El Imperio Tolteca: Auge, Cultura y Decadencia en Mesoamérica

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Introducción

Recientes descubrimientos en Kanwachú vinculan este centro con las líneas, sugiriendo rituales con fines astronómicos para mejorar la agricultura, coordinados posiblemente por el propio Cahanchu. Se ha relacionado estas líneas con conducciones subterráneas. La decadencia de esta cultura se atribuye al avance del desierto en la costa sur.

Los Toltecas

Los toltecas, pueblo de habla maya, estaban presentes en las tradiciones históricas durante la conquista. Existió interacción cultural y política con Teotihuacán entre el 600 y el 900 d.C. Establecidos en el norte, eran considerados más avanzados que los chichimecas, protegiendo la frontera de sus incursiones. Posiblemente, triunfaron militarmente sobre Teotihuacán en el 750 d.C., creando un imperio de pequeños estados gobernados desde su capital, donde se asentaron supervivientes de Teotihuacán. Tras la caída de Teotihuacán, según textos nativos, regresaron a su origen cultural en el centro de México, liderados por Miscoált y luego por Quetzalcóatl, llegando a Tula alrededor del 960 d.C. Posteriormente, Tescatipocal (dios de la noche para los aztecas) se enfrentó a Quetzalcóatl, venciéndolo y expulsándolo. Tula dominó un vasto territorio hasta el 1156 d.C., con la dinastía continuando hasta el 1162.

Tula

Tula o Tollan, centro del estado tolteca, se ubica en la actual Tula de Allende (Hidalgo). Se transformó en una metrópolis monumental, inicialmente un pequeño asentamiento dependiente de Teotihuacán. Hacia el año 1000, se consolidó como centro político, extendiéndose por 13 km² con una población de 32.000 a 37.000 habitantes. Su organización giraba en torno al área ceremonial con el templo del sol al este y el templo de Quetzalcóatl al norte, deidades principales de su panteón (como en Chichén Itzá). Destaca el palacio "quemado" con techo plano sostenido por pilares y decoración talud-tablero. El perímetro a veces estaba rodeado por un muro decorado con serpientes, jaguares, plumas, águilas devorando corazones y coyotes. Un juego de pelota en el centro y la distribución de grupos domésticos recuerdan a Teotihuacán.

Cultura

Tula aportó a la arquitectura mesoamericana el uso de esculturas antropomorfas (atlantes) que sostenían techos con la cabeza, creando grandes espacios interiores. También crearon columnas con forma de serpiente emplumada. Desarrollaron la metalurgia, utilizaron el arco y un tipo de culto similar al de Teotihuacán. Según textos mayas, Quetzalcóatl, como jaguar, se retiró a un asentamiento tolteca para meditar, donde lo acogieron como gobernante y sumo sacerdote. Los aztecas consideraban a los toltecas artífices de las cosas bien hechas, destacando en el arte, especialmente la orfebrería. "Tolteca" significa "artístico" en azteca. Entre sus esculturas destacan los Chac-mool, hombres jóvenes recostados con las piernas flexionadas, sosteniendo un recipiente sobre su cabeza, generalmente volteada hacia un lado. Los aztecas admiraban su talento para construir templos, cuya influencia cultural se impuso en Mesoamérica durante el postclásico.

Expansión

Las crónicas describen a Tula como centro de un vasto dominio en el centro de México, un estado imperial multiétnico y lingüístico. Eran guerreros, expandiéndose por las fronteras del norte de Mesoamérica contra los chichimecas. Su influencia se extendió hasta los zapotecas y el suroeste de Yucatán. Su relación con los mayas es debatida, pero indudablemente dieron lugar a una cultura precolombina dominante en México central entre los siglos X y XII d.C. Su lengua, el náhuatl, se impuso en la región. Las tradiciones históricas mencionan migraciones al sur, donde derrotaron a grupos mayas en Veracruz. La influencia tolteca es evidente en Chichén Itzá, con numerosos paralelos con Tula. El último periodo de unidad política tolteca se dio en Yucatán bajo el dominio de Mayapán (liga entre Chichén Itzá, Uxmal y Mayapán), disuelta hacia 1450, fragmentando la península en 16 señoríos independientes hasta la llegada de los españoles. En Guatemala, la influencia tolteca originó el próspero reino de los quichés, cuya máxima extensión se alcanzó poco antes de la llegada de los españoles. De ellos se conserva el Popol Vuh.

El Final

Tula cayó a finales del siglo XII, casi destruida por completo. Aunque no quedó deshabitada, las crónicas indican que en 1156 d.C. la ciudad fue trasladada, quedando a merced de invasiones. Otros centros de poder habían surgido y Tula declinaba, aunque su prestigio y poderío sirvieron para que linajes del postclásico reclamaran descendencia. La causa de su decadencia es incierta. Restos arqueológicos muestran destrucción intencionada de monumentos. Las tradiciones hablan de conflictos entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca (representando ideas políticas opuestas). Quetzalcóatl se dirigió al golfo, desapareciendo en el mar con la promesa de volver. Tula fue abandonada, ocupada por chichimecas, cazadores seminómadas. La población tolteca se asentó en los valles de Puebla y México, contrastando con los chichimecas, considerados bárbaros, cazadores sin ídolos, vestidos con pieles.

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