Industria en España: Problemas Estructurales, Globalización y Sostenibilidad

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Situación Actual de la Industria en España: Problemas Estructurales y Tendencias Recientes

España se encuentra integrada en el conjunto de países industriales del mundo. Sin embargo, el desarrollo de la actividad industrial en España no alcanzó un nivel notable hasta la segunda mitad del siglo XX. La crisis industrial de 1973-1974, que evidenció la necesidad de cambiar los sistemas de producción, coincidió con la revolución tecnológico-informática o tercera revolución industrial. Se desarrolló una nueva etapa denominada postindustrial o informacional, que dio lugar a nuevos modelos de empresas con una importancia creciente de las nuevas tecnologías, la innovación y la investigación. Por otra parte, el ingreso de España en la Unión Europea (a partir de 1986) supuso el final del proteccionismo y la apertura del mercado a la competencia exterior, que ha provocado una reconversión industrial y el cierre de muchas industrias no competitivas.

Tras la entrada en la Unión Europea, la industria española vivió un proceso de modernización productiva que ha pasado por sucesivas crisis (1990-1993, y la actual, desde 2007-2008). A mediados de la década de 1990, la industria española, recuperada de la primera reconversión industrial, se había convertido en el sector de actividad más productivo gracias a la moderación salarial y a la flexibilidad en la contratación laboral. La economía crecía por encima de la media europea y aumentaba la inversión española en los países de la Unión Europea, mientras que en Portugal, el norte de África y Latinoamérica se instalaban empresas españolas.

Problemas Estructurales: Dimensión, I+D+i y Tecnología

La industria española presenta diversos problemas estructurales que afectan negativamente a su competitividad frente a la economía europea y global:

  • Tamaño de las empresas: Existe un fuerte contraste entre las empresas. Las pequeñas (menos de 50 trabajadores) y medianas (51-250 trabajadores) representan más del 90%. Las pymes reaccionan con mayor agilidad y flexibilidad ante los cambios de la industria actual, pero sus productos son más caros y menos competitivos, invierten poco en investigación y modernización, y tienen dificultades para acceder a la financiación y a los mercados exteriores.
  • Insuficiencia en investigación, innovación y creación de tecnología:
    • La inversión en I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) es menor que en los países europeos avanzados. Presenta una concentración en las ramas industriales más dinámicas (transporte, farmacia, aeroespacial) y en las grandes empresas, sobre todo las localizadas en Madrid y Cataluña.
    • La innovación empresarial es insuficiente, sobre todo en las pymes; y se resiente en fases de crisis económica.
    • La creación de tecnología es escasa y dependiente. En España se crea poca tecnología debido a la insuficiente inversión en investigación. A pesar de que en los últimos años ha habido un esfuerzo por el desarrollo de infraestructuras telemáticas y hay un crecimiento imparable de usuarios de internet y medios informáticos, la incorporación de las TIC se sitúa por debajo del entorno. Es escasa la transferencia a las empresas de la investigación básica realizada en las universidades.

Todo esto provoca una balanza tecnológica deficitaria: las principales empresas de automóviles, maquinaria eléctrica, aparatos electrodomésticos y productos farmacéuticos fabrican con patentes extranjeras, que suponen un enorme gasto para España, que debe pagar por su aplicación.

Tendencias Recientes de la Industria en España: Globalización y Deslocalización

La industria ha mantenido un ritmo positivo de crecimiento de ventas, producción y demanda, aunque va perdiendo importancia dentro del conjunto de actividades económicas debido a la terciarización general de la economía y del empleo. La crisis financiera de 2007, surgida inicialmente en Estados Unidos, afectó posteriormente a toda la economía mundial. En la Unión Europea se inició una tendencia general a la baja, que en España se reflejó en una recesión de la cartera de pedidos, un aumento de los stocks y una desaceleración del empleo general y de la industria en particular.

Además, la incorporación de nuevos países a la UE afecta a la industria española por diversos motivos: estos países gozan de una mayor proximidad al gran eje industrial europeo que constituyen los países nórdicos, Alemania y el norte de Italia; además, la estructura productiva es semejante a la española, la mano de obra es más barata, y su productividad y cualificación en alta tecnología, mayor. Asimismo, la inversión de capital extranjero les ha permitido la implantación de empresas de alta tecnología, con lo que ha aumentado su potencial industrial dentro de la UE.

El actual tejido industrial español se está incorporando a la globalización económica, de manera que nuestras zonas industriales se configuran como puntos de una red de producción a nivel mundial. En una economía globalizada, las empresas buscan la competitividad para aumentar su cuota de mercado.

En este punto, la política trata de fomentar la internacionalización empresarial mediante la búsqueda de nuevos mercados; la promoción en el exterior de los productos y de las empresas españolas (diplomacia comercial); el impulso a la exportación de las pymes o la implantación de empresas españolas en el extranjero.

Por otra parte, de esto se derivan las causas de la deslocalización: la búsqueda de menores costes laborales y de mejores condiciones fiscales y técnicas. Por esta razón, las empresas se trasladan a lugares como el este de Europa, el sudeste asiático, China, etc. Las consecuencias de las deslocalizaciones son el incremento de la tasa de paro y la pérdida de empleo en el sector secundario, que tiende cada vez más a terciarizarse. Uno de los sectores de la industria española más afectados es el de los automóviles, en el que España ha mantenido un buen ritmo de exportaciones; el sector está dominado por empresas de capital extranjero que pueden deslocalizar las industrias en busca de menores costes.

Impacto Ambiental de la Actividad Humana: Contaminación, Cambio Climático y Huella Ecológica

En la actualidad, muchas actividades humanas conllevan grandes y graves consecuencias no deseadas, especialmente sobre el medio ambiente: la contaminación y el cambio climático quizás sean dos de las más preocupantes. Por esta razón, a veces es necesario realizar evaluaciones de impacto ambiental.

La contaminación es una de las mayores consecuencias ambientales y sociales negativas que tienen las actividades humanas. Supone la introducción, en un medio cualquiera, de una substancia en cantidad suficiente como para provocar algún daño o desequilibrio, irreversible o no, y que puede ser perjudicial para la salud, para la seguridad o el bienestar de la población o para la vida vegetal o animal. La contaminación se clasifica según los medios a los que afecta:

  • Contaminación atmosférica: Los principales contaminantes (en especial el dióxido de carbono) proceden de procesos de combustión en actividades de transporte, industrias, generación de energía eléctrica y calefacción doméstica, así como de la evaporación de disolventes orgánicos y de las emisiones de gases, que han originado un agujero en la capa de ozono.
  • Contaminación del agua: Generalmente la contaminación de ríos, mares y aguas subterráneas proviene de vertidos y desechos industriales (con presencia de metales y de aguas con elevada temperatura) así como de aguas residuales no tratadas procedentes del saneamiento de villas y ciudades.
  • Contaminación del suelo: Aparece tras la aplicación de insecticidas, por filtraciones o roturas de canalizaciones de aguas residuales y productos industriales. Los productos químicos más habituales son los derivados del petróleo, disolventes, insecticidas y metales pesados. Este tipo de contaminación está estrechamente relacionado con el nivel de industrialización. Su acción puede ser directa o bien al entrar en contacto con cursos de agua potable.

La contaminación también se puede clasificar en función del método contaminante ambiental. Así podemos distinguir entre:

  • Contaminación química: Significa la introducción de substancias potencialmente peligrosas para la salud y para el medio ambiente, en los alimentos, en el aire o en el agua. Por ejemplo, el uso excesivo de insecticidas agrícolas puede afectar a los acuíferos y repercutir en la salud humana.
  • Contaminación radiactiva: Derivada de la dispersión de materiales radiactivos, como el uranio enriquecido, usados en instalaciones médicas o de investigación, en reactores nucleares de centrales energéticas, en pruebas atómicas, y que se produce por accidente (como el de 1986 en Chernóbil, Ucrania) o por la manipulación de residuos radiactivos.
  • Contaminación acústica: Es la contaminación debida al ruido, al sonido excesivo o molesto provocado por las fábricas, los medios de transporte o ciertas actividades de ocio. Puede provocar malestar, irritabilidad, insomnio y sordera parcial. Si bien el ruido no se acumula ni se traslada, ni se mantiene en el tiempo, como las otras contaminaciones, puede causar daños en la calidad de vida de las personas y en el medio ambiente. Algunos ruidos de la ciudad están por encima del umbral del dolor (unos 120 decibelios).
  • Contaminación térmica: Tiene lugar en el momento en que un proceso modifica la temperatura del medio de forma perjudicial, por ejemplo debido al vertido de agua caliente en un río: el incremento de la temperatura disminuye la solubilidad del oxígeno en el agua, por lo que puede provocar una gran mortandad de peces.
  • Contaminación electromagnética: Es la producida a partir de las radiaciones generadas por equipos electrónicos y por instalaciones eléctricas. Además de crear problemas en los aparatos eléctricos y en la transmisión de datos, puede afectar a la salud humana; en este sentido, las antenas de telefonía móvil son una fuente constante de polémica.
  • Contaminación luminosa: Se refiere al resplandor de luz difundido en el cielo nocturno y producido por la luz artificial procedente de las ciudades, de los vehículos y de otras infraestructuras. Obliga a muchas especies animales y vegetales a cambiar sus hábitos nocturnos.
  • Contaminación visual: Se produce cuando la abundancia, la desorden o el tipo de elementos que se hallan en el paisaje deterioran su estética. De forma consciente o no, esta contaminación crea malestar y afecta a nuestra calidad de vida.

El Cambio Climático y sus Factores

El cambio climático es la modificación que sufre el clima en relación al paso del tiempo y a nivel global. Sobre el clima influyen muchos fenómenos: la órbita de la Tierra, el tipo y cantidad de insolación, la composición de la atmósfera, la disposición de los continentes, las corrientes marinas. A lo largo de la historia de nuestro planeta estos fenómenos han ido variando de forma natural, así que, ciertamente, siempre han existido cambios climáticos.

Los seres humanos son uno más de los agentes que pueden influir en el cambio climático. Si bien durante muchos siglos su influencia fue muy reducida, en los últimos años la cantidad y la intensidad de las acciones humanas sobre el planeta son tantas que están induciendo notables transformaciones de las condiciones climáticas y, lo que es peor, a una gran velocidad, lo que impide la adaptación de la naturaleza a las nuevas circunstancias. Para referirse al cambio de origen humano, se usa también la expresión cambio climático antropogénico. Las acciones humanas de hoy no solo están condicionando el clima a largo plazo sino en el futuro más próximo. Entre los elementos que influyen en el cambio climático cabe citar:

  • El efecto invernadero y el calentamiento global: La energía solar calienta el suelo terrestre, que devuelve una parte (un 37,5%) de esa energía al espacio exterior mientras que el resto es retenido por los gases de las capas superiores de la atmósfera, produciendo su calentamiento. Es lo que se llama efecto invernadero, ya que funciona igual que los cristales de un invernadero de jardinería, pero esta vez desarrollándose de forma natural: de ahí el nombre y el paralelismo.

Lo preocupante es que en los últimos tiempos la proporción de los gases que provocan este efecto (CO2, metano y clorofluorocarbonatos o CFC, entre otros) se ha elevado enormemente, de modo que impide que salga al espacio exterior parte de la energía que emite la superficie de la Tierra. Como consecuencia, se eleva la temperatura de la atmósfera, empezando así un proceso de calentamiento global y de cambio climático antropogénico.

  • El calentamiento global y los océanos: El aumento global de la temperatura tiene un efecto directo en los océanos. Desde el año 1960 la temperatura media de los océanos ha aumentado 0,1ºC, pero las aguas del océano Antártico lo han hecho en 0,2ºC. Eso, unido al aumento de la temperatura del aire, hace que se provoque el deshielo de grandes placas heladas en las zonas ártica y antártica, así como también el de los glaciares terrestres. Las predicciones indican que, si no cambian las condiciones, antes del año 2050 el volumen de hielo de los glaciares disminuiría en más de un 60%: el deshielo estimado de Groenlandia es de unos 240 km3 al año.

Cuarenta y seis observatorios de entre los cincuenta situados en las capitales de provincias detectaron un aumento de 1,63ºC de media anual en el período 1971-2008. En lo que se refiere a la precipitación invernal (la que tiene mayor capacidad de generar recursos hídricos aprovechables) en este mismo período muestra un descenso del 34,3%, mientras que el número de días de nieve baja en un 41%. Por el contrario, se da un alza sin excepción en el número de días con temperatura media mayor de 15ºC, lo que indica una tendencia al aumento de las olas de calor, tanto en frecuencia como en severidad.

La Huella Ecológica: Un Indicador de Sostenibilidad

La llamada huella ecológica es un indicador de sostenibilidad que resume, para cada individuo, cuál es el área necesaria para producir los recursos que utiliza y para asimilar los residuos que genera. Su objetivo consiste en evaluar el impacto sobre el planeta en un determinado modo de vida.

La biocapacidad del planeta por cada habitante se estimó en 1,8 ha, o lo que es lo mismo, si tuviésemos que repartir el terreno productivo de la Tierra en partes iguales, a cada uno de los más de 6.500 millones de habitantes, les corresponderían 1,8 ha para satisfacer todas sus necesidades durante un año. A pesar de lo anterior, cada ser humano está gastando la cantidad de 2,23 ha, por lo que, a nivel global, se consumen más recursos y se generan más residuos de los que el planeta puede generar y admitir.

Según los datos del último análisis de la huella ecológica de los españoles, cada habitante necesita como media 6,4 ha de territorio para satisfacer sus consumos y absorber sus residuos, que es casi el triple de lo que España se puede permitir.

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