Institucionalización del Liberalismo en Galicia: Evolución Política y Social en el Siglo XIX
Enviado por Chuletator online y clasificado en Otras lenguas extranjeras
Escrito el en español con un tamaño de 64,63 KB
La Institucionalización del Liberalismo en Galicia
La Guerra de Independencia (1808-1814): La Lucha Contra los Franceses
El siglo XIX fue un período de larga transición entre la sociedad del Antiguo Régimen hasta la sociedad capitalista que eclosiona a principios de este siglo con la Revolución Industrial. Para el caso de Galicia se da una cierta oposición entre la capacidad de la sociedad para modernizarse en su integración en el sistema económico y político del Estado liberal.
Una de las manifestaciones más evidentes de las políticas asociadas al Antiguo Régimen comienza con el nuevo proceso político que supuso los inicios de la invasión francesa. El pueblo gallego estuvo bastante desorientado durante el mes de mayo del año 1808, año en el que sucede la proclamación de Murat, lugarteniente del reino hasta la llegada de José I, que fue aceptada e inicialmente asumida tanto por el Capital General como por la Real Audiencia, los procuradores de las siete provincias, el arzobispo de Santiago y los gobernadores militares de las tres plazas fuertes de la región (A Coruña, Ferrol y Vigo). Curiosamente, esta situación cambió ante la verdadera reacción popular, que sí que se opuso a la invasión francesa, siendo lo que determinó que estas mismas autoridades pasasen a liderar el movimiento de liberación nacional y a comandar el proceso de construcción del Estado liberal teórico que acompañaba al proceso.
El derrocamiento del estado y la decisión de no acatar al rey José I dio la espontánea creación de una serie de juntas a nivel local, provincial y regional que se oponen a la invasión francesa. Estas juntas esparcidas por la geografía española ejercían soberanía en nombre de un rey que no estaba presente. En el caso de Galicia el Capitán General creará la Junta Superior del Reino de Galicia, constituida oficialmente en Coruña el 25 de julio de 1808 y llegará hasta enero de 1809, que contará con un representante de cada una de las 7 ciudades principales. Esta junta asume todo el poder del reino y hasta enero de 1809 resisten a la invasión. La lucha militar contra los franceses se desarrolla entre enero y junio de 1809. El mariscal Soult comandando el gobierno francés... las tropas inglesas comandadas por John Moore y Crawford, llevando la ocupación de la región los franceses desde junio de ese mismo año. La invasión de Galicia por las tropas francesas fue rápida, la resistencia no fue muy dura pues el pueblo no estaba preparado para luchar contra un ejército preparado como era el francés. Entre el 9 y el 31 de enero se tomaron las ciudades de Lugo, Betanzos y Coruña. En A Coruña acontece una batalla muy conocida, la batalla de Elviña, primera plaza fuerte y militar que se funda en Galicia. A partir de estas tres ciudades se efectuó el control total de territorio con nuevas plazas fuertes como Ferrol, Pontevedra o Vigo.
La reconquista del territorio o guerra de liberación inicia inmediatamente después de la toma de Galicia por los franceses, y en ella participa todo el pueblo organizado en guerrillas, siendo estos grupos populares no entrenados militarmente pero que alcanzaron la victoria con algunas batallas. Estas guerrillas estaban lideradas por los llamados “capitanes de guerrillas” de origen hidalgo, clerical y militares retirados, y algunos se convirtieron en mitos populares, como Mauricio Pomposo, Juan Rosendo Arias o Bernardo González, alias Cachamuíña. Las consecuencias de la formación de las juntas y guerrillas fue que hay un momento de apertura con todos estos episodios que entregan mucha meritoriedad, pero lo que consiguen es una ruptura con el Antiguo Régimen y prepara el proceso de construcción del liberalismo, así como un fomento de la pluralidad ideológica, con la aparición de nuevos periódicos divididos entre liberales y absolutistas.
Los afrancesados gallegos eran gentes amigas del progreso, lo que determinó que muchos fueran profesores y burgueses, como es el caso de Pedro Bazán de Mendoza, Francisco Barrié o Gregorio Pastor. El modelo político que defendían estos afrancesados gallegos era un liberalismo centralizado frente al absolutismo, pero su programa no llegó a ser conocido en Galicia porque los seis meses de ocupación francesa no dieron para desarrollar esos proyectos de los afrancesados. A partir de ese momento los afrancesados acaban exiliándose, pero es cierto que la carga ideológica comienza a dividir Galicia entre dos vertientes en lucha: los liberales vs. los absolutistas. El absolutismo aparece como contestación ideológica y política contra los decretos de la Constitución de Cádiz. La Iglesia va a ser acordada y participará directamente en la conformación del absolutismo gallego como gran bloque ideológico frente a los liberales y que cuenta con fuentes de financiación como el cabildo de Santiago. Estos considerarán a los púlpitos como elementos de gran relevancia social para defender los seis postulados ideológicos como en el caso de Freire de Castrillón en periódicos absolutistas, y Fray Manuel Martínez, colaborador de estos periódicos.
En estas primeras cortes de Cádiz de 1810 Galicia envió 25 diputados entre los que figuraba José Alonso López o Luis Rodríguez del Monte, llegando este último a presidir las Cortes por su prestigio. En las elecciones a Cortes de 1813, cuando ya estaba decidida la guerra ideológica entre liberales y absolutistas el pleno alcanzó la mayor parte de los escaños de representación gallega con clérigos y absolutistas.
El Regreso de Fernando VII (1814-1833): Conspiraciones Liberales y Carlismo
Cuando Fernando VII regresa de Francia recibe el Manifiesto de los persas el 12 de abril de 1914, documento elaborado por los absolutistas que añoraban la vuelta del AR, pidiéndole al rey que defendiese sus valores y se negase a firmar la Constitución de Cádiz. A este manifiesto se unieron todos los representantes gallegos en las cortes excepto uno: José Mario de Guillade. Fernando VII acaba aceptando la vuelta al absolutismo y no jura la constitución de 1914 por lo que todo aquello proyectado en Cádiz fue neutralizado. En este punto los liberales de Cádiz consideraron imposible una revolución política sin previamente haber instigado una revolución social. La vuelta al absolutismo con el regreso de Fernando VII supuso la depuración y persecución de liberales y afrancesados en puestos administrativos y en la universidad. En la Universidad de Santiago fueron echados de sus cátedras como en el caso de Domingo Fontán, Joaquín Patiño o Juan Camiña. Cuando se reinstaura el absolutismo también fue reinstalada la Inquisición y las concesiones a los absolutistas (pensiones vitalicias) que llegaban a sumar los 500 ducados al año.
Desde 1808 hasta 1839 acontecen los enfrentamientos entre dos grandes corrientes ideológicas y políticas: liberales vs. absolutistas, que solo se vincularán al Carlismo tras la muerte de Fernando VII. Las ideas liberales perduraron en la clandestinidad, desarrollándose con menor rigor, sobre todo en villas y ciudades como A Coruña, gran bastión del liberalismo gallego. Estas ideas liberales estaban apoyadas por alguna alta nobleza vinculada con las procesiones liberales y también burgueses que tenían base en la zona urbana e incluso algunos hidalgos vinculados a profesiones liberales. En Galicia se dio algún pronunciamiento militar, siendo uno de ellos el de Díaz Porlier, El Marquesito en 1815, defensor del liberalismo constitucional que respetaba a la monarquía. Este lideró un levantamiento militar entre el 18 y 19 de septiembre de 1815, que acabó por fracasar el día 21, cuando fue ejecutado por alta traición.
Trienio Liberal (1820-1823)
El período absolutista tras la vuelta de Fernando de 1814 a 1820 estuvo lleno de conspiraciones y pequeños pronunciamientos por toda la geografía española, pero solo uno triunfó, el de Rafael del Riego, militar que se levantó en Cabezas de San Juan, Sevilla, el 1 de enero de 1820, determinando esto el inicio de este trienio constitucional o liberal. Los liberales gallegos se sumaron desde A Coruña y Ferrol al pronunciamiento, a parir del que también lo hicieron Pontevedra y Vigo, mientras que Lugo, Santiago, Ourense, Mondoñedo y Tui (ciudades episcopales) terminaron por ser sometidas para que se sumasen. El Gobierno, que consideraba controlado este pronunciamiento, se vio desbordado ante su éxito, que fue muy temprano en Galicia, teniendo así que terminar reconociendo su triunfo (el Marqués de la Reunión será el Capital General y el 9 de marzo se declarará a Galicia liberal dentro del Estado español. En Galicia fueron Antonio Quiroga y Félix Álarez Acebedo los principales líderes del movimiento abriendo camino a la verdadera instauración del liberalismo en Galicia, lo que termina con una declaración de guerra civil por los absolutismos, lo que se conoce como precarlismo. Este precarlismo estará caracterizado por una serie de contrarrevolucionarios procedentes de los absolutistas del siglo XVIII que organizarían las su reconquista desde las ciudades, villas y aldeas.
Tras el triunfo liberal de 1820 aparece el revanchismo, con una censura de periódicos absolutistas, una depuración del personal de la administración bajo la sospecha de ser absolutistas, se crean las Sociedades Patrióticas formadas por los liberales más radicales y representativos de la comunidad, encargados de gestionar la gestión y la conducta de las nuevas autoridades provinciales y municipales que se van a conformar. En este momento atendemos a la creación de nuevos periódicos y hay un nuevo nomenclátor de las calles, así como el restablecimiento de la Milicia Nacional con el objetivo de combatir los potenciales conflictos de levantamiento absolutistas. En 1820 se convocan las nuevas Cortes, con 17 diputados gallegos liberales. Entre las medidas liberales que van a afectar a Galicia el inicio de la división administrativa y jurisdiccional de España. Para el caso español y gallego esa división administrativa se siguieron criterios de oportunismo político. En este aspecto van a surgir las primeras divisiones provinciales. Hubo una polémica en cuanto a la división provincial en esta época, pero finalmente quedan fijadas las cuatro provincias que tenemos a día de hoy con A Coruña como capital por su apoyo al liberalismo en vez de Santiago.
En el caso de Vigo, esta propiciara más apoyo al liberalismo y sería elegida inicialmente, pero se eligió finalmente como capital de provincia Pontevedra por influencia de Domingo Fontán y su Carta Geográfica de Galicia, quien era diputado y consideraba que el punto equidistante de la provincia era Pontevedra y no Vigo. Fontán también defendía una 5ª provincia en la ciudad de Santiago, pero es cierto que Santiago ya tenía la capitalidad clerical, teniendo ya por sí misma su prestigio y no siendo necesaria finalmente una nueva provincia. En los casos de Lugo y Ourense, y a diferencia de los anteriores, estas ciudades no tuvieron rivalidad al respecto.
Otro cambio liberal fue la supresión de las órdenes religiosas, lo que provocó una gran conmoción social, compensada porque en estos momentos había otras cosas que favorecían a la población, como la supresión del diezmo. Con todo la implantación de las medidas liberales no fue fácil en el territorio gallego por el arraigo de las estructuras del Antiguo Régimen en la mentalidad social. Otra reforma bien acogida fue la nacionalización de ciertos bienes del clero, así como la eliminación de sueldos de más de 40 mil reales.
La Contrarrevolución o Precarlismo en Galicia
La contrarrevolución en Galicia comienza en las villas y grandes ciudades, pues el arzobispo de Santiago y los obispos de Galicia se oponían a todas estas medidas liberales por verse enormemente afectados. Los absolutistas comprendieron que era imposible defender sus ideas en los periódicos y en los púlpitos, por lo que se dieron cuenta de tenían que organizarse y recurrir a la violencia. En Tui se constituye la Junta Apostólica para contrariar al Gobierno de vinculación liberal y para luchar por la restitución al rey de su poder absoluto, además de apoyar el acuerdo del Congreso de Verona de 1822, es decir, asumieron el hecho de apoyar a un ejército francés liderado por el Duque de Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis para echar abajo al liberalismo.
En 1822 los realistas se organizan en partidas de guerrillas, que estaban constituidas por hidalgos (45%), clérigos (34%) y campesinos (20%). Había también sumados a estas partidas oficiales de ejército que buscaban volver a su oficio. Aunque no llegaron a convertirse en una gran amenaza para el sistema liberal, su implantación y desarrollo alcanzó dos objetivos: mantener a Galicia en un estado permanente de agitación social y obligar al ejército español a dispersarse en unidades muy reducidas impidiendo que se desplazaran para hacer frente a las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis. Las tropas francesas y realistas acabaron dominando Galicia a excepción de la ciudad de A Coruña.
Década Absolutista u Ominosa (1823-1833)
Nazario Eguía será el Capital General de Galicia en 1824, siendo este trasladado a la Real Audiencia y a la Capitanía General de Santiago para contar con el apoyo de los absolutistas. Fernando VII con una real orden el 20 de febrero de 1824 le va a encomendar al cuerpo de policía 2 objetivos: la seguridad pública y crear una red de informadores por toda Galicia con una retribución de 6.500 reales por informes de liberales (chivatos). También hubo represión contra militares que habían apoyado el liberalismo, que fueron purificados y apartados, también hubo una gran represión sobre los centros educativos, con la expulsión de profesores de la universidad, la implantación de Cabrera Ron como rector absolutista de la universidad y un gran cierre de universidades entre los años 29 y 32.
La conspiración liberal no desapareció, estaba implantada desde la guerra de independencia y desde ese momento prosiguió en la clandestinidad y de manera lenta, a pesar de la represión, con conspiraciones desde el exilio y desde el interior de manera clandestina. Los exiliados optaron, por regla general, por Inglaterra, como es el caso de Juana de Vega, Espoz y Mina o el General Quiroga. Otros marcharon a Portugal, Holanda y Francia. En el interior el objetivo era derrocar al monarca Fernando VII porque ya nadie confiaba en la posibilidad de restaurar el estado constitucional en su figura. Dentro de esta conspiración interior destacó un grupo liberal formado por voluntarios, “A Partida de Bordas” (A Mezquita), grupo que intentó oponerse en todo momento al absolutismo entre 1830 y 1832.
Precarlismo Gallego
La restauración del absolutismo estuvo hasta cierto punto bajo el control del ejército francés de la mano del Duque de Angulema. El objetivo del ejército era impedir que brotara de nuevo la revolución liberal e impedir los revanchistas de los absolutistas y mantener el status quo. Fernando VII se percató que en el absolutismo había un sector ultraconservador tan peligroso para el sistema como los liberales: los ultra absolutistas. Desde 1828 acontece una aproximación del absolutismo radical a Carlos Mª Isidro de Borbón, con un surgimiento oficial del carlismo, con Carlos como digno sucesor de Fernando VII. Todo esto va a entrar en una fuerte crisis cuando Fernando VII casa con su sobrina Mª Cristina de Borbón en 1929 y en 1830 nace Isabel II. El 29 de marzo de 1830, antes del nacimiento derroca la Ley Sálica e instaura la Pragmática Sanción, nombrando al futuro heredero como su hijo o hija.
La reina regente Mª Cristina va a iniciar una primera transición en la historia de España contemporánea hacia la implantación definitiva del liberalismo, pues se percató de que debe apoyar a los liberales si quiere que futuro de su hija sea el ser reina. La primera aproximación consistió en depurar del ejército y de la administración elementos ultrarrealistas y ultraabsolutistas; amnistía política, que permitió el retorno de muchos exiliados; la apertura de nuevo de las universidades, etc. A partir de este momento comienza a configurarse el verdadero grupo carlista, desarrollándose la primera de tres guerras. Continuarán igualmente ciertos líderes carlistas boicoteando el proyecto liberal, como serían Eguía o Zumalacárregui. Sucederá en este marco la Primera Guerra Carlista desde 1833 hasta 1839/40.
El Estado absoluto estaba firmemente asentado en Galicia por el clero, la hidalguía y la administración del Estado; pero también en Galicia las ideas de cambio e incluso las revolucionarias penetraron poco a poco a través de la burguesía y de la intelectualidad, pero estos eran los grupos sociales que menos implantación tenían en la sociedad gallega, observándose la Revolución Francesa desde las Cortes de Cádiz como una utopía por la incapacidad de anular a los sectores sociales que no habían sido eliminados como ultraconservadores. El clero fue un grupo que realmente acabó perdiendo en la revolución social, pero terminó liderando al carlismo, consistiendo su verdadera obsesión en no dejar que se desarrollase el Estado liberal.
En cuanto al pueblo gallego, este se mantenía sujeto al foro como forma de explotación de la tierra y, aunque fue perjudicado de forma negativa por la implantación del Estado liberal, también se vio beneficiado por la supresión del diezmo y la puesta en marcha de algún territorio clerical que ahora comenzaba a circular. Fue debido a esto que su posición fue bastante neutral e incluso apática, no apoyando al carlismo pero tampoco al proyecto liberal de forma real, centrándose en sus preocupaciones personales como subsistir.
Del Estatuto Real (1834) al Sexenio Revolucionario (1868-1874)
El desmantelamiento de la monarquía absoluta, como paso previo a la construcción del estado liberal tardó tres décadas para instaurarse en España, se hará efectiva entre 1833 y 1863, siendo este un proceso muy demorado en el tiempo. En 1833 comienza lo que se puede denominar como revolución liberal al fin del reinado de Fernando VII, que fue seguida de las regencias de Mª Cristina y de Espartero. Esta primera fase de la revolución se extiende hasta 1843, cuando se adelanta a los 13 años la mayoría de edad de Isabel II para iniciar su reinado efectivo. Entre 1843 y 1854 hubo sucesivos gobierno de corte moderado que alcanzan un afianzamiento a nivel político en el liberalismo doctrinario; asentándose en la Constitución de 1845 como texto fundamental. Además, se va a desarrollar la II Guerra Carlista entre 1846 y 1849.
A partir de 1854 y hasta el año de la exclusión de Isabel II en 1868 el moderantismo se irá acondicionando y pasamos una serie de crisis sucesivas dentro de los gobiernos moderado que ven al gobierno bienal progresista entre 1854 y 1856, momento en el que también se va a crear la Unión Liberal, liderados por O’Donnell y que existirá ate 1874, llegando a detentar el poder en varias ocasiones hasta 1863. Entonces, alcanzamos ya la crisis final del régimen isabelino cuando ella reacciona a las movilizaciones populares creando gobiernos cada vez más conservadores que acabaron provocando su expulsión.
Se va a alcanzar el tránsito al siglo XIX con el llamado Sexenio Democrático (68/74-5), momento de profundización en los postulamentos revolucionarios y de primeros pasos liberales democráticos en el país: Constitución de 1869 está considerada como la primera con trazos democráticos y desde este período encontramos el reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873). Este fue un rey no querido (votado en Cortes, paradójicamente) y acabó marchando por el mal entendimiento con el país y su población. En este momento se proclama la primera república, que llegó porque no se sabía qué hacer, no hay rey, la constitución dictamina que España es monárquica y, finalmente, se proclama una república por el Parlamento. Se considera que esta llegó en un momento en el que había muy pocos republicanos, por lo que se consideraba inviable su duración e instauración, que como sabemos, duró muy poco.
La Cuestión Sucesoria
La cuestión sucesoria de Fernando VII. En el año 1830 cuando Fernando VII lleva a cabo la Pragmática Sanción el 29 de marzo acontece la oficialización de que habrá un heredero o heredera y que será ese hijo o hija la heredera con plenos derechos. En octubre nace Isabel II pero las Cortes en junio ya juraban la Pragmática Sanción y consideraban legítimo que hubiera una reina. Esta votación contó con el apoyo del ejército y de la administración, incluso de la jerarquía eclesiástica. Con todo hubo un gran contrario: Carlos Isidro, hermano de Fernando VII que se posicionó en contra, ante lo que Fernando lo manda a Portugal expatriado. María Cristina de Borbón asume las funciones de regente en 1833, contando Isabel con 3 años de edad. Esta lleva a cabo una serie de acción que van a significar la apertura de la realidad española al liberalismo, por considerar el apoyo liberal crucial para la garantía de futuro de su hija. Esta será asesorada por los liberales de la época, pasando a apoyar estos la causa isabelina. Alguna de estas medidas que este llevará a cabo: se decretan la amnistía para exiliados liberales, renovación en los conceptos de personal administrativo, se abren las universidades, etc.
El Carlismo en Galicia
La guerra carlista en Galicia también hace una defensa del altar y del trono en la figura de Carlos Mª Isidro como heredero legítimo varón en la línea dinástica borbona. Esto creará una realidad desde la I Guerra Carlista. La regente pretendió avivar desde muy temprano la causa isabelina tildada de liberal, se llevará a cabo una depuración de los puestos militares y un control de la frontera con Portugal, en una tentativa de limitar al máximo la presencia de contingentes contrarrevolucionarios y absolutistas. En el caso de Galicia fue muy evidente esta renovación de cargos por la frontera con el país vecino. Pablo Murillo, conde de Cartagena, será el nuevo Capitán General de Galicia entre el 34 y el 37. Una de las destituciones que se hicieron en Galicia fue la de Pablo Murillo, gobernador de Tui.
¿Cuáles eran las bases sociales del carlismo en Galicia? Había tres grupos socio-profesionales: jornaleros, pequeños labriegos muy relacionados con la estructura de propiedad y explotación del régimen foral de la tierra, artesanos y urbanos, una sociedad con un alto índice de analfabetismo y les favorecía mantener el status quo que ofrecía el sistema foral. Los líderes del carlismo son miembros del clero y algunos hidalgos, y las razones fundamentales de este apoyo eran en parte dadas por una reacción natural ante los planteamientos que venían desde las Cortes de Cádiz y en el Trienio Liberal que atentaban contra las bases ideológicas del clero, como es el caso de la reducción del número de monasterios, la desamortización de bienes, la supresión del diezmo, etc. Los hidalgos que apoyaban el carlismo lo hacían porque el hecho de que continuase el sistema foral significaba que ellos seguían viviendo de las rentas sin ser propietarios.
No todos los hidalgos eran carlistas, es más había un grupo significativo que apoyaban las nuevas medidas liberales. En el caso de los segundones que ingresaban en el ejército o en profesiones liberales la llegada del liberalismo significaba el desarrollo económico y político. En el caso de la alta nobleza gallega su posición es la de expectantes, es decir, no se vinculó ni al carlismo ni en la defensa del liberalismo de forma directa. La posición de los labriegos y del campesinado: una parte apoyó el carlismo, pero no muchos, pues sus preocupaciones eran otras como la subsistencia y no tanto los temas políticos.
El pretendiente Carlos va a dirigir una proclama a los gallegos desde Portugal que curiosamente no tendrá éxito. En Galicia se va a imponer la estrategia de la guerra de guerrillas, táctica experimentada durante la Guerra de Independencia, en la que destacarán líderes carlistas como los hermanos Gómez (Fernando y Rosendo) en la zona de Monforte. Reunirán un pequeño ejército de 300 efectivos, pero los grupos guerrilleros carlistas proliferaron con fortuna en la tierra gallega pero no hubo realmente un apoyo considerable del carlismo en Galicia a pesar de ser una sociedad conservadora y manipulada por la Iglesia Católica. Las facciones más importantes fueron Melide, Arzúa, Betanzos, Chantada, Taboada, Tui, Lalín, A Estrada y Ourense. Francisco Martínez Villaverde era otro de los líderes carlistas en Galicia. El Convenio de Vergara del 29 de agosto de 1839 pone fin a la I Guerra Carlista, pero a mitad de año ya firmado el convenio sólo sobrevive en Galicia dos caudillos carlistas, por lo que el carlismo estaba totalmente desarticulado.
Durante la II Guerra Carlista acontece de 1846 y 1849, tuvo bastante representación en Lugo y en Santiago desde enero de 1847, con cierta presencia en la zona de frontera con Portugal con un grupo liderado por García; así como en la zona de Fonsagrada, importante zona desde la I Guerra Carlista. En las ciudades hubo algún grupo de defensores del carlismo pero pasaban muy desapercibidos. En Galicia no se alcanzó un ejército fuerte en esta segunda guerra.
El Régimen del Estatuto Real (1834)
María Cristina de Borbón hizo ciertas concesiones para asegurar la sucesión del régimen en su hija, cuestionada por absolutistas y carlistas y los liberales más conservadores. Esto pasaba por la proclamación de una monarquía constitucional, pero ¿Estaba España preparada para tener una Constitución? La prisión del carlismo significa constante Guerra Civil, con tres guerras y conatos de enfrentamientos entre estas, por lo que desestabiliza muchísimo la instauración del liberalismo, tomando el proceso 30 años en completarse. Se proclama el Estatuto real en 1834, año siguiente a iniciar la regencia, este fue una introducción a la redacción definitiva de un texto constitucional que será una realidad en el 37. Este fue proclamado el 10 de abril de 1834 y viene a ser el resultado de una transacción política de los isabelinos a los liberales, un paso tímido pero paso muy importante hacia la consumación del liberalismo. Este tiene un verdadero tono preconstitucional y está caracterizado por elementos de mucho moderantismo ante la necesidad de lidiar con carlistas y ultraconservadores que no aceptaban la sucesión y apáticos que no se mojaban, faltando en este caso el apoyo del gabinete.
Elementos de moderantismo: el texto elude definir quién es el titular de la soberanía, si el rey o el pueblo... Tras el Estatuto se inician una serie de actos por los liberales moderados. Este documento abre el tránsito para el desarrollo de la normativa del nuevo texto y fija la representación de Galicia en las cortes en unas cortes bicamerales. Contando con el un cuerpo electoral de 1400 individuos contando un total de 16.000 Galicia tendrá una representación de 21 procuradores en Cortes, pero en 1836 se va a radicalizar las manifestaciones liberales. En verano veremos una serie de levantamientos y movilizaciones, aconteciendo en agosto de 1936 los acontecimientos de la Granja, con Mendizábal y ... que serán los nuevos ... Entre 1837 y 1845 los partidos progresistas y el partido moderado van a tener un enfrentamiento constante pero en este saldrán victoriosos los progresistas, lo que determinará que fuercen la proclamación de un texto constitucional y se proclame la Constitución de 1837, que cuenta con cosas del liberalismo progresista.
Sobre los líderes progresistas gallegos en las diferentes tendencias serán progresistas, moderados y republicanos, contando con todas las condiciones. Tuvieron un peso importante en el desarrollo de la implantación del estado liberal en Galicia. En Santiago tenemos tendencias moderadas y no progresistas con liberales que destacaron entre el estudiantado de la universidad y entre los principales intelectuales. Pío Rodríguez Terrazo (alcalde de Santiago), constituye un referente del progresismo compostelano, y contó con colaboradores como Neira de Mosquera, vinculado al periodismo, o Frando, escritor, periodista y líder de los estudiantes de la universidad. En el caso de Vigo hubo un industrial burgués, Ramón Buch, representando del liberalismo más progresista. En Lugo estaba José Becerra y Lamas, hidalgo vinculado al mundo burgués de la ciudad; en Ourense Mauricio García, jurista de la élite burguesa intelectual que liderarán el proceso de instauración del liberalismo en Galicia.
Debajo de este ambiente de instauración del liberalismo hubo una verdadera pugna política entre liberales y moderados, que intentaron unos apoyar la causa liberal y otros ralentizar el desarrollo de la misma. Esto llevará a que el conflicto entre los dos grupos quede personificado en un conflicto entre dos personas, Espartero vinculado al progresismo y María Cristina de Borbón, ligada a los moderados. El 1 de septiembre de 1840 la regente se encontraba en estancia en Valencia y acontece un movimiento juntero en toda la Península, que tiene un epicentro en Madrid y se va a irradiar por toda la geografía. Mª Cristina se ve sin apoyos y como el apoyo al liberal es cada vez mayor en la figura de Espartero. Así se inicia el caudillismo y la sucesión de pronunciamientos militares que se sucederán a lo largo del siglo XIX en España. Galicia vive la insurrección del juntismo desde los propios cuarteles que van a apoyar a los liberales progresistas de Espartero más que a la regente. Dentro de la juventud universitaria habrá un núcleo que apoyará al progresistas con figuras como Hipólito Otero, Rodríguez Terrazo, Neira de Mosquera o Romero Ortiz.
Galicia en la Regencia de Espartero (1840-1843)
Con el ascenso y permanencia del moderantismo en el poder durante una década María Cristina renuncia y se exilia en Francia cuando se da cuenta del éxito de Espartero y que queda fuera de lugar. Espartero se proclama nuevo regente de España mientras dura la minoría de edad de la reina. Espartero va a acumular en su propia figura las funciones de la corona y las funciones de un presidente de gabinete de gobierno (presidente regente). El 10 de mayo de 1840 se decreta la elección del general Espartero como regente por parte de las Cortes y en Galicia la adhesión se realiza mediante el ejército y los sectores burgueses de Lugo, Coruña, Vigo y Pontevedra. En este período vemos un marco de inestabilidad política y económica muy fuerte, el resultado son las grandes diferencias entre militares y políticos, metiéndose los militares en el ejercicio de la política, lo que traerá consigo gran inestabilidad, malestar dentro del propio ejército con camarillas a favor y en contra de la figura de espartero, divisiones internas dentro del partido progresista entre esparteristas y no esparteristas, así como tensiones dentro del partido moderado porque se ven muy mermados en poder por el éxito del partido progresista. Esta fue una etapa muy compleja y económicamente difícil por ser una época de malas cosechas y períodos de hambre cíclica.
Como resultado de toda esta inestabilidad política en el progresismo gallego también acontecerá una división interna entre esparteristas (Lugo, Ferrol Vigo y Pontevedra) y los antiesparteristas (Santiago, A Coruña y Ourense). Toda esta inestabilidad interna hace que se ralentice muchísimo la instauración del Estado liberal en España. Espartero llega a recurrir al Estado de sitios para combatir motines e inestabilidad. Esto llevará a una gran crisis social, un rechazo inicial de la sociedad española y permitirá el ascenso del moderantismo materializado en la figura de Narváez.
La Construcción del Estado Liberal en Galicia (1843-1868)
Década Moderada (1844-1854)
: Co ascenso e permanencia dos moderados durante unha época
impúlsase a inacabada construción do Estado liberal seguindo os preceptos dun liberalismo
moi doutrinario e conservador, se ben realmente o que se acabou instaurando nestes anos en
toda España foi un réxime baseados nas relacións personais e clientelares e non na legalidade
como debería acontecer no liberalismo; redes que chegarán ao seu máximo desenvolvemento
na época da Restauración co caciquismo e turnismo. Nos primeiros anos de moderantismo o
goberno de Narváez no ano 44 ao 46 vai aprobar toda unha serie de medidas e leis e decretos
que van dando de novo pequenos pasos na instauración do Estado liberal: Constitución 1845, moderada en comparación coa do 1837; lei de instrución pública (plan Pidal), implantación do
ensino público; reforma fiscal (Pidal Mon) no 45 onde se falaba de dous tipos de impostos:
directo e indirecto; lexislación sobre o regulamento da Garda Civil; leis de desamortización,
etc. Todos aspectos que deixan ver o proceso de implantación do Estado liberal.
A Constitución do 45 é moi conservadora e fala de sufraxio restrinxido, favorece aos grupos
eclesiástico e tamén é certo que é un proxecto político que sentou as bases de futuras
constitucións e de institucionalizar unha administración liberal real que copiaba o modelo
francés. A mecánica electoral tamén vai a modificarse nestes vanos coa lei electoral de 1846
que permite o control dos procesos electorais, e consecuentemente, as manipulacións
(encasillamento). Esta lei permite que se definan os distritos enfeudados, empézanse a
configurara os grandes caciques da política española. Nestes anos de moderantismo os
esparteristas e os exiliados liberais radicais e liberais progresistas que seguían en España van
manter un contacto aberto entre eles e moitos van propiciar dende dentro eses instinto liberal
progresista, como é o caso de Juana de Vega na Coruña. Neste ambiente ten lugar o
levantamento de 1846, o goberno de Narváez finaliza en febreiro do 46 e comeza o de Istúriz,
momento no que se leva a cabo ese levantamento de condición progresista.
Este levantamento progresista liberal desenvólvese nas capitais galegas, sobre todo en Coruña,
Vigo, Ourense Lugo e Santiago. Os progresistas en Vigo serán os organizadores e encargados
de preparar o levantamento, establecendo os primeiros contactos con progresistas da
comunidade. Os intelectuais liderados por Faraldo colaborarán de xeito activo neste proceso ,
ligados á Universidade de Santiago. Este levantamento debese entender dentro do marco de
vagadas revolucionarias europeas do 48, levantamentos espontáneos liberais entre o 30 e o 48
en toda Europa. Este veu a significar o nacemento do movemento galeguista ou de identidade
galega.
Cales eran os precedentes? Precedido pola aparición dunha xeración universitaria moi activa
onde destacou Faraldo, falaban de modificar o antigo modelo universitario e foi xente que se
viu influída polo movemento romántico do momento en Europa, sendo os primeiros en falar
dunha cultura propia de Galicia que habería que estudar e aprender, rematando o legado de
ilustrados con Sarmiento e mesturándoo co proxecto liberal do século XX. Este descubrimento
cultural levounos a defende inquedanzas políticas e non só intelectuais, denunciando o atraso
de Galicia respecto a rexións como Madrid (crítica ao centralismo).
Este levantamento inicia en Lugo o 2 de abril de 1946 con Solís e Cuetos como líderes. Este
estará secundado polo Batallón Literario de Santiago (Romero Ortiz e Faraldo serán os
primeiros en facer proclamas.), sendo nesta cidade cuestión máis cultural que política. Despois
sumáronse tres enclaves: Vigo, Pontevedra e Tui. Se ben este foi un movemento máis utópico
que real e rematou por fracasar (o pobo non se identificou coas proclamas e cidades como
Coruña Ferrol e Ourense se mantiveron leais ao goberno moderado). Os apoios destas cidades
nunca chegarían e os líderes sublevados fuxiron dende Santiago, pero foron apresados en
Cacheiras e axusticiados en Carral (Mártires de Carral, movemento galeguista).
Bienio progresista en Galicia (1854-1856) A revolución d e xullo de 1854. Coñecida como a Vicalvarada inicia o coñecido como bienio
progresista, é considerada a versión española máis desenvolvida do . Acontece `por unha
sublevación militar levada acabo por O’Donnell e Dulce, inicia en Vicálvaro, cerca de Madrid.
Implica aos grupo progresistas e secundadas polo levantamento popular. O éxito levou á
instauración dun réxime político inestable dirixido por dous xerais: Espartero, líder dos
progresistas e O’Donnell, líder da Unión Liberal, grupo mixto de centro, con progresistas máis
moderados e aos conservadores máis progresistas. Este non tiña un programa definido porque
acababan de nacer.
O desprazamento de Espartero por parte de O’Donnell leva á reconstrución da revolución cara
os postulados la Unión Liberal, liderado tanto por entes conservadoras como progresistas. Este
bienio ven caracterizado, por un lado, pola actualización da desamortización levada a cabo por
Madoz e a escritura dunha Constitución non nata de 1856 pola finalización do bienio. Esta
estaba baseada nun principio de soberanía nacional, bastante revolucionaria, aínda que tamén
estaba en parte baseada na constitución do 37. Nacerá neste momento no 1849 o Partido
democrático, defensor do sufraxio universal, que engloba aos progresistas da Unión Liberal.
O triunfo do pronunciamento de O’Donnell provoca en Galicia a mecánica propia de
substitución do réxime: establécese en Coruña unha Xunta de Salvación pata gañar apoios que
estaba presidida polo Capitán Xeral Xosé María Sanz; así como o xuntismo que se estendeu
por todas as vilas o pronunciamento a favor da revolución eclosionou entre os días 24 e 30 de
xullo. A situación de descontento social vivido en Galicia nos inicios dos 50 repercutirá moi
negativamente nas eleccións do 55, levando a declarar o estado de sitio en varios puntos da
xeografía galega como Santiago, situación que será aproveitada polo carlismo.
Neste ambiente acontece un novo chanzo do galeguismo, iniciado o 2 de marzo do 566, coa
celebración do Banquete de Conxo este día. Cando se viu o repunte desta cidade peregrina e
industrial como era Santiago, nun contexto xeral de crise e fame arrastrado dende o 1853 e o
estado de sitio en Santiago, deu paso ao repunte galeguista. Este banquete xorde nun contexto
moi concreto, cunha crise económica arrastrada dende o 1853 e unha crise económica que
sumada ás crises metereolóxicas fíxose case endémica, sendo o 53 un “ano da fame” e a
declaración de Santiago do estado de sitio.
Con toda esta situación latente convócase o banquete de Conxo coincidindo co 10º aniversario
dos Mártires de Carral. O líder do banquete será Aureliano Aguille, poeta compostelán que
participara nas sublevacións do 54, ademais de Eduardo Pondal. Baixo o lema de “orde e
fraternidade” o día 2 de marzo de 1856 acontece un banquete na carballeira de Conxo ao que
asistiron os patróns dos obradoiros e os obreiros de cada un dos oficios de Santiago,
curiosamente invitados por estudantes considerados da clase alta. Foi un banquete por iniciativa
do estudantado, que invitan a patróns e obreiros, sendo os estudantes os que se ían encargar de
servir aos invitados.
O Banquete molestou ás clases máis poderosas da cidade. Isto vai levar a que acontecese unha
serie de brindis levados acabo por Aguille e Pondal, o que suscitará críticas por parte do clero
e das clases altas por considerar que os estudantes non tiñan que servir aos invitados, de menor
rango social. Aguirre e Pondal fosen procesados pola Audiencia da Coruña, aos que lles pediron que foran deportados ás Illas Marianas. As elites compostelás fixeron que durante o
acto do banquete a carballeira estivera acordonada polas forzas do orde ante a posibilidade de
revolta popular. Ao final a este banquete acudiron representantes moi significativos do mundo
da cultura como Luis Rodríguez Seoane, Manuel Murguía, Paz Novoa ou Rosalía de Castro,
aínda que a súa asistencia non está de todo confirmada. Aínda que todos os brindis foron
pronunciados en castelán considérase que o Banquete de Conxo foi un dos feitos máis
importantes do galeguismo por ter reunido a figuras importantes no posterior Rexurdimento e
por reivindicarse nel algunhas das grandes demandas do futuro rexionalismo.
A Unión Liberal en Galicia (1856/58-1864)
A reacción conservadora que acontece ante o bienio progresista trouxera de novo ao goberno
de Narváez e inaugura outra etapa moderada breve, a partir de aí será o goberno da Unión
Liberal o que acceda ao poder desenvolvendo unha etapa de cero crecemento económico ata a
aparición da grave crise europea do ano 65-66, con ampla dureza en España polas propias
estruturas do país. Esta estabilidade económica trae consigo estabilidade política, pero
O’Donnell dimite e é sucedido nos gobernos 3 personaxes febles e pouco duradeiros que non
logran estabilizar a situación e van patentar a volta de Narváez dende outubro de 1864. Isto foi
o que en teoría daría paso á revolución do 68, radicalizándose nestes anos as críticas sociais e
políticas. A nivel político son uns anos onde hai unha gran inestabilidade dentro dos propios
partidos. Dentro do grupo conservador hai un desentendemento entre moderados e unionistas;
alianzas e contraalianzas entre os grupos progresistas... levando a crises internas constantes en
sociedades aínda non educadas para sobrevivir á inestabilidade política interna.
En Galicia na lexislación que inicia no 69 os deputados galegos están divididos en tres grupos
- Os novos: 50% da representación galega, indicador do cambio dentro da propia
tradición política galega, cunha nova xeración que acada importantes postos na xestión
do Est6ado, como é o caso de Álvarez Bugallal, E. Gasset Artime, Fº Manuel Riestra,
J. Elduayen, etc.
- Os reselados: antigos progresistas atraídos cara o proxecto da Unión Liberal como
Romero Ortiz, Augusto Ulloa ou Antonio Merelles
- Os enfeudados: antigos deputados de dominio permanente no seu distrito, cunha longa
experiencia política dentro do moderantismo, como Ferreira Caamaño, Armada Bladés,
Neira Montenegro e os irmáns Yánez Ribadeneira
Todos estes integráronse sendo deputados na Unión Liberal, pero sen renunciar ao
moderantismo conservador previo (amalgama de políticos sen disciplina ideolóxica nin
partido)
Sexenio Democrático (1868-1874)
Este nace na Coalición de Ostente, entre partidos contrarios á traxectoria política que estaba
levando o reinado de Isabel II: demócratas, unionistas e progresistas liderados por Prim para
levar a cabo a Revolución do 68 e derrocar o reinado de Isabel II. Neste grupo, a Unión Liberal
estará liderada polo xeneral Serrano e logo o grupo progresista de Prim, tiña a experiencia
dunha prolongada práctica política dende a época do Bienio. Logo os demócratas, constituído por republicanos incipientes, forza nova clon aqueles que recollían as inquedanzas das clases
populares e os que se posicionaban máis a non desenvolver un sistema monárquico. Nesta
diversidade política que vai acontecer nos anos previos á revolución é onde se ve a nova xente
que van constituír o réxime que nace da Restauración, estes estarán definidos pola súa falta de
entendemento, nunha realidade marcada pola crise de poder. Nesta época vemos unha gran
diversidade de forza na que curiosamente acabará por fracasar a monarquía con Amadeo I e
acontece en España unha insurrección cantonal dentro do período do Sexenio que será de gran
importancia para a rexionalización do Estado e a definición das identidades alternativas de
finais do XIX e posteriores nacionalismos do século XX.
As etapas
- Setembro 1868. Cun goberno provisional, definición dunha nova monarquía na figura
de Amadeo I no 73 e a elaboración dunha Constitución de 1869, considerada a primeira
constitución democrática do Estado español: sufraxio universal masculino, separación
de poderes...
- I República (1873-1974), Amadeo I abdica e institucionalízase a I República, que
chega un pouco por descarte e sen ningún tipo de apoio, pois os republicanos eran unha
forza nimia. O estado español é monárquico por definición, a sociedade española é
monárquica por definición, non conta cun legado republicano. Esta será unha república
federal na que as rexións estaban consideradas suxeitos de autonomía, con estado
descentralizado. Foi apoiado este proxecto polas causas populares a través da utopía
republicana
- Golpe de Pavía no 74 coa instauración dunha ditadura militar conservadora ata o novo
pronunciamento de Martínez Campos que leva á Restauración borbónica
En Galicia cando se proclama a I República será Ferrol a primeira cidade galega en sumarse
ao republicanismo, seguido por Coruña, onde se constrúe a Xunta de Goberno presidida por
J.M. Pereira e Montero Telingue. Dende estas dúas cidades difúndese ese espírito republicano
cara as cidades de Vigo, Santiago, Ourense, etc. A partir de aquí proclámase a Xunta de Madrid
e se constitúe xunto ao Goberno Provisional presidido por Serrano. Durante este período dende
o 68 ata a monarquía de Amadeo I os republicanos en Galicia manterán unha alianza cós
carlistas: ante unha situación de crise política, económica e social tan forte grupo antagónicos
xúntanse para desestabilizar ao poder central. Isto manterase durante a época da República.
Isto levará a que apareza un núcleo republicano forte en Pontevedra., entre os obreiros de Ferrol
ou, dende o clero, o cardeal García Cuesta vai intentar desestabilizar.
O salto cualitativo da protesta acontece na insurrección de Ourense, podados “voluntarios de
la libertad”, que son bastante radicais e que se nomean como Goberno Provisional
Revolucionario, e a este radicalismo vanse sumar determinados obreiros que serán carpinteiros,
sastres e obreiros en xeral, unha serie de desgustados coa crise arrastrada e a inestabilidade
política, que levará a que todos estes grupos de obreiros se unan a este grupo radicalizado. Un
deses líderes foi Alejandro Quereizaeta. A posición gobernamental do exército foi fundamental
para sufocar ese movemento insurreccional (tumultos na Coruña, proclamada estado de dito
entre o 13 e 14 de outubro). Entre 1869 e o 75 acontecen amotinamentos no campo galego instigados por federais e carlistas, que aproveitan o ambiente para desestabilizar o goberno e
potenciar o malestar xeral, ao que había que engadir as cargas fiscais e quintas (para facer
fronte á guerra carlista), que eran elementos moi impopulares e dificultaban a supervivencia
neste sistema de subsistencia.
O día 11 de outubro de 1872 acontece en Ferrol unha insurrección, unha sublevación armada
liderada por un brigadier que, vinculados ao republicanismo máis radical, tiñan como obxectivo
proclamar a república federal en España dende Ferrol. No mes de agosto estivera polo norte
da península Amadeo de Saboia, que cando chega a Ferrol danse conta de que en Ferrol se está
cocendo algo que podía levar á morte da figura do rei, polo que adiántase a saída do rei de volta
a Madrid. Os sublevados van dominara a cidade inicialmente, sendo unha xunta revolucionaria,
pero no momento esta non acadou resposta agardada, acabando uns dos líderes no exilio e
outros depurados ou deportados.
I República (1873-1874)
Proclámase o 11 de febreiro do 1873. En Galicia proclámase unha organización xuntista de
signo republicano, e unha Xunta de Goberno en Santiago (presidida polo catedrático da
Universidade que, ante o temor dun movemento social, fai unha proclama pedindo o respecto
do dereito alleo e de propiedade para que non se vise afectada a orde pública). Estando na III
Guerra Carlista, o que seguía obrigando a manter por parte do estado o recrutamento e a
recadación fiscal, elementos moi impopulares, e só tiveron certa efectividade a ruptura da
igrexa a través de medidas como o matrimonio civil, a liberdade de culto e o proceso
desamortizador. Todo isto tiña certa cara positiva visto dende a sociedade, pero a cara negativa
era o recrutamento de levas militares, a carga fiscal, etc. A frustración social polas expectativas
frustradas do proxecto republicano foi evidente, o que levou a unha radicalización das posturas
antagónicas, tanto os republicanos radicais como os carlistas. As demandas que tiña a sociedade
galega era, pro exemplo a resolución da cuestión foral, unha liña férrea en Galicia e certa
autonomía. Proclamada a república federal os máis intransixentes que defendían o
cantonalismo persisten continuamente na súa actitude de fomento de revolta para poder
alcanzar os obxectivos que demandaban.
A nivel cultural houbo un repunte da liberdade de expresión, pero este son períodos moi curtos
que non permiten sentar as bases para cambiar o que son as ideoloxías fundamentais do sistema
de goberno. Aparecerían novos xornais radicais esenciais para fomentar as posicións
nacionalistas e máis radicais que apoiaban a cantonalización como El Deber o El Federal.
Nesta mesma posición atopamos o batallón dos “Galaicos” para combater aos carlistas e manter
a orde pública en Lugo e Ourense. Fronte a este grupos máis radicais estaban os sectores
burgueses que pretenderon consolidar a república polos seus propios intereses, pero esta
república non era viable, levando ao golpe de Pavía, cunha república ditatorial conservadora
de Serrano nos últimos meses, e o posterior de Martínez Campos (restauración borbónica en
decembro de 1874), aceptando o regreso á península do fillo de Isabel II, Alfonso XII.
4. PROVINCIAS E CONCELLOS, DESMORTIZACIÓN E FOROS
No século XIX institucionalízase a decisión administrativa e xurisdicional de España seguindo
o modelo francés e vaise iniciar a división provincial que chega a día de hoxe. Defínense así
provincias e concellos, onde acontece a instalación dun novo sistema administrativo. Neste
ambiente os señoríos e xurisdicións que viñan do AR non van ter continuidade, tirando por
terra todo o herdado de épocas anteriores. Intentase así facer unha reorganización de xeito
continuo e organizado do territorio, no que entra neste proceso as Leis de desamortización,
capitalizando a terra e poñéndoa en circulación segundo as bases de oferta e demanda para
facela produtiva e competitiva. O goberno de Xosé I fai a primeira proposta de 4 prefecturas
copiando o modelo francés: A Coruña, Vigo, Ourense e Lugo. O que rematará por consolidarse
no 33, substituíndo as antigas 7 provincias. Empézase tamén a acrecentar as funcións das
provincias e ao seu fronte vaise colocar a un xefe político coñecido como Gobernador Civil,
pero dende 1877 chamarase o Delegado Provincial. No ano 1836, tras decretarse a división
provincial aparecen as Deputacións Provinciais e a delimitación dos concellos, con máis de
300 concellos en Galicia.
A nivel económico as transformacións que se dan en Galicia no XIX son de carácter agrario.
O obxectivo básico era acadar a propiedade da terra, o que tardou moito en acontecer.
Demandábase a nivel social a abolición dos señoríos e a desamortización dos bens da igrexa.
A separación dos señoríos non se produciu igual na maioría do Estado español, pois os motivos
eran diferentes: moitos señores eran eclesiásticos e non tiñan opción de seguir beneficiándose
da terra, e os laicos quedaron bloqueados porque o foro estaba perpetuado. A desamortización
de España supuxo a nacionalización da riqueza agraria que tiña a Igrexa (a finais cobraba 2/3
da renda + o diezmo) e supuxo a supresión do diezmo, , substituíndoo polas imposicións
liberais (contribucións “rústicas”). En todo caso a desamortización non foi un proceso único:
o primeiro paso pro este proceso foi a exclaustración das comunidades monásticas (eliminar
blindaxes dos mosteiros), a partir do que ao longo do XIX atopamos tres grandes procesos
desamortizadores
- Desamortización do Trienio liberal entre o 20 e o 33
- Desamortización de Mendizábal entre o 73 e o 74, onde se poñen en venta todos os
bens do clero regular e secular ademais da eliminación do diezmo
- Desamortización de Madoz entre o 55 e o 67, onde ao proceso se suman todos os bens
eclesiásticos ou non porque se considera que a terra é un ben que se debe capitalizar e
todo se debe poñer en circulación para vender, arrendar e explotar (concellos,
universidades, hospitais, obras pías, fundacións + Igrexa)
A partir destas leis o Estado española nacionaliza os bens das institucións suprimidas e que no
precisaban de terras adscritas para sobrevivir. A partir do que as mesmas se poñen en poxa
pública para poder mercalas e explotalas. Así, os mercadores destas terras eran burgueses,
antigos nobres a que querían seguir tendo terras (que arrendarán no novo sistema capitalista
contemporáneo); nun proceso que se observa en toda Europa como parte da institucionalización
do liberalismo.
Proceso de desamortización de Galicia: no nosos territorio a maior parte da terra eran
introducida no réxime foral de o auxe se vendei non so tanto terra senón máis ben a renda (o campesiñado galego no era propietario), polo que o caso de Galicia continuaron os mesmos
foreiros e rendistas (as poucas terras expropiadas foron mercados polo fidalgos que seguían
aforándoas a terceiros e continuaban así como rendistas), polo que os cambios que supuxo a
desamortización na nosa rexión foron mínimos en comparación co resto de España. Como
resultado os foros dos mosteiros pasaron a ser dos comerciantes burgueses e das vilas e, os que
tiñan os fidalgos, seguiron na mesma situación. O que determina que fora unha cuestión
irresolta que chega ata 1926, cando Primo de Rivera decreta a Lei de Redención de Foros.
Dende o ano de 1855 a desamortización tivo moitos defectos na privatización de amplas masas
de bens comunais que antes pertencían a concellos ou obras pías que se traballaban de xeito
colectivo, peor no caso de Galicia estes bens comunais quedaron excluídos por non estaren
decretados como propiedade de ninguén, nin dos concellos, senón que conformaban uns bens
comunais excluídos por estaren decretados como dereito consuetudinario dende a Idade Media
e eran propiedade das comunidades labregas.
5. O GALEGUISMO: DO PROVINCIALISMO AO REXIONALISMO
Imos ver o galeguismo como movemento identitario da Galiza da segunda metade do XIX,
dando inicio co levantamento de 1846. Considérase que este proceso debe entenderse dentro
da vagada revolucionaria dos anos 40 do século XIX en toda Europa. Galicia conta con
institucións políticas propias, Galicia é considerada unha nacionalidade históricas: pobo con
cultura propia recoñecida ao longo da historiografía do liberalismo e polo feito de ter aprobado
o Estatuto de Autonomía no 1836. Todo isto foi posible pola existencia dunha corrente cultural
e política que levou a cabo unha toma de conciencia diferencial do resto de España: o
galeguismo. Este pasou por dúas macro fases fundamentais: o S.XIX onde evoluciona dende o
provincialismo romántico do rexionalismo cara un nacionalismo finsecular ideado por Murguía
e Brañas; e logo o século XX, considerado o seu arranque coas Sociedades da Fala no 1916,
onde este movemento xa é definido como nacionalismo galego.
Dentro deste movemento haberá varias etapas e fases internas: fase provincialista, que se xesta
nos anos 40-46, sendo este o inicio do galeguismo e ten a súa maior actividade nestes anos
cunha xeración de intelectuais e profesores que identifican a singularidade galega dentro da
historia, o arte, as costumes e a lingua dentro da realidade española. O episodio máis
significativo deste momento é o levantamento de 1846. Esta xeración seguirá desenvolvendo a
súa traxectoria e aumentando os efectivos numéricos destes individuos progresistas, que
defenden a singularidade galega e se sentían ameazados polo liberalismo conservador
centralista defendido dende Madrid. Esa xeración terá unha serie de cabeceiras dende onde
defender os seus postulados: El porvenir o Aurora de Galicia. Pero o levantamento fracasou
porque o pobo non se sumou. Este provincionalismo sentou as bases da identidade galega que
seguiría desenvolvendo ao longo do século.
A segunda fase do movemento galeguista será o Rexurdimento (60/70 s. XIX), vinculado a
unha defensa da historia e da literatura identitaria da identidade galega, formando parte do
conxunto de renacementos culturais e literarios que eclosionan en Europa ao carón do
romanticismo e da defensa das identidades nacionais dos pobos. Nesta parte hai unha serie de
autores que demandan a recuperación cultural do galego: Rosalía de Castro (Cantares Gallegos), Eduardo POndal, Curros Enríquez; ou historiadores relacionados co romanticismo
como Benito Vicetto e Manuel Murguía (“mito celta”).
A terceira fase é o federalismo, que se desenvolve dende o 1868, coa Revolución Gloriosa,
porque neste momento existía xa un grupo de intelectuais, poetas, xornalistas, etc. Que amosan
a realidade galega cunha longa, literatura e cultura propia. Esta xente comeza a reivindicar
ideas políticas, bastante vinculados ao federalismo republicano. Como movemento político
demandan a mobilización popular, a toma de conciencia das clases medias e oo0s núcleos
obreiros máis formados e os campesiños acomodados: asociacionismo obreiro. Falaban da
redución do imposto don consumo, das quitas... reivindicacións políticas. Esta corrente federal
atenúase na Restauración, pero continúa a Solidaridade Galega (1907) r as Irmandades da Fala
(1916), con propostas de tipo estatutario: organización administrativa vinculada á realidade
galega, para mostrar a especificidade de Galicia (precedente do Estatuto actual). Estes
precedentes son: Centro de iniciativa para a nova organización de Galicia do 1873 (obxectivo:
formar un futuro Cantón galego) e o Proxecto da Constitución para o Estado Galaico do 1883.
A cuarta fase do movemento é o rexionalismo (finais s. XIX – c. s. XX). Esta consiste nun
rexurdimento literario e historiográfico precendente fórmase nesta etapa o rexionalismo
galego, extendido dende a década de 1880 ata as Irmandades da Fala, onde o rexionalismo pasa
a chamarse nacionalismo, Este foi un momento político coetáneo a outros rexionalismos
peninsulares como o catalán, o vasco ou os europeos; integrándose así no proxecto de organizar
de xeito descentralizado o Estado liberal español. Estes eran bastante máis moderados que os
rexionalistas da etapa precedente. Dentro da etapa rexionalista hai dúas subetapas: o
rexionalismo máis conservador que chega ata 1907 e a solidaria de carácter máis progresista
dende o 1907 ata o 1916 e as Irmandades da fala. Esta está máis vinculada ao rexionalismo
conservador, unha corrente máis tradicional onde destaca Alfredo Brañas coa súa obra O
rexionalismo, con gran difusión entre os rexionalistas cataláns da época, onde avoga pola
descentralización do réxime liberal. Brañas era o líder do círculo político de Compostela, onde
se vinculou coa burguesía, militares procarlistas e personaxes da igrexa. Coa chegada de Brañas
a posición ideolóxica estaba bastante vencellada ao carlismo e ao catolicismo tradicional.
A etapa solidaria do rexionalismo acudía a sectores urbanos receptivos á excepcionalidade
Galega a través da obra de Manuel Murguía: El Regionalismo Gallego de 1889. Esta etapa está
marcada por un rexionalismo máis liberal, con Manuel Murguía como líder, coa publicación
da súa obra dende a Habana, e este comeza a empregar o galego en múltiples usos, sobre todo
no discurso público. Xa antes do inicio desta etapa solidaria vemos a aparición de organizacións
rexionalistas liberais de corte máis progresista, como a Asociación Rexionalista Galega no
1891, con comités rexionalistas que tiña a cidade de Santiago como cidade central; a Liga
Gallega no 1897, coa defensa do galego como lingua parella ao castelán; a creación do
monumento aos Mártires de Carral no 1904 e a Fundación da Real Academia Galega no 1905.
Tras a morte de Brañas no 1905, o rexionalismo conservador perde pulo e gaña forza a
tendencia liberal.
A etapa solidaria aparecerá a partir de 1907, sendo esta unha alianza electoral que derivará na
loita campesiña e na procura do voto agrario, que copia o modelo de solidaridade catalán e aparece en relación directa co modelo catalán, con gran éxito nas eleccións catalás mentres que
no caso galego non tivo tanto éxito. As tendencias culturais e políticas foron variadas: na súa
fundación participaron persoeiros heteroxéneos cun denominador común: considerábanse
afastados do centralismo canovista. Un dos personaxes destacados da Solidaridade galega
(1907) será Rodrigo Sans e Lugrís Freyre, ademais de vellos federais que evolucionas cara o
rexionalismo e outros de grupos tradicionalistas vinculados a Brañas: grupos heteroxéneos que
sentaron as bases do que logo sería a evolución cara o nacionalismo galego. Esta fase solidaria
nace tras unha campaña xornalística aparece Galicia Solidaria ou A Nosa terra, así como
Solidaridade, En setembro de 1907 aparece o Manifesto Solidario onde todo estes intelectuais
van plasmar a súa sinatura e defender que exista loita verdadeira electoral e que se leve a cabo
o fomento da riqueza nacional galega dentro da realidade central de España.
A base social vai estar moi vinculada á Coruña constituída por unha mesocracia que pretendía
participar no poder a través dos medios políticos distintos ao do caciquismo. A consideración
social dos asinantes confirma moi ben a realidade da mesocracia: 12 comerciantes, 6 avogados,
6 profesores e médicos industriais, propietarios, axentes de bolsa e profesións liberais
vinculados ao grupo progresista. Como alianza electoras para presentarse ás elección de 1906
tivo pouca duración no caso galego polas divisións internas. O movemento Solidario vaise
vincular dende cedo ao mundo agrario, tendo o papel máis importante a celebración das tres
asembleas agrarias de Monforte (1908-1910-1911), nas que participaron varias sociedades
agrarias que demandaban a eliminación do foro e se vinculaban co movemento máis progresista
e anarquista da defensa de dereitos laborais, así como o deseñar medidas para mudara estrutura
agraria, eliminar foros e atraso técnico, aumentar a integración da economía galega, etc.
Dende estas asembleas non saiu unha verdadeira Reforma agraria pero esta vinculación co
mundo agrario foi o intento máis serio e razoado que a pequena burguesía urbana fixo por
entender a necesidade de reforma do mundo agrario en Galicia. Solidaridade vai desaparecer
en 1912 xunto cos xornais que a defendían. O legado lectoralista foi recollido polas Irmandades
da fala no 1916 e 10 anos despois ORGA acolle boa parte de este legado. Impulso positivo do
agrarismo por parte de Solidaridade, que foi a pinte entre o vello rexionalismo de finais do XIX
e o novo nacionalismo a partir de 1916.