Infancia y Formación en la Antigua Grecia: Esparta y Atenas

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La Educación en la Antigua Esparta (Basado en Flacelière)

Robert Flacelière (1993:109) considera que Esparta nos proporciona un modelo de sociedad en el que la educación establece planteamientos totalmente diferentes a los de otras polis griegas. La educación espartana de los siglos V y IV, modelo más antiguo, se conoce por su excesiva severidad y rigidez. La única preocupación de los espartanos era la preparación para la guerra. Mientras en Atenas, las jóvenes se ocupaban de las tareas domésticas, las espartanas, al igual que los muchachos, practicaban en público muchos deportes. Entre otros, la lucha, el lanzamiento del disco y de la jabalina, que era un arma de guerra. El carácter férreo de estas mujeres se forjaba bajo la preocupación constante por mejorar la raza. Se preparaban físicamente con el fin de transmitir a sus vástagos esa fortaleza; querían que sus hijos fueran hombres robustos y fornidos que se integraran en el ejército.

Flacelière (1993:111) sostiene que los niños espartanos permanecían con sus familias hasta los siete años. Se les adiestraba y criaba de forma singular desde sus primeros años. El autor cita a Plutarco, quien apunta que las nodrizas laconias dejaban totalmente libres y desnudos a los niños a su cargo, para que se acostumbraran a la inclemencia del medio y vencieran los miedos y su soledad. La severidad de trato perseguía que el niño no se asustara en la oscuridad, ni llorara ni gritara.

A partir de entonces, cuando el niño cumplía siete años, el Estado se hacía cargo de él hasta el fin de sus días.

Perspectivas sobre la Infancia en la Antigua Grecia

Platón (Leyes, 7, 793 e) aconsejaba que se dejara jugar a los niños a su aire hasta los seis años, no sin dirigir sus juegos con vistas al aprendizaje de un futuro oficio.

La Infancia y Educación en la Antigua Atenas (Basado en Flacelière y Leyes de Solón)

Flacelière (1993:119) señala que en Atenas no existía la figura del pedónomo o inspector de educación, como en Esparta y otras ciudades dorias. Las leyes de Solón obligaban a los padres a enviar a los niños a la escuela al amanecer, con el objeto de evitar abusos de pederastas y otros peligros. Estas leyes no obligaban sin embargo a recibir clases de gimnasia, música o gramática, ni siquiera a asistir a la escuela.

La Infancia en Atenas

El padre de familia gozaba de una libertad casi completa para educar él mismo o permitir que otros educaran a sus hijos como considerara oportuno hasta los dieciocho años, edad en la que el adolescente se convertía en ciudadano e iniciaba su vida cívica mediante el aprendizaje del oficio de las armas.

Las leyes de Solón obligaban a los padres a no enviar a la escuela a los niños hasta después del amanecer y a ir a buscarlos antes del anochecer, para evitar los peligros del camino a oscuras, y prohibía a los jóvenes y a los extraños que entraran en la escuela cuando estuvieran allí los niños, medida para combatir la pederastía.

Ni siquiera es seguro que en Atenas la ley obligara a los padres a llevar a los niños a la escuela; pero, aunque no hubiera una ley escrita, la costumbre impuso claramente la obligación escolar, y su presión era igualmente apremiante. En todo caso, tanto si se trataba de la enseñanza de las letras como de la música o la gimnasia, el maestro recibe a los alumnos en su propia casa, y no en un edificio público construido por cuenta del Estado. Esto es evidente en lo referente al gramático y al citarista.

En el caso del pedotriba (maestro de gimnasia) hay que distinguir las palestras de los efebos y de los adultos que existían en los gimnasios públicos, y las palestras reservadas a los niños: éstas parecen haber sido palestras privadas, propiedad de los pedotribas.

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