Intervención en Trabajo Social: Evaluación, Proyecto y Contrato
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Niveles de Análisis en la Intervención Social
En el ámbito del trabajo social, es fundamental realizar un análisis exhaustivo de la situación antes de proceder a la intervención. Este análisis se puede estructurar en varios niveles:
- El nivel ocupacional: Se refiere al tipo de actividades desarrolladas (agricultura, sector terciario, etc.), las salidas laborales que se ofrecen a jóvenes, mujeres o personas desfavorecidas, los flujos migratorios y las actividades sumergidas.
- El nivel residencial: Se consideran aspectos como el estado de las viviendas (casas deterioradas), la presencia de zonas verdes y las construcciones populares.
- El nivel de la población: Se analiza la composición de la población en términos de sexo, edad, procedencia y estructura familiar (miembros de la familia).
- El nivel de los recursos: Se evalúan los servicios sociosanitarios disponibles, las asociaciones vinculadas, las opciones de tiempo libre, la educación y el voluntariado.
La Institución
La institución es el marco donde se desarrolla la intervención, y es crucial comprender sus posibilidades para implementar la metodología adecuada. La información institucional se almacena en la memoria por su relevancia en el proceso.
Según Bianchi, en su capítulo "Aspectos institucionales del proceso de ayuda de trabajo social", es importante evitar el "aplastamiento funcionalista de la labor del trabajador social". Esto implica que el profesional no debe limitarse por supuestas restricciones institucionales, sino que debe ejercer su criterio y capacidad de acción en la interacción directa con el usuario.
El Usuario
La información del usuario se recoge en el momento de la presentación de su solicitud o en el primer encuentro, a raíz de un señalamiento. Esta información incluye:
- Datos correspondientes al solicitante o a la situación señalada, incluyendo quién derivó al usuario o señaló la situación al servicio.
- Datos sobre la composición del núcleo familiar.
- La naturaleza del problema.
- El momento en que se manifestó el problema y qué fue lo que determinó la solicitud.
- Los sistemas significativos implicados en el problema o que se pueden utilizar como recursos (desde un marco sistémico).
- Otros problemas que el usuario haya afrontado en el pasado, especificando si fueron superados y cómo.
- Las expectativas existentes con respecto a la entidad y al trabajador/a social. Es importante que estas expectativas sean realistas para evitar frustraciones.
Evaluación y Proyecto de Intervención
El trabajador social no busca comprender la situación en función de sí mismo, sino en función del objetivo que persigue como profesional en el seno de una institución, y del mandato que se le ha otorgado (mandato institucional).
Se trata de una evaluación racional, no instintiva. No es un juicio sobre la situación o la persona, sino una correlación de informaciones sobre aspectos específicos de esa realidad observada y analizada. Esta evaluación conduce a la elaboración de un proyecto de intervención (la evaluación forma parte del diagnóstico).
Desde la óptica sistémica, la evaluación debe vincular de manera circular las informaciones recogidas, poniendo de manifiesto las influencias recíprocas entre los sistemas implicados en el problema. Esta es una operación delicada que pone en juego las premisas mentales y teóricas del profesional.
Mediante el análisis de la situación, el trabajador social podrá identificar los sistemas significativamente implicados en el problema y, durante la etapa de evaluación, seleccionar cuáles deben formar parte del proyecto y definir su papel como sistemas de acción u objetivos de intervención.
El Contrato
El contrato es una herramienta que permite definir con precisión y conocimiento los compromisos recíprocos que asumen el usuario y el profesional para llevar a cabo el proyecto de intervención.
El contrato debe ser el fruto de una relación equilibrada dentro de la tríada institución/trabajador social/usuario, evitando desequilibrios (alianzas y coaliciones) entre las parejas en que esa tríada puede ser descompuesta, salvo que sean temporales y con fines estratégicos.