El Ingenioso Hidalgo Don Quijote: Análisis de las Diferencias entre las Ediciones de 1605 y 1615

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Diferencias entre El Quijote de 1605 y El Quijote de 1615

PRIMERA PARTE (1605)

SEGUNDA PARTE (1615)

Título

El Ingenioso Hidalgo DON QUIJOTE DE LA MANCHA.

El Ingenioso Caballero DON QUIJOTE DE LA MANCHA.

Extensión

52 capítulos

74 capítulos

Historias intercaladas

Hay numerosas historias de este tipo[1]: unas relacionadas con la trama; otras, novelitas independientes.

 No se dan ya en ese mismo sentido.

Entorno geográfico

Rural : venta, Sierra Morena ...

Urbano : Palacio de los Duques, Barcelona..

Tono de las peripecias 

Don Quijote BUSCA aventuras. Ve el mundo desde su óptica de "loco"; se cree caballero andante. Las historias son más "aventureras", los diálogos más vivos. Todo son derrotas.

Las aventuras parecen BUSCAR a Don Quijote (aventuras preparadas por los otros). Ve la realidad como es. La acción es más reposada, más diálogo, mayor seguridad y aplomo. Hay alguna victoria entre las derrotas.

Presencia del viaje 

El viaje es el hilo conductor. PREDOMINIO de la itinerancia.

Se alterna el viaje con estancias prolongadas en sitios concretos.

Locura de Don Quijote

En la locura de Don Quijote no se advierten síntomas de curación.

Con relativa frecuencia, el personaje - Don Quijote- da muestras de cordura y lucidez.

Sentido de la obra

Predomina el sentido paródico y humorístico.

Se aprecia mayor densidad ideológica.

Estructura

La estructuraes diferente:  hay dos salidas (primero sale solo, luego acompañado de Sancho)

 La estructura es unitaria: hay una sola salida y D. Quijote vuelve vencido para morir.

1.1.1.1. Los personajes

Dos son los personajes centrales de la gran novela cervantina: don Quijote y Sancho Panza.

a) Don Quijote:

Es un modesto hidalgo de un pueblo manchego, Alonso Quijano, que, loco debido a la lectura de libros de caballerías, decide convertirse él mismo en caballero andante. Sin embargo, el diseño de su figura es muy complejo: fuera de su peculiar locura caballeresca, muestra buen juicio y expone atinadas opiniones sobre muy diversos asuntos, incluidos los literarios. Rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa de sus ideas, incluidas las que proceden de su extraña locura, lo que hace que constantemente, sea vapuleado por la realidad.

b) Sancho Panza:

Sancho Panza es el escudero que en los libros de caballerías acompañaba al protagonista. En su elaboración Cervantes sintetiza, además, muchas características de tipos folclóricos y literarios como el loco, el simple, el bufón, el rústico, el bobo, el enano, el gracioso, el pícaro o el criado. Pero Sancho es un personaje más complejo, porque a partir de este modelo literario, crece y sobrepasa su original función cómica, al encarnarse en su figura la sátira de los libros de caballerías.

Características de los dos sería la transferencia de los rasgos del uno al otro. Por ello, se ha hablado de la “quijotización” de Sancho y de la “sanchificación” de don Quijote. No obstante, ambos mantienen durante toda la obra sus rasgos básicos iniciales..

1.1.1.2. Intención y sentido

El propósito explícito del Quijote es, sin duda, la parodia burlesca de los libros de caballerías. De hecho, fue leído como un libro exclusivamente cómico durante los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, desde el Romanticismo hasta hoy los lectores de la novela ven en ella una defensa del ideal ¾ el ansia de libertad, el valor, la fe, la justicia, el amor absoluto hacia una amada inventada (Dulcinea), etc.

Cervantes defiende los ideales del mundo renacentista, no los ideales románticos. Tampoco la mera comicidad puede explicar el libro. Los libros de caballerías ya estaban muy desacreditados intelectualmente y no tendría mucho sentido componer una obra tan esforzada y ambiciosa como el Quijote simplemente para parodiarla. En verdad, la locura inquebrantable del protagonista contra todo sentido común y contra toda experiencia acaba por hacer patético al personaje y termina por producir la compasión del lector.

La novela ¾además de una novela humorística y de plantear ideas de alcance universal¾ es, primordialmente, un libro de crítica y teoría literaria y un notable fresco de la vida española de su tiempo.

Como libro de crítica y teoría literaria se puede apreciar que en el Quijote los personajes hablan constantemente de literatura y en ella se vierten los más diversos juicios sobre los géneros literarios en boga en el siglo XVI. en el Quijote se encuentran relatos pastoriles, moriscos, cortesanos, poemas, diálogos, etc.

La gran novela es también un retrato social: por sus páginas desfilan nobles, hidalgos, escuderos que buscan recuperar una posición social digna, labradores ricos o míseros labriegos, unidos en su afán de medro[2] y ascenso social, moriscos perseguidos, etc. Alonso Quijano retrata a uno de esos hidalgos manchegos que, ante la hostilidad de los villanos y el desdén de la alta nobleza, desean ascender socialmente. Su vida triste y mediocre le impulsa a huir de la aldea y cambiar de vida. Con absoluta lógica, sus desvaríos se relacionan con los libros de caballerías que ofrecen la imagen más perfecta y hermosa de su esplendor anterior. Ello aclararía la opinión adversa de los nobles encumbrados, que podía explicar el Quijote de Avellaneda.

Sancho Panza, por su parte, responde a la perfección al labriego pobre que ansía a prosperar con su mezcla de agudeza y estupidez, ingenio e ignorancia. El recelo y la socarronería[3] son sus únicas armas de autodefensa en una sociedad hostil.

En fin, ambos personajes serían un reflejo abreviado de una sociedad donde el deseo de mejorar social y económicamente es una obsesión generalizada. Cervantes estaría parodiando la ilusión caballeresca y pastoril, la utopía humanista típica del XVI, que es ya una respuesta inútil a los problemas de la España del momento. En el transcurso de la obra, los dos protagonistas lograrán un conocimiento de la dura realidad. La lección final sería, pues, comprender, en conocida expresión cervantina, que cada uno es hijo de sus obras y vale tanto cuanto valgan ellas.

1.1.1.3.Lenguaje y estilo

El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica del Renacimiento. En él se combina el estilo elevado con el propio de la parodia burlesca, el habla culta con la popular ¾de acuerdo con la condición social de los personajes¾, las disquisiciones[4] eruditas con los refranes y dichos de profundo saber popular, etc.

Significativa es la presencia en una obra tan literaria como la cervantina de recursos propios de la tradición oral: la dualidad de narradores, la ambivalencia del léxico, las sonoridades y los ritmos, el uso de deícticos[5] y el recurso al apóstrofe[6], la proyección del gesto o de la imagen, la dramatización del relato, los juegos equívocos de la primera persona, la atención a las inflexiones de la voz, las técnicas de puesta en escena, los incisos[7] del narrador…

2.EL TEATRO

siglo XVI. Desde finales del siglo XV los textos dramáticos conservados aumentan notablemente y en la primera mitad del XVI autores como Juan del Encina componen obras significativas. Discípulos de Juan del Encina fue Lucas Fernández, autor de dramas todavía muy próximos al teatro medieval, como es el caso de su Auto de la Pasión.

Pero otros autores  muestran ya el camino hacia un teatro más elaborado. Entre ellos destacan Gil Vicente, Bartolomé de Torres Naharro y Lope  de Rueda.

Gil Vicente es un escritor portugués que, además de en su lengua nativa, escribió también en castellano. En su producción alternan las obras de índole religiosa (Trilogía de las Barcas, Auto de la Sibila Casandra) con las de tipo profano (Don Duardos). Destaca en su obra la sátira antieclesiástica, la incorporación de elementos folclóricos y su notable sensibilidad lírica en los poemas y canciones que incluye en sus dramas.

Bartolomé de Torres Naharro dividió sus propias obras en comedias a noticia, de carácter realista (Soldadesca y Tinellaria) y comedias a fantasía, de carácter más imaginativo (Serafina e Himenea). Son rasgos de su teatro la variedad de tipos y clases sociales, su dominio del diálogo y de las técnicas dramáticas, su jovial vitalismo y su anticlericalismo.

En la segunda mitad del siglo XVI se produce la consolidación del fenómeno teatral y la desaparición de los contenidos satíricos por la censura de la Inquisición.

En esta etapa conviven muestras de teatro religioso medieval, como demuestra el Códice de autos viejos (colección de casi un centenar de piezas dramáticas, anónimas en su mayoría, de temas generalmente religiosos y alegóricos) con las obras de carácter religioso y profano que hemos visto antes. Además, poco a poco, se desarrolla un teatro de carácter popular representado por pueblos y ciudades o puesto en escena en corrales de comedias que van surgiendo en las ciudades más importantes a partir de 1570 y que serán el centro de la destacadísima actividad teatral del siglo XVII. No puede olvidarse, además, la existencia de un teatro que toma como modelo el teatro clásico grecolatino, especialmente fomentado en universidades y colegios.

Dentro de este rico magma dramático del siglo XVI, en gran parte desconocido por la pérdida de textos, tendrá notable importancia la aclimatación al castellano de la comedia italiana  que influirá notablemente en Lope de Rueda. Lope de Rueda fue un hombre de teatro (actor, director de escena y autor) que adaptó las comedias cultas italianas al medio popular en el que representa sus obras. Muy conseguidos son sus pasos (breves piezas cómicas inicialmente incluidas en las comedias, con las que no guardaban ninguna relación argumental, y, por ello, finalmente segregadas de aquellas y representadas en los entreactos). Lope de Rueda introduce elementos tomados del folclore.

En realidad, los pasos son el género teatral que surge en el XVI y que se prolonga hasta hoy con el nombre de entremeses. Los entremeses se caracterizan por su brevedad y su carácter cómico. El tema predominante es el amor y la mujer suele ser un personaje activo central. En ellos es fundamental el lenguaje.

En el desarrollo del teatro español conducirá al modelo teatral establecido por Lope de Vega y continuado por muchos otros en el XVII, tendrá notable importancia la actividad teatral de ciudades como Sevilla donde destaca Juan de la Cueva, quien llevó al teatro asuntos nacionales o Valencia, ciudad en la que trabajaron Timoneda, Virués, Rey de Artieda, Tárrega, Gaspar de Aguilar… quienes mantienen intensos contactos con Italia e introducen en sus obras muchos elementos que aprovechará fecundamente Lope de Vega.

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