Inventos Clave de Quevedo, Da Vinci y Arquímedes: Innovación a Través de la Historia

Leonardo Torres Quevedo: Un Pionero de la Ingeniería y la Automática

Leonardo Torres Quevedo nació en Santa Cruz de Iguña (Cantabria) en 1852. Estudió en la Escuela Oficial del Cuerpo de Ingenieros de Caminos de Madrid. Dedicó su vida a la investigación en aeronáutica, automática, ingeniería y matemáticas, siendo uno de los mejores matemáticos e inventores de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Además, fue voluntario en la defensa de Bilbao contra el asedio carlista.

Se graduó en 1876 y ejerció brevemente su profesión en los ferrocarriles, antes de realizar un viaje por Europa. A la vuelta, se dedicó a una variada actividad científica e inventora. Su mejor invento, además de ser el más conocido, fue el diseño del primer transbordador (a menudo mal llamado "teleférico") apto para personas. Aunque hubo un intento previo en 1887 en San Sebastián, el más popular fue el transbordador sobre el río Niágara.

Otros de sus inventos fueron el Telekino (el primer aparato de radiodirección), calculadoras digitales, el puntero láser y la máquina de escribir de Torres-Quevedo.

Inventos de Leonardo da Vinci: Genio del Renacimiento

Escafandra de Da Vinci

Su fascinación por el mar impulsó muchos diseños encaminados a la exploración acuática. Su traje de buceo estaba hecho de cuero y se conectaba a una manga de aire fabricada con cañas y a una campana que flotaba en la superficie. Además, el traje llevaba una bolsa para que el submarinista pudiera orinar. A la cintura tenía atados dos sacos de arena a modo de lastre. Para controlar la flotabilidad, sobre el pecho se abría un gran depósito de aire que cumplía la función del jacket. Cuando se vaciaba, el peso de la arena hacía descender al buzo.

El Odómetro: Antecesor del Cuentakilómetros

Un odómetro es un dispositivo que indica la distancia recorrida en un viaje por un automóvil u otro vehículo. Es un invento ideal para medir distancias en terrenos desiguales. Da Vinci inventó una carretilla de medir distancias. Cada 1,5 m, un eje da una vuelta y la rueda vertical avanza uno de sus 30 dientes; cada 45 m, esta mueve la rueda horizontal y cae una canica a la caja. Este mecanismo es el predecesor de los actuales medidores digitales.

Inventos de Arquímedes: El Legado de la Antigua Grecia

Tornillo de Arquímedes

Hierón II encargó a Arquímedes el diseño de un enorme barco, el Siracusia, que construyó Arquias de Corintio bajo su supervisión. El barco podía ser usado para viajes lujosos, transportar suministros o como barco de guerra. Su nombre fue cambiado al de Alejandría cuando fue enviado como regalo al rey Ptolomeo III. El Siracusia fue el barco más grande de la antigüedad clásica. Debido a que un barco de estas envergaduras dejaría pasar grandes cantidades de agua a través del casco, el tornillo de Arquímedes, un mecanismo con una hoja con forma de tornillo dentro de un cilindro, fue inventado para extraer el agua de la sentina.

La Garra de Arquímedes

Los romanos acercaban todo lo que podían los barcos al muro para enganchar sus escaleras a las almenas con el fin de conquistar Siracusa. Entonces, la garra de Arquímedes, que era un brazo del que pendía un enorme gancho, agarraba y levantaba el barco de la proa para que se inundase la popa. De esa forma, retrasó la conquista de la ciudad de Siracusa.

La Corona Dorada y el Principio de Arquímedes

Arquímedes inventó un método para determinar el volumen de un objeto con una forma irregular. Hierón II ordenó a Arquímedes determinar si su corona estaba hecha solo de oro o si, por el contrario, también llevaba plata. Arquímedes tenía que resolver el problema sin dañar la corona. Mientras se daba un baño, notó que el nivel del agua subía cuando entraba y así se dio cuenta de que ese *efecto* (el desplazamiento del agua) resolvería su problema. Al sumergir la corona, se desplazaba una cantidad de agua igual a su volumen. Al dividir el peso de la corona por el volumen de agua desplazada, se podría obtener la densidad de la corona. La densidad de la corona sería menor si se hubieran añadido otros metales menos densos que el oro.