Impacto de las Relaciones Económicas Exteriores en la Balanza de Pagos

Las **relaciones económicas exteriores** tienen un amplio y diverso número de transacciones. Para exponerlas ordenadamente, resulta útil seguir la estructura de la **balanza de pagos**, entendida esta como un documento contable en el que se registran sistemáticamente las transacciones reales y financieras, realizadas durante un período determinado, entre los residentes en el país que elabora la balanza y los no residentes. Contablemente, el total de la balanza siempre está en equilibrio.

En el citado documento se recogen tres grandes tipos de operaciones:

• Las **corrientes**
• Las **de capital**
• Las **financieras**

En resumen, la cuenta de balanza de pagos está integrada por tres grandes cuentas:

1. La Cuenta corriente, en la que se registran las operaciones de diverso tipo (bienes, servicios, rentas internacionales, transferencias corrientes) que afectan a la renta disponible del país que elabora la balanza.
2. La Cuenta de capital, donde se registran los ingresos y los pagos derivados de la compra/venta de activos no producidos, no financieros, intangibles del tipo de patentes, marcas comerciales y derechos de autor. Y también la parte más importante en España: las entradas y salidas por transferencias de capital.
3. La Cuenta financiera, donde se recogen las variaciones de activos y pasivos del país como consecuencia de las entradas y salidas de inversiones directas, de cartera, otras inversiones (préstamos, depósitos, operaciones temporales) y derivados; y las variaciones de activos del Banco de España.

La balanza de pagos tiene una serie de problemas que marcan la expansión deficitaria de esta en etapas de crecimiento económico, teniendo su mejor expresión en el máximo registrado en 2007, que coincide con un año de especial crecimiento para la economía española.

Tales problemas vendrían a ser:

1. La **pérdida de competitividad** de nuestras exportaciones, debido a la superioridad de nuestros costes de producción con respecto a los de otros países, lo que provocaba que en épocas de crecimiento se produjera la deslocalización de empresas españolas, al mismo tiempo que los países emergentes ofrecían una fuerte competencia gracias a una mano de obra más barata.
2. El **mayor crecimiento de la demanda interna** respecto a la de otros países, lo que hacía que nuestras importaciones crecieran más que nuestras exportaciones, en buena parte también originada por la incapacidad de nuestro sistema productivo de satisfacer nuestra demanda interna respecto de bienes de capital.
3. La continua **apreciación del euro**, lo cual supone una pérdida permanente de competitividad.

A la vista de estas causas, y de otros factores más complejos, deberían adoptarse las siguientes medidas:

1. Fomentar el **ahorro** y la **inversión** en investigación y desarrollo con el fin de reducir los costes de producción y de dar el salto a la producción de productos de alto valor añadido, donde la competencia de otros países emergentes no es tan voraz y permitiría más margen de beneficio.
2. Subir los **tipos de interés**, con el objetivo de atraer inversión del exterior, y junto con unos mayores incentivos por parte del estado, crear un fuerte tejido industrial que fuese capaz de satisfacer la demanda interna, para no tener así que recurrir a importaciones.
3. Dar prioridad a la **inversión** en sectores prósperos de nuestra economía, con el fin de aumentar las exportaciones en estas áreas y compensar otras no tan prósperas.
4. Respecto a la **política monetaria**, intentar equiparar el tipo de cambio a otras divisas como el dólar.