La importancia de la conciencia moral y la frivolidad en la ética
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Obligatoriedad para un creyente de una norma religiosa cuando su conciencia moral le dice lo contrario
El último criterio de obligatoriedad de una norma es la conciencia del sujeto, dentro de los límites de la más estricta ortodoxia. De suerte que la iglesia está perfectamente legitimada para interpretar en materia de normatividad moral, pero es la conciencia del sujeto en último término quien ha de reconocer tal obligatoriedad.
La sanción de una norma religiosa es, pues, tanto interna como externa, porque es el propio sujeto el que sabe bajo mínimos y se arrepiente, pero además existen formas públicas de expresar el arrepentimiento, como la confesión.
Lo peculiar de una norma moral de acuerdo con Adela es que no tiene fuerza obligatoria sino para quien se la reconoce, de modo que una norma moral nunca puede venir impuesta desde afuera.
53 ¿Qué significa tomarse en serio la construcción de un mundo más humano? Capítulo IV: consciente competente y comprometido
El individuo que se toma las cosas en serio es el tipo de persona que tiene convicciones, y quien tiene convicciones siempre corre el peligro de aferrarse a ellas de tal modo que puede acabar siendo un intolerante y un dogmático.
Quien está convencido de algo es porque tiene un potencial dogmático que se inmuniza ante toda crítica, y además tiene un potencial intolerante, incapaz de admitir que otros piensen de una manera distinta. Por eso, acaba concluyendo un filósofo como Richard Rorty, es un deber moral no tomarse las cosas en serio, sino que hay que tomarlas con frivolidad.
Qué se entiende por una moral adusta Y una moral frívola?
La moral adusta: es vista también como la pobre moral, una moral seria que no permite que otros la critiquen o la pongan en cuestión, incluso a resistirse a revisarla por el mismo, y está además incapacitado para admitir de forma tolerante posturas diferentes a las suyas, algunos filósofos hodiernos nos dicen que esto de la moral ni siquiera hay que tomarlo en serio, ya que las personas que toman las cosas en serio es en realidad un peligro público potencial, el individuo que se toma las cosas en serio es el tipo de personas que tiene convicciones y quien tiene convicciones siempre corre el peligro de aferrarse a ellas de tal modo que puede acabar siendo un intolerante y un dogmático.
Mientras que la una moral frívola: de esta moral decimos que es un deber tomarse las cosas con frivolidad es decir quedarse en la superficie, una ventaja de quedarse en la superficie como decía Gioran, que así podemos tomar decisiones, porque quien se adentra en demasiadas profundidades y contempla los problemas en todas sus dimensiones, toma conciencia de la cantidad de aspectos que encierran y termina sintiéndose incapaz de llegar a una decisión. Dicho con sus bellas palabras: “se toman resoluciones atendiéndose a la superficie: en cuanto se va al fondo, ya no es posible resolver, ya solo se puede echar de menos la superficie.
55 ¿Por qué sostiene el autor Richard Rorty la necesidad de una ética frívola?ojo
Este autor y sus seguidores han sostenido que se debe considerar la frivolidad como un deber moral no por la dificultad de tomar decisiones, sino porque el que toma las cosas en serio es un intolerante potencial y puede acabar poniendo en peligro la democracia, que es un sistema político basado esencialmente en la tolerancia mutua. Siendo así que defender y potenciar la democracia es un deber moral, por no decir el mayor deber moral de los que obligan a quienes viven en sociedades democráticas.
56 ¿Las convicciones son prisiones? En clase dijo que si, era una exigencia.
En efecto, en aquellos inicios de la modernidad, la práctica de la tolerancia entre distintas concepciones religiosas exigió que los creyentes de las distintas religiones o de las distintas iglesias privatizaran sus convicciones, y únicamente sacaran a la vida pública aquello que podrían compartir con los demás.
Continuar con este proceso significa privatizar las convicciones filosóficas, no solo las religiosas, porque las filosóficas también pueden llevar a discrepancias incompatibles con la tolerancia de las sociedades.
¿Qué significa privatizar las convicciones religiosas y filosóficas en un proceso de secularización de la sociedad moderna?
Primero es necesario saber que el procedimiento más adecuado para defender la democracia pluralista según Rorty, consiste en intentar prolongar el proceso de secularización que se inició en la modernidad y que consistió en privatizar las convicciones religiosas, porque podían entrar en conflicto al ser diversas. En los inicios de la modernidad la práctica de la tolerancia entre distintas concepciones religiosas exigió que los creyentes de las distintas religiones o iglesias privatizaran sus convicciones y que además sembraran un ethos de superficialidad, una cultura de frivolidad que abone y respalde la tolerancia.