El Imperialismo y la Partición Global: África y Asia en el Siglo XIX
El Reparto del Mundo y las Formas de Dominación Colonial
El reparto formal del continente africano tuvo su inicio en la Conferencia de Berlín, realizada entre fines de 1884 y principios de 1885. Muchos autores consideran que este fenómeno ya se había producido, pero que era un imperialismo informal (control económico). Cuando los europeos comprendieron la importancia de poseer colonias formales, empezó el proceso colonizador o imperialismo formal (político y económico). La expansión imperialista del último tercio del siglo XIX se completó con la acción colonial europea en el continente asiático.
Formas de Dominación Colonial
Si bien hubo diversos sistemas de control colonial, los más frecuentes fueron las colonias, los dominios, los protectorados y las concesiones.
Colonias
Eran aquellos territorios en los que la población nativa estaba totalmente sometida a la potencia colonial. Un tipo de colonias fueron las “colonias de poblamiento”, en las que se asentó una numerosa población europea que impuso su lengua, sus formas de vida e instituciones similares a las de su país de origen.
Dominios
Eran colonias de poblamiento a las que se les aplicó un sistema de autogobierno. Los poderes del gobernador estuvieron limitados por un gobierno designado por los colonos.
Protectorados
Eran territorios coloniales donde ya existía un Estado. La potencia colonial respetaba al gobierno y a la administración nativa, pero ejercía el control militar, la dirección política exterior y la explotación económica.
Concesiones
En el caso de las concesiones, un Estado cedía temporalmente territorios a una potencia, que los controlaba económicamente.
La Expansión Imperialista en Asia
El continente asiático estaba gobernado en gran parte por sólidas estructuras políticas con dinastías imperiales, como China y Japón.
El Imperio Ruso
Rusia había ocupado el norte de Asia en el siglo XVII y, a mediados del siglo XIX, se dirigió hacia las tierras de Turquestán. Además, a partir de 1880-1890, con la construcción del ferrocarril transiberiano, la presencia rusa se extendió hacia Manchuria. Estos avances rusos originaron o agravaron diversos conflictos entre las distintas potencias.
El Imperio Británico
La India fue el territorio preferido del colonialismo británico en Asia. Fue ocupando gran parte del territorio con el apoyo del gobierno británico, para ello disponía de un ejército de soldados indios encuadrados en el ejército británico. La revuelta fue una de las causas que obligó al gobierno británico a reorganizar la administración colonial.
El Imperio Francés
La conquista francesa en Indochina se inició en 1858-1860 con la ocupación del delta del Mekong y la firma de un tratado con el rey de Annam que cedió a Francia tres provincias orientales de Cochinchina. En 1893 se acordó la neutralidad de Siam, actual Tailandia, como Estado independiente, aunque con algunos recortes en su soberanía.
El Imperio Chino
China fue el gran objetivo comercial de las potencias europeas y los Estados Unidos, primero, y de Japón, después. La rivalidad entre las potencias era tan grande que permitió a China conservar su independencia, al menos en teoría. La prohibición del gobierno chino a la entrada del opio, que se intercambiaba por el té y la seda, originó las llamadas Guerras del Opio. Tras estas guerras, el Reino Unido y Francia obligaron a los chinos a negociar una serie de tratados, cuyos resultados más importantes fueron dos: por un lado, China cedía Hong Kong al Reino Unido; por otro lado, se otorgaban ciertos derechos a los comerciantes extranjeros, a quienes se les permitía establecer colonias propias en una serie de ciudades y controlar sus aduanas; entre estas ciudades se encontraban Shanghái y Cantón. Así, China se convirtió en un mercado abierto para los productos europeos, lo que causó la ruina de los comerciantes autóctonos. Fue la década de 1880 la que marcó el comienzo del reparto del territorio chino en cinco zonas de influencia.