Isabel II: Política y Militares en su Reinado
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Reinado de Isabel II: Evolución Política y Papel de los Militares
La Regencia de María Cristina (1833-1840)
María Cristina inicia su regencia con gobiernos absolutistas moderados (Cea Bermúdez), cuya reforma más importante es la división de España en 49 provincias. El descontento liberal y el estallido de la Primera Guerra Carlista la acercan al liberalismo moderado. Encarga a Martínez de la Rosa el Estatuto Real de 1834, una carta otorgada, no una Constitución, que deja insatisfechos a los progresistas, provocando levantamientos populares.
Tras la dimisión de Martínez de la Rosa, le sucede el progresista Mendizábal. Sus medidas principales son la ampliación del ejército para combatir a los carlistas y la Desamortización. Un retorno al liberalismo moderado provoca el Motín de los Sargentos de La Granja. Se forma un gabinete de liberales progresistas (1836-1837), presidido por Calatrava y con Mendizábal como Ministro de Hacienda. Implementan reformas que desmantelan el Antiguo Régimen:
- Abolición del Régimen Señorial
- Desvinculación de los mayorazgos
- Abolición de la Mesta y los gremios
- Abolición del diezmo
- Desamortización: disolución de órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la enseñanza y asistencia hospitalaria), con sus propiedades pasando al Estado para su venta en subasta pública.
También promulgan la Constitución de 1837, progresista con concesiones a los moderados.
Los moderados ganan las primeras elecciones de 1837 e intentan desvirtuar la legislación progresista de 1837. El enfrentamiento con los progresistas obliga a María Cristina a llamar al progresista Espartero para formar gobierno. Ante el rechazo a su programa, la regente dimite. Las Cortes eligen a Espartero como Regente.
La Regencia del General Espartero (1841-1843)
Se recortan los fueros vasco-navarros y se aceleran las ventas de bienes desamortizados. La revuelta en Barcelona, por la disminución de salarios, la subida de impuestos y un proyecto de acuerdo comercial librecambista con Gran Bretaña, precipita la caída de Espartero, quien bombardea la ciudad. En 1843, el pronunciamiento de Torrejón de Ardoz entrega el poder al partido moderado, liderado por el general Narváez. Espartero se exilia. Para evitar un nuevo regente, las Cortes adelantan la mayoría de edad de Isabel II, proclamándola reina a los 13 años.
La Década Moderada (1844-1854)
Los moderados, dirigidos por el general Narváez, instauran un régimen conservador, limitando las libertades progresistas, fortaleciendo el poder de la Corona y organizando una administración centralista.
Elaboran la Constitución de 1845, que recoge las ideas del moderantismo. Leyes y reformas completan el nuevo Estado moderado:
- Supresión de la Milicia Nacional, sustituida por la Guardia Civil.
- Reforma tributaria de Alejandro Mon, con impuestos directos e indirectos, destacando los “consumos”.
- Ley de Administración Local: el Rey elige a los alcaldes de municipios de más de 2000 habitantes y capitales; el Gobernador Civil elige al resto.
- Concordato de 1851: mejora las relaciones con la Iglesia, suspende la desamortización, devuelve bienes no vendidos, financia el culto y clero, establece el matrimonio canónico como único legítimo y reconoce el papel de la Iglesia en la enseñanza.
- Reorganización de la administración, creación del Tribunal Supremo y reforma de la educación.
Los problemas del gobierno moderado incluyen:
- Inestabilidad, con diferentes gobiernos en poco tiempo.
- Exclusión política y manipulación electoral, con la vida política centrada en la Corte y las “camarillas”.
- Especulación en los negocios, especialmente en la construcción de ferrocarriles.
- Segunda Guerra Carlista.
- Oposición de los liberales progresistas, que recurren a pronunciamientos.
- Autoritarismo del gobierno de Bravo Murillo (1852), que propone una reforma para fortalecer el ejecutivo y restringir el censo electoral.
El autoritarismo, la subida del precio del grano y la falta de libertad de expresión provocan descontento. Un sector de los moderados, liderado por el general O'Donnell, se alza contra el gobierno en la Revolución de 1854. El pronunciamiento de Vicálvaro lleva a la creación de la Unión Liberal. El Manifiesto de Manzanares reclama reformas. La revolución se generaliza, el gobierno moderado dimite y la reina entrega el poder a Espartero, quien pacta con O'Donnell.
El Bienio Progresista (1854-1856)
Se convocan Cortes para una nueva Constitución (no nata de 1856). Se implementa un plan de reformas económicas para la burguesía urbana y las clases medias, incluyendo la Ley de Bancos y Sociedades de Crédito. Destacan:
- Desamortización de Madoz (1855): reanuda la venta de bienes del Clero, del Estado, órdenes militares, cofradías, instituciones benéficas y ayuntamientos.
- Construcción del ferrocarril con la Ley General de Ferrocarriles (1855).
Las reformas no mejoran las condiciones de vida de las clases populares, generando conflictividad social y crisis económica. Se producen levantamientos y la primera huelga general en Barcelona. Espartero dimite y la reina confía el gobierno a O'Donnell, quien reprime las protestas.
Alternancia en el Poder (1856-1868)
Se inicia un periodo de alternancia entre la Unión Liberal y el Partido Moderado. Entre 1856 y 1863, la Unión Liberal, con O'Donnell, controla la vida política. Se anula la legislación progresista, se frena la desamortización, se anula la libertad de imprenta, se restablecen los “consumos” y se suprime la milicia nacional.
La prosperidad económica, con la construcción de ferrocarriles, el desarrollo textil catalán y la siderurgia vizcaína, permite gobernar sin problemas. Se lleva a cabo una política exterior activa y agresiva.
Desde 1863, se suceden gobiernos inestables y autoritarios, presididos por O'Donnell o Narváez. Hay escándalos de corrupción electoral y crisis económica. Se producen graves acontecimientos políticos, como los sucesos de la Noche de San Daniel y la sublevación del cuartel de San Gil.
En 1866, el Pacto de Ostende (progresistas y demócratas), al que se unen los unionistas tras la muerte de O'Donnell, busca el destronamiento de Isabel II. Este pacto establece las bases para la Revolución Gloriosa de 1868.