llevó a que no fuera la naturaleza el criterio de bondad o de maldad, sino que dicho criterio quedaba constituido por los valores de una religión, del cristianismo, de entre los cuales se intentaba deducir lo que era natural y lo que no lo era.

Se incurre en la falacia naturalista que se utiliza constantemente contra el iusnaturalismo, en cuanto al iusnaturalismo desde el punto de vista religioso, introduce primero en la naturaleza lo que después extrae y deriva de ella: “las mujeres tienen hijos”, de ahí saltamos a “las mujeres deben tener hijos”.

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