Interculturalismo: Concepto, Origen y Aplicación en Sociedades Democráticas

Caracterización del Interculturalismo

El interculturalismo se define por las siguientes características:

• La cultura no es algo estático, sino que está en constante evolución y construcción.
• Reconocimiento y respeto por las diferencias culturales.
• Promoción de la igualdad entre diversas culturas.
• Fomento de la comunicación e interacción dinámica entre culturas.
• Implica relación, intercambio y diálogo para el enriquecimiento mutuo.
• Busca superar el etnocentrismo, aprendiendo de otras culturas.
• Supera el relativismo cultural, adoptando una visión crítica de lo que atenta contra la dignidad humana o los derechos humanos.
• Puede utilizar instrumentos como la mediación para la adaptación mutua.

Origen del Interculturalismo

El interculturalismo se relaciona con la inmigración y surge como una respuesta a las limitaciones del multiculturalismo, que presenta una sociedad de culturas yuxtapuestas sin interacción real. El término "interculturalidad" o "interculturalismo" busca reflejar la dinámica social y formular el objetivo de nuevas síntesis socioculturales. Durante los años 60 y 70, la expresión "multicultural" se usaba como sinónimo de "pluricultural". Sin embargo, recientemente se ha evidenciado que "multiculturalidad" puede reflejar una situación de estática social, simplemente la coexistencia de distintas culturas en una determinada formación social o país.

Interculturalismo como Superación del Multiculturalismo

La mayoría de los autores coinciden en que una situación intercultural es preferible a una multicultural. Frente a la simple coexistencia, el interculturalismo propone un proceso dinámico donde los grupos interactúan y se relacionan. Una sociedad multicultural y democrática no puede ser verdaderamente democrática si no transita de la multiculturalidad a la interculturalidad, asumiendo la interacción entre culturas como una vía para el enriquecimiento mutuo.

El paso del multiculturalismo al interculturalismo representa un avance significativo, ya que en este último se interactúa y se tiende a un pluralismo integrador.

Interculturalismo como Proyecto y Forma de Comportamiento

Más que una realidad, el interculturalismo es un reto para las sociedades democráticas. Representa una actitud permanente, una forma de ser y de actuar, un proceso, un proyecto y una aspiración cotidiana, tanto para las instituciones como para los individuos. Su puesta en práctica en la realidad no es sencilla y va más allá del idealismo teórico.

La interculturalidad no es un concepto abstracto, sino una manera de comportarse. No es una categoría teórica, sino una propuesta ética, una conducta. Más que una idea, es una actitud, una manera de ser necesaria en un mundo paradójicamente cada vez más interconectado tecnológicamente y, al mismo tiempo, más incomunicado interculturalmente. Un mundo en el que los graves conflictos sociales y políticos que las confrontaciones interculturales producen empiezan a ocupar un lugar central en la agenda pública de las naciones (Tubino).

Se necesitan políticas interculturales para aprender a vivir juntos con la plena participación de todos los individuos y de todas las culturas.

"Los contactos entre culturas han sido durante demasiado tiempo un espacio de confrontación. La interculturalidad pretende que, lo antes posible, se conviertan en un espacio de negociación, que debe tender a ser un espacio de cooperación, para acabar siendo simplemente un espacio de humanización…" (Rodrigo, 1997).