Imperios Ruso y Otomano: Autocracia, Reformas y Nacionalismos en el Siglo XIX y XX
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 3,1 KB
El Imperio Ruso: Autocracia y Reformas
El Imperio Ruso estaba gobernado por los zares de manera absolutista. Su extensión se había incrementado tras el Congreso de Viena y continuó expandiéndose. La diversidad étnica era muy variada, predominando los eslavos y los caucásicos. Ante tanta diversidad étnica y religiosa se desarrollaron dos tendencias:
- Centrífuga: pueblos que intentaban separarse.
- Centrípeta: intentaba asimilar a las otras minorías a la cultura eslava.
De esta última deriva la política de rusificación que practicaron los zares. La política interna fue la de mantener un régimen autocrático, aunque hubo una creciente oposición.
Alejandro II (1855-1881)
La derrota de Rusia en la Guerra de Crimea obligó a Alejandro II a emprender reformas:
- Abolición de la servidumbre: aunque no mejoró la situación de los campesinos, ya que seguían dependiendo del *mir*.
- Tímida industrialización: se comenzó a construir la red de ferrocarril.
- Modernización de la justicia.
- Mejora de la administración territorial con la creación de consejos rurales (*zemstvos*).
Se reprimieron los movimientos de oposición al zarismo. El zar fue asesinado en un atentado.
Alejandro III (1881-1894)
Alejandro III potenció el desarrollo económico, apoyado en la reforma fiscal y la captación de capital europeo. La industrialización se impulsó desde el Estado. Se construyó el ferrocarril Transiberiano. Creció la *Okhrana* (policía secreta) para perseguir todo tipo de oposición. Pretendió rusificar todos los territorios, controlando la enseñanza y la cultura.
Nicolás II (1894-1917)
Nicolás II continuó la labor represiva y la política de rusificación. Apoyó la expansión hacia Oriente, lo que llevó a la guerra con Japón, que Rusia perdió. Tras la Revolución de 1905, el zarismo trató de acercarse al constitucionalismo.
El Imperio Otomano: Inestabilidad y Nacionalismos
El Imperio Otomano sufría una fuerte inestabilidad política y una gran división de pueblos, razas y culturas. El emperador recibía los títulos de sultán (poder político) y califa (poder religioso). El Islam era la base de la legislación, tratándose de un Estado teocrático. El país estaba arruinado por la compleja estructura político-administrativa, el pesado sistema de tributos, la corrupción y el coste del ejército.
Un grupo de reformadores, los Jóvenes Turcos, dieron un golpe de Estado para instalar un régimen liberal. El nuevo sultán, Abdul-Hamid II, volvió a concentrar todos los poderes e instauró de nuevo el absolutismo. El Imperio Turco comenzó a debilitarse seriamente. Los nacionalismos eran cada vez más intensos.
La Sociedad para el Progreso y la Unión, junto a los Jóvenes Turcos, dieron un golpe de Estado en 1908 que obligó al sultán a convocar elecciones. Se volvió a suprimir la constitución, lo que desencadenó la revolución de los Jóvenes Turcos, que acabó con el nombramiento como sultán de Mehmet V Resad, quien inició una serie de reformas.