El Infierno de Dante: Un viaje por los círculos del pecado
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Los Lujuriosos
Este canto corresponde al segundo círculo, en el cual se encuentran los lujuriosos. Estas almas sufren castigos físicos, empujadas sin cesar por vientos que las arrastran y golpean contra los cercos. El castigo corresponde al pecado que han cometido en vida: dejarse arrastrar por las pasiones carnales. En este círculo se encuentran Minos y Francesca de Rimini.
Cerbero
Aparece en el canto VI y en el tercer círculo, el de los glotones. Es un personaje mitológico, un perro de tres cabezas con sus respectivas fauces. Es el guardián del Infierno, una fiera cruel que aúlla indefinidamente a los muertos. Tiene los ojos rojos, el pelo negro, el vientre ancho y las patas guarnecidas de uñas que clava en los muertos, a los cuales desgarra y descuartiza. Cerbero se encarga de aturdir a los espíritus con sus ladridos. Es el símbolo del ansia de correr. También tenía una cola de serpiente y en el dorso más cabezas erguidas de serpientes. En la mitología, Cerbero también es el símbolo de la discordia por las luchas entre sus tres cabezas; por lo tanto, no es casualidad que aparezca en el canto donde se habla de las discordias de Florencia. Este monstruo se dedicaba a guardar el imperio de los muertos y no dejaba entrar a los vivos, pero sobre todo no dejaba salir a los muertos.
Los Glotones
Estos se encuentran en el tercer círculo (Canto VI). Están condenados; no tienen amor hacia otros, sino que encontramos el amor por uno mismo simbolizado por la glotonería. No hay posibilidad de comunicación en este círculo y cada alma está aislada y hundida en el fango. El castigo de estas almas era sufrir una lluvia eterna, maldita, fría y densa que siempre cae igual. Al llegar a tierra, desprende un olor horrible. Además, los condenados están castigados a escuchar los ladridos eternos del guardián del Infierno. Todas las almas yacían en el suelo y son vigiladas por Cerbero, quien las descuartizaba con sus uñas.
Ciacco
Este aparece en el Canto VI. Era habitante de Florencia y es la única alma que se levanta cuando Dante y Virgilio pasan por este círculo. Es el personaje histórico que aparece en este canto. Es quien le cuenta a Dante las desgracias de Florencia.
Plutón
Aparece en el Canto VII y representa a un personaje mitológico. Es el dios pagano de la riqueza, el cual no deja pasar a Dante y Virgilio al cuarto círculo del Infierno. Plutón no tiene un papel importante en esta obra, ya que inmediatamente después de que Virgilio lo describiera como un lobo con el rostro hinchado de ira, cayó al suelo. En la mitología romana, era el dios del inframundo; en la mitología griega, era conocido como Hades, aunque más bondadoso.
Los Avaros y los Pródigos
Son las almas condenadas del cuarto círculo (Canto VII). En este canto encontramos a los avaros y los pródigos: unos que en su vida guardaron demasiado (pero para mal) y los otros, que gastaron demasiado. Como consecuencia, en el Infierno chocan contra otros, que rompen contra las rocas. Allí, estos, en dos filas, se lanzaban de un lado a otro enormes pesos con el pecho y gritando fuertemente; después se insultaban unos a otros.
Flegias
Es el personaje mitológico que aparece en el canto VIII. Es el símbolo de la ira violenta y del fuego, por eso mismo encabeza el quinto círculo, el de las almas iracundas y melancólicas. Flegias es el encargado de transbordar a los viajeros al otro lado de la laguna Estigia. En la mitología, es hijo de Marte y de una mortal, rey de Beocia. Es citado en la Ilíada por fundar una ciudad. En un viaje al Peloponeso, su hija fue seducida por Apolo y, para vengarla, incendió el templo de Apolo de Delfos.
Felipe Argenti
Este es el alma enlodada que se acerca a Dante y entabla una conversación con él. Tanto Dante como Virgilio lo rechazan por haber sido en vida un personaje miserable. Felipe Argenti fue un florentino, de espíritu orgulloso, familia de los Adimari, conocido por su ira y crueldad. En esta obra lo encontramos revolviéndose contra sí mismo, destrozándose con los dientes. Es el símbolo de la violencia, la ira y la soberbia.
Los Iracundos y Melancólicos
Aparecen en el canto VIII. Dante y Virgilio pasaban por la laguna Estigia y se encontraron con unas almas allí, completamente desnudas. Se golpeaban con las manos, la cabeza, los pies y el pecho. También se arrancaban la carne a pedazos con los dientes. Unas almas eran las dominadas por la ira, pero había otras, sumergidas bajo las aguas de la laguna, castigadas a no poder hablar.