Introducción a la ética: relativismo, ética socrática y ética profesional

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El relativismo moral

Si hubiera una verdad universal y necesaria, no existiría un problema ético. No obstante, la realidad nos muestra que esta verdad está lejos de ser evidente. La verdadera dificultad reside en aquellos que optan por la facilidad y la conveniencia de un postulado extremo. Por un lado, el dogmatismo, con verdades que no necesitan ser demostradas, encuentra su vertiente más brutal en el fundamentalismo. En el otro extremo aparece el relativismo ético, donde la verdad no existe y solo queda lo conveniente.

Cuando un grupo humano debe organizarse para vivir en conjunto sin un trasfondo moral, sin un conjunto de principios que se consideren universalmente válidos, las conveniencias individuales pueden generar un caos. Si todo es relativo y la subjetividad define lo que es bueno para cada sujeto, seremos islas que solo se relacionarán con otras en función del poder y la propia conveniencia. Es el principio del amor a sí mismo, el más puro solipsismo.

Protágoras dice que el hombre es la medida de todas las cosas, es decir, no tiene sentido hablar de lo que las cosas son, sino de lo que parecen a cada uno. Relativismo moral: No cabe definir la justicia o el bien o los demás valores morales, sino que son buenas o justas aquellas acciones que así parezcan a cada uno.

Ética socrática

Sócrates centró su interés en la problemática del hombre. Sócrates entiende por alma nuestra razón y la sede de nuestra actividad pensante y ética. El alma es para Sócrates el yo consciente, es decir, la conciencia y la personalidad intelectual y moral.

Si el alma es la esencia del hombre, cuidar de sí mismo significa también cuidar la propia alma. El hombre se vale del propio cuerpo como instrumento, lo cual significa que son cosas distintas: el sujeto (el hombre) y el instrumento (el cuerpo).

Cuando definimos al hombre no solo podemos decir que es el cuerpo, sino que es también aquello que se sirve del cuerpo: el alma (la inteligencia) es la que se sirve del cuerpo.

La virtud del hombre es lo que hace que el alma sea como debe ser, de acuerdo con su naturaleza, es decir, buena y perfecta. Sócrates, de este modo, lleva a cabo una revolución en la tabla tradicional de los valores. Los verdaderos valores no son aquellos que están ligados al cuerpo, como la vida, la fuerza física o la salud, sino exclusivamente los valores del alma que se hallan incluidos en el conocimiento. Solo se convertirán en valores si se utilizan como lo exige el conocimiento, en función del alma.

La ética aplicada a las profesiones

La ética general avanza más en su propósito cuando pasa a la aplicación de su saber fundamental en campos concretos de la vida humana. La ética nos remite a la conciencia moral, la adecuada intención, a las actitudes y virtudes. Se trata de articular correctamente estas dimensiones personal y social aplicando los principios éticos descubiertos a los distintos ámbitos de la vida. Se hace indispensable la colaboración interdisciplinaria de expertos en ética y en la profesión de que se trate. La ética profesional debe establecer los principios y normas por los cuales ha de regirse la correspondiente profesión. La ética nos enseña no solo cómo el hombre debería teóricamente practicar el bien, sino a ser hombres y mujeres de bien.

Principios básicos en la ética profesional

Los principios morales son imperativos categóricos y formales de primer orden que:

  • Ayudan a entender lo que implica defender en cualquier tiempo y espacio. Iluminan aquellas formas de la práctica humana que pueden estar impidiendo o deteriorando la dignificación del hombre.
  • Ayudan a iniciar el proceso de la acción moral humana en orden a defender e incrementar la realización del valor ético máximo (la dignidad de la persona). Son los caminos o las vías por las cuales debe transcurrir el accionar ético para poner en práctica dicho valor.
  • Los principios éticos son formales, carecen de un contenido concreto, es decir, apuntan a un ideal ético abstracto que cada individuo tiene que discernir cómo ponerlo en práctica.

Principio de Beneficencia

El deber de hacer activamente el bien:

  • Se debe hacer el bien al menos no causando el mal o provocando un daño.
  • Se debe hacer el bien ayudando a solucionar determinadas necesidades humanas.
  • Y se debe hacer el bien a la totalidad de la persona.

Principio de Autonomía

Derecho a ser respetado en las decisiones que una persona toma sobre sí misma sin perjudicar a otros.

Principio de Equidad

Es la aplicación del principio general de justicia a la racionalidad interpersonal.

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