Introducción a la Filosofía: Preguntas Fundamentales sobre el Ser y la Realidad

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¿Cómo orientarnos?

Los seres humanos nos encontramos en medio de un mundo sin haber pedido venir a él. Nos vemos obligados a relacionarnos con las cosas que nos rodean, a buscarnos la vida y a decidir cómo queremos vivir. Necesitamos orientarnos y cuando no lo podemos hacer, todo lo que nos rodea aparece como un caos, un conjunto desordenado sin sentido. Hemos sido arrojados al mundo sin que nadie diga lo que tenemos que hacer y sin que nos hayan dado la brújula para orientarnos en él. Lo que nos caracteriza como humanos es que cada uno hemos de decidir y construir por nosotros mismos la vida que queremos vivir y de la que somos los principales responsables, y en estas circunstancias, como el caminante que se pierde en el bosque, no queda más remedio que preguntar. El asombro también nos provoca necesariamente la pregunta. Para que el mundo que nos rodea deje de ser caos, un conjunto de cosas y estímulos sin sentido, y se convierta en un cosmos, hogar habitable por el ser humano y bello, no tenemos más remedio que buscar respuestas a las grandes preguntas que todos nos hacemos sobre el sentido de lo que existe y nuestra propia vida.

¿Qué hace que una pregunta sea filosófica?

Las preguntas filosóficas poseen ciertas características distintivas:

  • Son radicales: cuestionan las cosas en su raíz.
  • Cuestionan lo evidente, cuestionan y someten a crítica las opiniones dominantes.
  • Buscan razones.
  • Son universales: se refieren a aspectos fundamentales de la existencia que conciernen a todos los seres humanos.
  • Son abiertas: no tienen una respuesta única y definitiva, sino que invitan a la reflexión y al debate.
  • Buscan respuestas que se han de dar en procesos de diálogo.
  • Surgen de la necesidad que los seres humanos tenemos de dar sentido a nuestra experiencia.

¿En qué coinciden todas las cosas?

Nos encontramos rodeados de muchas cosas con las que nos relacionamos y de las que nos ocupamos. Todas las cosas forman parte de nuestro mundo, y nuestro vivir consiste, como dice Ortega y Gasset, en relacionarnos con el mundo. Hemos de tener en cuenta que nuestro mundo no es solo una realidad objetiva independiente de nosotros. El mundo en que vivo es un mundo de significantes y no un mero agregado de cosas. De todas las cosas o entes podemos decir que existen, que son y que son esto o aquello. Pero en seguida surgen otras preguntas. ¿Qué es el ser? Para vivir y orientarnos en el mundo, debemos preguntarnos por el ser de las cosas. Aristóteles convierte en disciplina filosófica el estudio de los entes en cuanto entes, del ser en cuanto ser: la metafísica. A lo largo de la historia de la filosofía occidental se han distinguido tres enfoques dominantes en la pregunta por el ser:

  • La filosofía griega y medieval se ha ocupado sobre todo del ser en sí mismo.
  • La filosofía moderna se ha centrado más en el conocimiento del ser.
  • Desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, la filosofía se ha ocupado especialmente del análisis del lenguaje del saber.

¿Y si lo que hay no fuera más que materia?

Los primeros filósofos observaron las cosas que los rodeaban y se preguntaron si existía algún principio del cual proceden todas ellas y al cual vuelven. Por debajo de la pluralidad de las cosas, ¿existe una naturaleza común a todas ellas? Si conocemos en qué consiste la naturaleza de las cosas, podemos entender su funcionamiento y predecir los fenómenos futuros. Tales pensó que ese principio de la realidad era el agua; Anaxímenes el aire; Heráclito el fuego; Empédocles los cuatro elementos; Demócrito los átomos. Todos ellos consideraron que el sustrato último de la realidad tenía que ser material. Ese principio no podía haber surgido en un momento determinado en el tiempo ni desaparecer. No tiene sentido preguntar por el origen de algo que se considera lo primero. También se consideró que los fenómenos naturales están regidos por unas regularidades, unas leyes, una racionalidad y que no suceden por la voluntad caprichosa de seres ajenos a la propia naturaleza.

Teorías Materialistas

Las teorías que explican el origen de las cosas a partir de la materia se llaman teorías materialistas. El materialismo defiende que la materia constituye la única realidad y que a partir de ella, y debido a las leyes naturales, se explica todo lo demás: la vida, las ideas, etc. Siguiendo los planteamientos de Marx y de Engels, el materialismo dialéctico considera que la materia es el sustrato de toda realidad, tanto física como abstracta. Pero se trata de una realidad en la que todos los elementos están interrelacionados entre sí y en continuo desarrollo y evolución, una materia que es fruto de las oposiciones que se dan entre esos elementos.

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