Innovaciones en el Transporte y su Impacto en el Comercio durante la Revolución Industrial

Enviado por Chuletator online y clasificado en Geografía

Escrito el en español con un tamaño de 4,79 KB

La 3 afectó al comercio exterior, porque los viejos barcos fueron sustituidos por los clippers, buques también de vela, pero con un diseño que permitía doblar la velocidad sin disminuir sustancialmente la carga.

Después de 1830, la aparición del ferrocarril supuso economías de escala mucho mayores que las alcanzadas hasta entonces en el tráfico por carreteras y canales. La primera locomotora la ingenió en 1804 el británico Richard Trevithick y se empleó para el acarreo de mineral de hierro a la fábrica siderúrgica Penydaren, en Gales. George Stephenson construyó entre 1814 y 1829 varios modelos de locomotoras, una de las cuales –la legendaria Rocket– logró alcanzar los 47 km por hora.

En 1825, comenzó a funcionar el ferrocarril de 13 km Darlington – Stockton y, 5 años más tarde, se inauguró la línea Manchester – Liverpool. El éxito de estas líneas provocó inmediatamente un boom de la construcción ferroviaria en Gran Bretaña y después en Bélgica, Francia y Alemania. El montaje de las redes exigió grandes inversiones de capital privadas y públicas. Las inglesas fueron financiadas por compañías privadas. La red principal belga la construyó el Estado, y las secundarias, empresas privadas. En Francia y Alemania, la financiación fue mixta: el Estado proporcionó a las compañías terrenos gratuitos y subvenciones, garantizando también a los accionistas una rentabilidad mínima.

El ferrocarril moderno se convirtió en el medio de transporte terrestre por excelencia para mercancías y personas. Era un medio de transporte rápido, acortaba extraordinariamente el tiempo de los desplazamientos, era un medio barato a la vez que fiable, transportaba grandes volúmenes de mercancías y permitió vertebrar el comercio interior, escasamente desarrollado hasta entonces. A su vez, favoreció la formación de grandes empresas capitalistas, que surgieron a raíz de la creciente demanda de capitales que exigía su construcción.

El uso de la energía de vapor en el transporte marítimo tardó más en generalizarse. Durante la primera mitad del siglo XIX, aparecieron barcos con ruedas de palas movidas por vapor, pero resultaron eficaces en los ríos y no en el mar. La construcción de buques de hierro dulce y el descubrimiento de la hélice datan de la década de 1830. Sin embargo, hasta después de 1880, la flota de vapor no logró alcanzar el 50% del tráfico marítimo internacional porque, pese a disponer de una capacidad de carga superior a los veleros, los nuevos barcos tenían que sacrificar mucho espacio para almacenar carbón, lo que les restaba competitividad. Este problema desapareció cuando se generalizó una red mundial de puertos carboneros donde repostar.

Los nuevos medios de transporte contribuyeron de modo muy relevante al crecimiento económico. Las mayores economías de escala de los vagones de ferrocarril y de los clippers y buques de vapor con respecto a los carros y a los antiguos veleros, así como su mayor velocidad, desplomaron los costes y los precios del transporte. Ello fomentó el comercio interior y exterior, lo que, a su vez, incrementó la riqueza al originar una mayor especialización de cada región y/o nación en aquello en lo que poseía ventaja.

Por otro lado, la construcción de carreteras, redes ferroviarias, buques y puertos tuvo notables efectos de arrastre sobre un gran número de industrias –canteras, carbón, mineral de hierro, madera, siderurgia, maquinaria, astilleros...– siendo el ferrocarril el que provocó mayores efectos al “disparar” la producción de traviesas, raíles, locomotoras y vagones.

EL COMERCIO Y LA POLÍTICA COMERCIAL BRITÁNICA

Colonialismo y expansión comercial

El comercio exterior también jugó un papel destacado en las transformaciones de la economía británica, aunque su evolución fue muy dependiente de la trayectoria del imperio colonial. Hacia 1750 la economía británica ya tenía un fuerte componente exportador. Había desarrollado una fuerte industria exportadora de tejidos de lana de calidad con productos más baratos que sus vecinos europeos. Estos tejidos de lana constituían más de la mitad del valor de las exportaciones inglesas.

Entradas relacionadas: