La Imparcialidad Judicial: Pilar Esencial de la Justicia y Contraste con el Rol del Abogado

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El Rol Fundamental del Juez: Imparcialidad y Virtudes Judiciales

La función principal del juez, o la función judicial por excelencia, es la aplicación e interpretación de la ley de acuerdo con las circunstancias concretas que concurran en el caso que se esté enjuiciando. Para llevar a cabo su tarea, los jueces deben nutrirse de una serie de virtudes que, en todo caso, deben favorecer la acción de la justicia.

De entre todas esas virtudes (serenidad reflexiva, congruencia, equidad, humildad, etc.), quizás la que favorezca en mayor grado esa acción de la justicia es la imparcialidad judicial. Esta virtud consiste, esencialmente, en garantizar que el juez actúe de forma libre —aunque debemos tener en cuenta su sometimiento a la ley y, aunque la Constitución no lo prevea, a la jurisprudencia en cierto modo— en su proceso reflexivo y de posterior «elaboración» de la sentencia. En definitiva, la imparcialidad **implica que el juez, dentro de su tarea, esté libre de presión de otros poderes públicos o instituciones, así como de posibles delincuentes que intenten influir en su decisión. De igual forma, esta virtud exige la ausencia de toda mediatización del resto de órganos judiciales, así como la salvaguarda del respeto de las partes interesadas en el proceso**.

Esta virtud exige un ejercicio ético de libertad profesional y supone que el juez debe actuar con igualdad, rectitud y conforme a Derecho, sin pasión para resolver los casos. La libertad profesional se entiende en el sentido de que el juez elabora una decisión libre de la conciencia tras un proceso de evaluación y deliberación.

La imparcialidad del juzgador se fundamenta en el respeto y dignidad que las partes en el conflicto sometidas a proceso merecen como seres humanos que buscan una solución pacífica. El juez es imparcial respecto de las partes, de su conflicto y de sus posturas. Para alcanzar las más amplias garantías de imparcialidad se establecen causas de abstención o recusación en el ordenamiento jurídico.

Imparcialidad Judicial vs. Subjetividad del Abogado

Esta virtud, la imparcialidad, es por excelencia la virtud básica del juez, quien debe actuar con igualdad, rectitud y conforme a Derecho. El juez es imparcial respecto de las partes, de su conflicto y de sus posturas, a diferencia del abogado.

Este último se puede ver motivado por diversas cuestiones para defender la postura de su cliente (subjetividad). Para ello, no se precisa que muestre al juez todos los datos sobre los que tiene constancia, sino que hará referencia a aquellos que sirvan para defender su postura y debilitar los argumentos de la parte contraria con el ánimo de convencer al juez sobre su postura.

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