Los Indefinidos Compuestos en el Español Medieval
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LOS INDEFINIDOS COMPUESTOS. OMNE Y UNO
2. Los indefinidos compuestos
2.1. Origen y formación
Existen dos explicaciones tradicionales para el surgimiento de los indefinidos compuestos:
A) Aquella que defiende que son una pervivencia o calco directo de los indefinidos impersonales
latinos que tenían un significado de generalización o indiferencia y que se habría continuado en
el significado de los indefinidos compuestos castellanos.
B) Aquella que supone que se trata de una innovación romance a partir de una estructura oracional
mayor de determinadas características: una subordinada relativa con verbo conjugado.
La teoría del origen oracional coge peso gracias a cinco hechos fundamentales:
El primero de ellos se basa en la existencia de casos en el español de los siglos XII y XIII en los
que es casi imposible deslindar si se trata de una oración o de un compuesto. La doble lectura
estructural viene dada por dos tipos de ambigüedad: el primer tipo de ambigüedad, el verbo querer parece conservar su carácter verbal y en el segundo tipo, el relativo parece ser un
relativo pleno porque hay en el contorno un posible antecedente nominal o adverbial. El hecho
de que la mayoría de ejemplos dudosos tengan un verbo querer con flexión plena contribuye a
reforzar el carácter predicativo y no compuesto de la estructura. Para el siglo XV, no quedan
rastros de estructuras oracionales con relativo y querer que admiten una doble lectura.
Un segundo hecho es la existencia de ejemplos con ruptura de la adyacencia entre los
formativos relativo y verbal del indefinido compuesto, es decir, no es una ruptura de cohesión,
sino un paso previo a la fijación del compuesto que crea un constructo intermedio entre fase
verbal y compuesto frasal. En el siglo XIII y anteriores, había dos tipos de sintaxis en estos
constructos: adyacente y no adyacente, que posteriormente fue reducida a una sola, la
adyacente.
En tercer lugar, la certeza de que la creación de los indefinidos compuestos es una formación
romance a partir de una estructura predicativa mayor, conlleva a que los relativos complejos
romances muestran diversos grados de obligatoriedad de una subordinada relativa recurrente.
Un cuarto hecho es la existencia de ciertas estructuras coordinadas que evidencian el origen
oracional. Por un lado, unos constructos indefinidos donde el relativo entra en contacto en
coordinación con otro sintagma flexivo y el verbo volitivo entable relación de predicación con
ambos; por otro lado, es posible documentar coordinación entre dos compuestos del verbo querer.
El quinto hecho es la afirmación de que en español medieval de los siglos XIII y XV la mayoría
de los indefinidos compuestos aparecen en una expansión de subordinada relativa, esto respalda
el origen oracional de estos indefinidos. De hecho, muchas gramáticas enuncian estos
compuestos con un relativo integrado: cualquiera que, quienquiera que, etc.
Las dos explicaciones etimológicas, la del calco y la oracional, pueden ser conciliadas. El
latín poseía un abundante y complejo sistema de indefinidos-relativos con matices semánticos que
vienen dados mediante mecanismos de duplicación y composición. El sistema de indefinidos latinos
sufrió una drástica simplificación estructural y léxica, y la gran mayoría de indefinidos duplicados y
compuestos no sobrevivió.
3. Estados de la cuestión
3.1. Los estudios sobre indefinidos compuestos
Los indefinidos compuestos se forman a partir de un pronombre relativo indefinido latino
más un verbo volitivo, mientras que el pronombre omne se forma a partir del sustantivo latino
homine. Sobre omne hay pocos trabajos que datan sobre las primeras décadas del siglo XX y
respecto a uno, su aparición tardía implica una muy escasa línea gramatical.
En las gramáticas y estudios monográficos:
El indefinido compuesto posee las dos categorías gramaticales básicas, ya que la mayoría de
lenguas usan las mismas formas para pronombres y adjetivos.
Según Andrés Bello, en origen junto a la base del compuesto se le añade un nexo subordinante
relativo, esto da lugar a cualquiera que, quienquiera que, etc. Y lo llama “frases relativas”.
El estatus que el indefinido compuesto tiene dentro del sintagma cuando funciona como
adjetivo puede funcionar como adjetivo modificador cuantificador o como determinante
indefinido.
Los indefinidos pueden denominarse como:
- Los indefinidos compuestos se puede caracterizar como indefinidos específicos: indefinidos
porque no marcan el lugar ni para referirse a una entidad, suelen carecer de interpretaciones
anafóricas e inespecíficos porque no han sido introducidos previamente en el discurso.
- En la gramática de Fernández Ramírez los denomina indefinidos de indiferencia porque remiten
a “estados de indistinción o indiferencia” y su esencia es evitar la discriminación categórica y
marcar en el mismo nivel los procesos estimativos.
- En la tradición latina, los indefinidos de generalización, es decir, el significado no delimita,
precisa o señala un determinado miembro, sino que puede remitir a cualquiera de todos los
posibles miembros del universo referido. Y desde la tradición inglesa, llega el término de
elección libre porque el indefinido
Semántica destacan los rasgos de “indistinción o indiferencia”, “generalización” y “elección
libre”. Los indefinidos se desplazaron diacrónicamente desde un significado de elección indiferente
hasta un significado de generalización; el cambio lingüístico suele ser acumulativo y a estos
significados se añadieron otros matices semánticos distintos de carácter valorativo.
Los indefinidos compuestos son para los estudiosos cuantificadores, porque expresan una
cantidad dentro de un dominio, pueden referirse a individuos, entidades o propiedades poseídas por
un individuo u objeto. Se considera un cuantificador universal: el significado de cuantificación
consiste en la elección posible de un miembro dentro de un conjunto o universo mayor, aunque tal
elección sea libre e independiente.
3.2. Los estudiosos sobre omne
Algunos autores reconocen en el origen latino de omne un proceso por el que el sustantivo
homo alcanzó un sentido indefinido, esto se produce a partir de los usos genéricos del sustantivo, y
otros piensan que este proceso se inició con el uso de homo como refiero de nemo en
construcciones negativas. Aparecen usos indefinidos de los derivados de homo que forma una
innovación romance.
En el español medieval, omne se usó como pronombre indefinido con valor generalizador,
los estudios donde se usa omne datan entre los siglos XVI y XVII; a partir del siglo XVI, el
pronombre adquirió un rasgo para encubrir el yo.
La ambigüedad para distinguir significados genérico y pronominal es a causa de que omne
tenía un tono de pronombre generalizador; se utilizaba en un contexto genérico con muchos
proverbios y sentencias morales de forma generalizada. Además, omne era usado frecuentemente
sin ningún determinante, aunque podría ir seguido del artículo definido y guardar su rasgo
indefinido.
El principal motivo por el que omne desapareció fue la estabilización del pronombre
impersonal uno en el siglo XVI. Existen estudios donde observamos que el se impersonal pudo
reemplazar a omne en algunos contextos y otros donde niegan que un clítico pudiera funcionar
como omne, debido a las notables diferencias existentes entre los medios de impersonalización. La
desaparición del pronombre omne tiene dos corrientes: la primera es la rama de autores que datan la
pérdida entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI; la segunda considera que omne se
seguía usando para encubrir el “yo”, por lo tanto no datan el desuso, aunque buscan ejemplos de los
siglos XVI-XVII.
En la primera mitad del siglo X surgieron algunos estudios como los de Guilliet, Brown,
Malkiel o Karde. El ensayo más completo es el de Karde, dispuesto como un capítulo de su tesis
doctoral sobre las formas para expresar en español la idea del sujeto indefinido, esto supone una
perspectiva total sobre la evolución de omne, desde sus inicios latinos hasta su paso medieval,
clásico y posteriormente su eliminación. Además, lo compara con el pronombre francés on, según
los contextos de ambos on tuvo un recorrido más antiguo por lo que no son semejantes. Karde niega
la posibilidad de que la pérdida de omne se debía al avance de la voz pasiva, de la pasiva refleja y
de la tercera personal del plural como rasgo impersonal. Un factor relevante es el uso de omne
como estrategia de encubrimiento del “yo” a partir del siglo XVI. Además, dado que omne se usa e
el registro popular tuvo como resultado que los autores cultos recurrieron a formas neutras como
uno, que no estaban tan negativamente asociadas a lo popular.
3.3. Algunos antecedentes sobre uno
Todos los trabajos vinculan la aparición del sentido impersonal de uno con la desaparición
del pronombre genérico omne y con la extensión de construcciones con se. Se suele identificar con
la aparición del valor impersonal de uno asociada a la función de sujeto; es un recurso para diluir o
aminorar la responsabilidad del agente y sería uno “sujeto explícito indeterminado”. Aunque puede
aparecer en otras funciones, la de sujeto es la más frecuente. Uno no posee un estatus categorial,
como opina Keniston. Los análisis evidencian un aspecto común: uno ha abandonado su origen
cuantificador y adjetivo.
Sintácticamente uno puede funcionar como:
- Uno impersonal se asocia con verbos pronominales porque no es posible emplear se para
expresar impersonalidad.
- Carece de ejemplos anafóricos justamente por su carácter impersonal.
- Siempre refiere a personas: es parafraseable o sustituible por yo porque incluye siempre a la
primera persona, pudiendo incluir o excluir a las otras tantas personas; es sustituible por todo,
porque “no separa al individuo del resto del grupo”: más que denotar un referente en la realidad,
ubica a este en un espacio mental.
- Puede desempeñar varias funciones aunque prefiere la de sujeto.
- Admite variación de género sin perder su significado impersonal pero no acepta variación de
número.
- Admite oraciones subordinadas de relativo explicativas, pero no especificativas o restrictivas, lo
cual es lógico porque si es una estrategia de impersonalización, no tiene sentido aportar
adjetivaciones descriptivas.
- Pronominaliza en le como lo haría cualquier sintagma de 3a persona.