Independencia de las Colonias Americanas y Guerra de Independencia Española: Causas, Desarrollo y Consecuencias

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La Independencia de las Colonias Americanas

A principios del siglo XIX, España mantenía un extenso imperio que abarcaba desde California hasta la Patagonia y territorios del Pacífico como Filipinas. Gran parte de la población española vivía en América, donde estaban los mayores núcleos urbanos, como Buenos Aires, La Habana y Cartagena de Indias. Estas regiones eran gobernadas a través de virreinatos. Sin embargo, entre 1810 y 1824, España perdió la mayoría de estas posesiones, quedando solo con Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que conservaría hasta 1898.

Causas de la Independencia

  1. Voluntad de los criollos: Los hijos de españoles nacidos en América, excluidos de altos cargos políticos, buscaban independencia política para favorecer su posición económica.
  2. Influencia de las ideas liberales: Estas ideas, junto con el precedente de la independencia de las colonias británicas, inspiraron a las élites criollas.
  3. Crisis del sistema comercial: La política monopolista española perjudicaba a la burguesía criolla, que deseaba comerciar libremente.
  4. Debilidad de España: La Guerra de la Independencia debilitó el control español, lo que permitió a los criollos organizarse autónomamente.
  5. Fragilidad del gobierno español: Las deudas tras la guerra con Francia y la debilidad del ejército y la flota, especialmente tras Trafalgar, limitaron la capacidad de España para sofocar las insurrecciones.
  6. Apoyo externo: Reino Unido y Estados Unidos ayudaron militar y económicamente a los independentistas, interesados en abrir el mercado americano.

El Proceso de Independencia

Primera etapa (1810-1815)

Durante la Guerra de la Independencia en España, los criollos rechazaron la autoridad de José I y de la Junta Suprema Central, formando Juntas de Defensa. Inspiradas en el ejemplo español, estas Juntas empezaron a crear ejércitos y relaciones diplomáticas.

  • En América del Sur, destacaron las Juntas de Buenos Aires, Caracas y Quito, mientras que Paraguay proclamó su independencia.
  • En México, los curas Hidalgo y Morelos lideraron un movimiento campesino e indígena con carácter social.
  • A pesar de que las Cortes de Cádiz intentaron integrar a las colonias y dar derechos a los criollos, estas medidas llegaron tarde.

Con el regreso de Fernando VII al trono, se enviaron tropas a América. El general Morillo sofocó la resistencia en Venezuela, mientras el virrey del Perú retomaba el control en gran parte de la región, excepto en el Río de la Plata.

Segunda etapa (1816-1824)

La independencia avanzó mediante grandes campañas militares lideradas por figuras como José de San Martín, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y Agustín de Iturbide.

  • San Martín lideró la independencia de las Provincias Unidas (Argentina, Uruguay y Paraguay) en el Congreso de Tucumán. Desde Argentina, dirigió una expedición a Chile cruzando los Andes y, junto con O’Higgins, logró la independencia chilena.
  • Bolívar destacó en el norte al derrotar a los españoles en Boyacá y Carabobo, fundando la Gran Colombia (Ecuador, Venezuela, Colombia y Panamá).
  • Iturbide logró la independencia de México (1821), seguida de la de América Central, que en 1823 se constituyó como las Provincias Unidas de América Central, aunque esta federación se disolvió en 1839.
  • Sucre selló la independencia de Perú y Bolivia tras su victoria en la batalla de Ayacucho (1824).

Consecuencias

Para América

  1. División social: Las élites criollas asumieron el poder político y económico, mientras que los indígenas y mestizos permanecieron marginados.
  2. Crisis económica: La ruptura con España afectó a las economías locales, muy dependientes del proteccionismo español.
  3. Inestabilidad política: La mayoría de los nuevos países adoptaron repúblicas inspiradas en la Constitución de Cádiz, pero enfrentaron dificultades para estabilizar regímenes democráticos. La influencia de caudillos militares y el uso de las armas marcaron la política de la región.
  4. Influencias externas: Reino Unido y Estados Unidos se convirtieron en los principales actores económicos en la región, desplazando a España.
  5. Fragmentación: El sueño de Bolívar de una América unida fue inviable debido a las divisiones internas.

Para España

  1. Debilitamiento económico: La independencia significó la pérdida de un gran mercado y de recursos económicos vitales para España, lo que agravó su crisis. Regiones como Cataluña, orientadas al comercio con las colonias, fueron especialmente afectadas.
  2. Pérdida de estatus internacional: España dejó de ser una potencia global, perdiendo su influencia en el contexto internacional.
  3. Crisis interna: La guerra en América agotó los recursos financieros, humanos y militares, dejando al país debilitado.

La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

El reinado de Carlos IV (1788-1808) comenzó con un enfoque reformista heredado de Carlos III, bajo la dirección de Floridablanca. Sin embargo, el triunfo de la Revolución Francesa (1789) trastocó el panorama político: cierre de fronteras, freno de reformas y ruptura con Francia. Tras la ejecución de Luis XVI, el gobierno de Godoy se alió con las monarquías absolutas contra Francia. Derrotada España, Godoy firmó la Paz de Basilea (1795), cambiando la política hacia una alianza con Francia contra Inglaterra. La relación con Napoleón acentuó la dependencia española: conflictos como la “Guerra de las Naranjas” con Portugal y el desastre de Trafalgar (1805) demostraron la debilidad española. Estas derrotas, unidas a la crisis económica por los gastos bélicos, la caída del comercio americano y las crisis de subsistencias, generaron descontento social y desprestigio para Carlos IV y Godoy.

Causas de la Guerra

Napoleón buscó el apoyo español para conquistar Portugal (aliado de Inglaterra), lo que llevó al Tratado de Fontainebleau (1807), permitiendo a las tropas francesas cruzar España. Sin embargo, el tratado fue un pretexto para invadir la Península, desatando la Guerra de la Independencia (1808-1814). En 1808, tropas francesas ocuparon ciudades estratégicas españolas. Ante esto, Godoy intentó trasladar la Corte a Sevilla, pero el descontento social culminó en el Motín de Aranjuez (marzo de 1808), en el que los partidarios de Fernando VII asaltaron el palacio de Godoy. Esto obligó a Carlos IV a destituir a Godoy y abdicar en su hijo Fernando VII. Napoleón, aprovechando la crisis política, convocó a Carlos IV y Fernando VII a Bayona, donde se produjeron las Abdicaciones de Bayona: Fernando renunció a favor de su padre, quien cedió el trono a Napoleón, que lo entregó a su hermano José Bonaparte. Mientras tanto, en España, las Juntas Provinciales surgieron como poder alternativo frente a un gobierno colaboracionista. La presencia francesa en ciudades generó tensiones. El levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid, motivado por el traslado de miembros de la familia real a Francia, marcó el inicio de la insurrección popular. Liderado por Daoiz, Velarde y Ruiz, fue duramente reprimido por Murat. La revuelta se extendió rápidamente por la Península.

Composición de los Bandos

  1. España de José I: Comprendía los territorios controlados por los franceses y era apoyada por los afrancesados, quienes defendían una modernización pacífica y gradual del país. Muchos de estos eran antiguos reformistas e ilustrados.
  2. España de la resistencia: Constituida por los territorios no ocupados por los franceses, donde se luchaba en nombre de Fernando VII. Este grupo estaba dividido entre absolutistas (defensores de la monarquía tradicional) y liberales (contrarios a los franceses, pero partidarios de sus ideas ilustradas).

Desarrollo de la Guerra

Etapa de ocupación y primeros éxitos (1808)

El ejército francés se desplegó por la Península, encontrando una fuerte resistencia en Zaragoza, liderada por Palafox y Agustina de Aragón. Sin embargo, en la batalla de Bailén, el general Castaños logró la primera gran victoria contra las tropas napoleónicas, obligando a José I a abandonar Madrid y retroceder hasta Vitoria.

Etapa de hegemonía francesa y guerrillas (1808-1812)

Napoleón intervino personalmente, trayendo la Grande Armée y logrando victorias significativas. Madrid y Zaragoza cayeron, y José I recuperó el trono. Para 1810, la mayor parte de la Península estaba bajo control francés, excepto Lisboa, zonas gallegas y Cádiz, defendida por la flota inglesa y convertida en refugio de la Junta Suprema Central. Frente a la superioridad militar francesa, los españoles recurrieron a la táctica de guerrillas, pequeñas partidas que hostigaban al enemigo. Estas destacaron por su movilidad, conocimiento del terreno y apoyo de la población civil, que proporcionaba alimentos e información. Las guerrillas fueron fundamentales para desgastar al ejército francés. Entre los guerrilleros más famosos estuvieron Juan Martín “El Empecinado”, Espoz y Mina y el cura Merino.

Etapa de ofensiva final hispano-inglesa (1812-1814)

A partir de 1812, la guerra comenzó a cambiar. Napoleón cometió el error de invadir Rusia, desviando parte de sus tropas. Mientras tanto, el ejército anglo-hispano-portugués liderado por Wellington obtuvo importantes victorias en las batallas de Arapiles, Vitoria y San Marcial. José I abandonó Madrid, y los franceses comenzaron su retirada. Finalmente, Napoleón, desgastado por las derrotas y la situación en Europa, firmó el Tratado de Valençay (1813), devolviendo el trono a Fernando VII y poniendo fin a la guerra.

Consecuencias

La Guerra de la Independencia dejó aproximadamente medio millón de muertos, incluyendo bajas en combate, muertes por epidemias (tifus, cólera) y hambrunas causadas por la escasez de alimentos. Económicamente, la guerra devastó la industria textil catalana y arruinó la Hacienda pública. Muchas ciudades quedaron arrasadas, como Barcelona, Zaragoza y San Sebastián. Además, los franceses realizaron un importante expolio de obras de arte.

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