Intervenciones Clave en Cuidados Respiratorios: Fisioterapia, Aspiración y Oxigenoterapia

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Plan de Cuidados Respiratorios: Intervenciones Clave

Este documento detalla las intervenciones planificadas esenciales para prevenir, aliviar o eliminar problemas asociados con la insuficiencia respiratoria.

Fisioterapia Respiratoria: Mejorando la Función Pulmonar

La fisioterapia respiratoria comprende un conjunto de técnicas físicas diseñadas para facilitar la eliminación de secreciones bronquiales, reducir la obstrucción de las vías aéreas y mejorar la ventilación y los síntomas respiratorios. Un paso crucial es la fluidificación de las secreciones para facilitar su expulsión.

Técnicas Respiratorias Fundamentales

El objetivo principal de estas técnicas es optimizar el patrón respiratorio y aumentar el volumen de aire movilizado.

  • Ejercicios respiratorios controlados: Buscan aumentar el volumen de aire que entra y sale de los pulmones, enseñando al paciente a utilizar eficazmente el diafragma y otros músculos respiratorios.
  • Respiración con labios fruncidos: Técnica que persigue una espiración más lenta y controlada. Su objetivo es lograr una respiración más eficaz, aliviar la disnea (sensación de ahogo), promover la eliminación de dióxido de carbono (CO₂) y disminuir la frecuencia respiratoria cuando esta es excesivamente rápida.
  • Respiración diafragmática (o abdominal): Enseña al paciente a utilizar predominantemente el diafragma durante la inspiración, logrando una respiración más profunda y eficiente.
  • Estimulación de la tos y técnicas de expectoración dirigida: Maniobras para provocar una tos efectiva y facilitar la expulsión de mucosidad de las vías aéreas.

Técnicas Manuales en Fisioterapia Respiratoria

Estas técnicas son aplicadas por el fisioterapeuta para movilizar y drenar secreciones.

  • Drenaje postural: Consiste en colocar al paciente en posiciones específicas que, por efecto de la gravedad, facilitan el drenaje de las secreciones desde los segmentos pulmonares afectados hacia las vías respiratorias centrales (tráquea y bronquios principales), desde donde pueden ser expulsadas mediante la tos. Es crucial que la zona a drenar se encuentre en un plano superior al de los bronquios principales y perpendicular al suelo. Generalmente, se drenan primero los lóbulos superiores, seguidos de los medios y, finalmente, los inferiores.
  • Percusión torácica (Clapping): Maniobra que consiste en golpear rítmicamente con las manos ahuecadas sobre la pared torácica, en el área correspondiente al segmento pulmonar que se desea drenar. Esto genera una onda de energía que ayuda a desprender las secreciones adheridas a las paredes bronquiales.
  • Vibración torácica: Aplicación de una compresión suave y un movimiento vibratorio con las manos sobre la pared torácica del paciente, exclusivamente durante la fase espiratoria. Esta técnica ayuda a movilizar las secreciones hacia las vías aéreas de mayor calibre.

Espirometría de Incentivo: Fomentando la Expansión Pulmonar

La espirometría de incentivo es una técnica que utiliza un dispositivo (incentivador respiratorio) para ayudar al paciente a realizar inspiraciones lentas y profundas. Su finalidad es mantener una función ventilatoria óptima, favorecer la expansión completa del tejido pulmonar (previniendo atelectasias) y fortalecer los músculos inspiratorios.

Aspiración de Secreciones: Protocolo y Consideraciones

La aspiración de secreciones es un procedimiento invasivo que se realiza para eliminar mecánicamente las secreciones de las vías aéreas (nasofaringe, orofaringe, tráquea) cuando el paciente es incapaz de expectorarlas eficazmente. Se utiliza un aspirador portátil o una toma de vacío central.

Proceso Detallado para la Aspiración de Secreciones:

  1. Preparación del paciente y material: Colocar al paciente en posición de Fowler o semi-Fowler. Si está indicado y es posible, hiperoxigenar antes del procedimiento. Preparar el equipo de aspiración (aspirador, sonda del calibre adecuado, guantes estériles o limpios según protocolo, lubricante hidrosoluble estéril, suero salino estéril para limpieza).
  2. Higiene y protección: Realizar lavado de manos y colocarse los guantes. Seleccionar la presión de aspiración adecuada en el equipo (generalmente entre 80-120 mmHg para adultos).
  3. Introducción de la sonda: Conectar la sonda de aspiración al tubo del aspirador. Lubricar la punta de la sonda. Si el paciente está consciente, explicar el procedimiento. Introducir la sonda suavemente por la nariz, boca o vía aérea artificial (tubo endotraqueal, cánula de traqueostomía), sin aplicar succión durante la inserción (manteniendo el orificio de control de la sonda ocluido o la conexión pinzada) para minimizar el trauma mucoso. Avanzar hasta encontrar resistencia o hasta la profundidad deseada.
  4. Aplicación de la succión: Una vez posicionada la sonda, liberar el control de succión y aspirar de forma intermitente, aplicando succión mientras se retira la sonda con un movimiento rotatorio suave. Cada intento de aspiración no debe exceder los 10-15 segundos.
  5. Recuperación y repetición: Permitir que el paciente descanse y respire (reoxigenar si es necesario) entre cada aspiración. Valorar la necesidad de repetir el procedimiento basándose en la auscultación pulmonar y la saturación de oxígeno.
  6. Limpieza y finalización: Limpiar la luz interna de la sonda aspirando una pequeña cantidad de suero salino estéril entre aspiraciones si es necesario. Una vez finalizado el procedimiento, desechar la sonda y otros materiales contaminados según protocolo. Registrar el procedimiento, la cantidad y características de las secreciones aspiradas, y la tolerancia del paciente.

Oxigenoterapia: Fundamentos, Sistemas y Administración

La oxigenoterapia es una medida terapéutica que consiste en la administración de oxígeno (O₂) a concentraciones mayores que las presentes en el aire ambiente (21%). Su objetivo principal es tratar o prevenir los síntomas y las manifestaciones de la hipoxia (deficiencia de oxígeno en los tejidos) y compensar el déficit de oxigenación a nivel celular. La necesidad de oxigenoterapia puede surgir de diversas condiciones, como una ventilación alveolar inadecuada, enfermedades cardíacas o respiratorias crónicas, o alteraciones en la capacidad de transporte de O₂ por la sangre.

Valoración y Prescripción Médica

El oxígeno es considerado un fármaco y, por lo tanto, su administración debe ser prescrita por un profesional médico. La prescripción debe especificar la dosis (expresada como flujo en litros por minuto - l/min, o como fracción inspirada de oxígeno - FiO₂), el sistema de administración a utilizar y la duración del tratamiento. Está indicada fundamentalmente en pacientes que presentan hipoxemia (disminución de la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial, PaO₂), con el fin de aumentar los niveles de O₂ en los alvéolos pulmonares y, consecuentemente, mejorar la saturación de oxígeno en la sangre.

Sistemas de Suministro de Oxígeno

Existen diversas fuentes para proveer oxígeno medicinal:

  • Fuente central de oxígeno: Común en hospitales y otras instituciones sanitarias. El O₂ se almacena de forma centralizada (a menudo en grandes tanques de oxígeno líquido criogénico) y se distribuye a través de un sistema de tuberías hasta las tomas murales ubicadas en las habitaciones de los pacientes.
  • Bombona de oxígeno gaseoso comprimido: Cilindros metálicos de diversos tamaños que almacenan O₂ en estado gaseoso a alta presión. Son portátiles y se utilizan tanto en el ámbito hospitalario como domiciliario, especialmente para pacientes encamados, con movilidad reducida, o como sistema de respaldo o para traslados. Su duración es limitada por la capacidad del cilindro y el flujo prescrito.
  • Concentrador de oxígeno: Dispositivo eléctrico que toma el aire del ambiente, lo filtra para eliminar el nitrógeno y otros gases, y suministra un flujo de oxígeno concentrado (generalmente entre 90-95%). Ofrece la ventaja de no requerir recargas, proporcionando una fuente continua de O₂. Sin embargo, necesita una fuente de alimentación eléctrica, su portabilidad es limitada (aunque existen modelos portátiles más pequeños) y su eficacia puede verse comprometida si se requieren flujos muy altos. Ideal para uso domiciliario.
  • Oxígeno líquido: El O₂ se almacena en estado líquido a temperaturas extremadamente bajas (aproximadamente -183°C), lo que permite almacenar una gran cantidad de oxígeno en un volumen reducido. El sistema consta de un tanque nodriza (estacionario, para el domicilio) y una unidad portátil más pequeña (mochila o "stroller") que el paciente puede llevar consigo y que se recarga desde el tanque nodriza. Este sistema permite una mayor movilidad y autonomía al paciente, pero es más costoso y requiere un manejo cuidadoso.

Componentes y Dispositivos para la Administración de Oxígeno

Para administrar el oxígeno de forma segura y eficaz, se utilizan diversos componentes y dispositivos:

Equipamiento Asociado al Suministro

  • Manómetro y Manorreductor (para bombonas): El manómetro es un indicador que muestra la presión del O₂ restante dentro de la bombona (medida en unidades como kg/cm², psi o bares). El manorreductor (o regulador de presión) se acopla a la válvula de la bombona y reduce la alta presión del gas del cilindro a una presión de trabajo más baja y segura, apta para la administración al paciente.
  • Humidificador: Recipiente que se llena con agua destilada estéril. El flujo de oxígeno prescrito se hace burbujear a través del agua antes de llegar al paciente. Esto humedece el oxígeno, ayudando a prevenir la sequedad e irritación de las mucosas de las vías respiratorias, especialmente importante con flujos de O₂ superiores a 4 l/min o en tratamientos prolongados.
  • Caudalímetro (o Flujómetro): Dispositivo que se conecta al manorreductor (en bombonas) o directamente a la toma de oxígeno mural o del concentrador. Permite medir y regular con precisión el flujo de oxígeno que se administra al paciente, expresado en litros por minuto (l/min).

Interfaces de Administración al Paciente (Dispositivos de Entrega)

Estos dispositivos conectan al paciente con la fuente de oxígeno:

  • Mascarilla simple de oxígeno: Dispositivo de plástico transparente y blando que cubre la nariz y la boca del paciente. Se sujeta con una cinta elástica alrededor de la cabeza. Se utiliza para administrar concentraciones medias de O₂ (FiO₂ aproximada 0.35-0.50) de forma rápida y para tratamientos de corta duración. El flujo mínimo suele ser de 5 l/min para evitar la reinhalación de CO₂.
  • Cánula nasal (o gafas nasales): Tubo de plástico flexible con dos pequeñas puntas que se introducen superficialmente en las fosas nasales del paciente. Se sujeta pasando los tubos por encima y detrás de las orejas. Es cómoda, bien tolerada y permite al paciente hablar, comer y beber. Adecuada para administrar bajas concentraciones de O₂ (FiO₂ aproximada 0.24-0.44) con flujos de 1 a 6 l/min.
  • Mascarilla tipo Venturi (o de arrastre de aire): Diseñada para administrar una concentración de oxígeno precisa y constante, independientemente del patrón ventilatorio del paciente. Utiliza el principio Venturi, donde un chorro de O₂ a alta velocidad arrastra una cantidad fija de aire ambiente a través de orificios laterales. Vienen con adaptadores de diferentes colores, cada uno calibrado para una FiO₂ específica (ej., 24%, 28%, 31%, 35%, 40%, 50%, 60%).
  • Mascarilla con reservorio:
    • Mascarilla de reinhalación parcial: Similar a la mascarilla simple pero con una bolsa reservorio conectada, que se llena con oxígeno. Permite administrar FiO₂ entre 0.40-0.70 con flujos de 6-10 l/min. Parte del aire espirado (el primer tercio, rico en O₂) reingresa a la bolsa.
    • Mascarilla de no reinhalación: También con bolsa reservorio, pero equipada con válvulas unidireccionales que impiden que el aire espirado entre en la bolsa y que el aire ambiente entre por los orificios laterales durante la inspiración. Permite alcanzar las concentraciones más altas de O₂ (FiO₂ 0.60-0.80, incluso más) con flujos de 10-15 l/min, asegurando que la bolsa permanezca inflada.
  • Tienda de oxígeno (Halo o Campana de oxígeno): Estructura de plástico transparente que encierra la cabeza y, a veces, la parte superior del tórax del paciente, creando un ambiente enriquecido con oxígeno. Permite administrar O₂ a una concentración controlada. Se utiliza principalmente en neonatos, lactantes y niños pequeños que no toleran otros dispositivos, o en pacientes con traumatismos faciales o quemaduras.

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