Impacto de la Revolución Industrial y el Capitalismo en la Sociedad: La Visión de Karl Marx
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1.1 La Revolución Industrial: Orígenes y Transformación Social
Para entender el mundo en el que surge el pensamiento marxista, es fundamental tener en cuenta la Revolución Industrial y sus profundas consecuencias. El aumento demográfico en el sistema anterior se había debido a la regularidad de las cosechas, la mejora de la alimentación y la invención de vacunas. Por ello, se necesitaban grandes cantidades de algodón para vestir a la creciente población. Las guerras, por su parte, hacían necesaria la producción masiva de hierro para armamento.
En este contexto, los científicos dedicaron una parte importante de sus presupuestos a resolver estos problemas. La ciencia también formó parte crucial de la solución, utilizando carbón para calentar hornos o transformando agua en vapor para dar energía a las máquinas. A finales del siglo XVIII, como consecuencia de estos avances científicos y tecnológicos, se produjo la Revolución Industrial. Comenzó en el Reino Unido y tardó aproximadamente 100 años en extenderse al resto de Europa. Esto supuso, por primera vez en la historia, que los seres humanos fueran capaces de producir bienes y servicios sin el esfuerzo físico requerido hasta el momento, marcando un hito en la capacidad productiva de la humanidad.
1.2 El Capitalismo Industrial y la Emergencia de Clases Sociales
En el siglo XIX, durante el apogeo del desarrollo industrial, la burguesía sometió a los trabajadores a una explotación laboral intensiva a cambio de salarios muy bajos. Por ello, esta clase social, que en el siglo anterior había adquirido el poder político a costa de la aristocracia, ahora controlaba el poder económico a expensas de la clase obrera. Esta dinámica hizo que surgieran dos clases sociales claramente enfrentadas y opuestas: la capitalista (burguesía) y la obrera (proletariado).
Debido a la industrialización que se extendió por todos los países europeos, el siglo XIX se consolidó como el siglo del capitalismo industrial. Este fenómeno fue especialmente notorio en Inglaterra, bajo el mandato de la Reina Victoria, donde la creación de un vasto imperio político y económico sentó las bases de consecuencias que aún son visibles hoy en día.
En los países más industrializados, la burguesía industrial y financiera fue la más beneficiada por la consolidación del capitalismo industrial, mientras que la clase obrera fue la más perjudicada. Esto tuvo como contrapartida la aparición de grandes masas de trabajadores pobres que vivían en condiciones infrahumanas. Un testimonio elocuente de esta realidad es la obra Oliver Twist (1833) del novelista Charles Dickens, quien describió las miserias de los niños y obreros en el Londres de la época.
La precaria situación del proletariado llevó a que, durante el segundo tercio del siglo XIX, se gestara el nacimiento y consolidación del movimiento obrero en Europa, buscando mejorar las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores.
2. Karl Marx: Pensamiento y Crítica al Capitalismo
2.1 Antropología Marxista: El Hombre como Trabajo
El pensamiento de Karl Marx sobre el hombre se encuentra fundamentalmente en sus obras tempranas, como los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 (también conocidos como Manuscritos de París) y las Tesis sobre Feuerbach, textos que forman el núcleo de lo que se conoce como «humanismo marxista».
Para Marx, el hombre es trabajo. El ser humano se construye a sí mismo con sus acciones y su actividad productiva, sin ningún modelo preestablecido; no es solo un animal racional, sino un ser que se realiza a través de la transformación de la naturaleza y de sí mismo. Marx define el materialismo dialéctico a través del papel central del trabajo en la sociedad. Refiriéndose a Feuerbach, afirmó célebremente: «Los filósofos solo han interpretado el mundo de distintas maneras; de lo que se trata es de transformarlo».
Mediante el trabajo, los humanos deberían autorrealizarse. Sin embargo, Marx argumenta que el capitalismo genera alienación. Este término se entiende como un proceso social en el que el hombre se convierte en algo distinto a lo que le corresponde por su esencia humana. Esto se manifiesta especialmente en el trabajo, cuando este no humaniza al ser humano, y es un punto central de su crítica al sistema capitalista.
La alienación, según Marx, tiene cuatro dimensiones principales:
- Respecto a la naturaleza: Esta no es vista como patrimonio o fuente de vida, sino meramente como materia prima para la producción capitalista.
- Al trabajo: El trabajo no pertenece al proletario, sino al burgués, quien se apropia de su valor y del proceso productivo.
- Al producto de su trabajo: El producto, una vez creado, se vuelve ajeno al productor, lo domina y lo esclaviza, en lugar de ser una extensión de su ser.
- A la sociedad: El capitalismo genera egoísmo, competencia y deshumanización, destruyendo las relaciones sociales basadas en la justicia, la cooperación y la igualdad.