Impacto de la Globalización en la Identidad Cultural y la Diversidad Social

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Globalización, Cultura e Identidad en un Mundo Plural

Un mundo cada vez más diverso

El mundo es cada vez más plural y complejo como consecuencia de la inmigración y el consiguiente aumento de la diversidad en la composición cultural de los grupos humanos. Vivimos ante una realidad pluricultural, una diversidad que ha existido siempre, pero no con la heterogeneidad que se da en la actualidad.

La brecha entre la política y la práctica

Ante esta situación, encontramos leyes que garantizan los derechos en relación con esta diversidad, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, existe una gran laguna entre la política y la práctica, ya que las directrices que se marcan no siempre se cumplen. Por ejemplo:

Se expone el derecho a la inmigración, pero cada país se reserva la potestad de autorizar la entrada de extranjeros bajo determinadas condiciones.

El papel clave de la educación

La escuela es el agente clave para actuar, desde la educación, ante estas diferencias y para crear un espacio de derechos y deberes compartidos donde nadie se sienta excluido por su cultura de procedencia. Todos somos iguales como seres humanos y tenemos unas raíces comunes, pero también todos somos diferentes dada la adaptación al medio, y es ahí donde surge la noción de “cultura”.

¿Qué entendemos por cultura?

Cuando hablamos de cultura, nos referimos al modo en que una comunidad organiza y clasifica la realidad, usa símbolos específicos para comunicarse y tiene determinados modos de comportamiento sujetos a normas específicas que son compartidas por todos sus miembros. Según la UNESCO, su finalidad es crear sistemas sociales integrados e interrelacionados con gran capacidad de adaptabilidad.

No obstante, parece difícil definir este término dada la enorme diversidad de símbolos, normas y valores existentes. La cultura evoluciona al tiempo que las personas evolucionamos y nos adaptamos al mundo, y nos sirve como guía para comprender lo que nos rodea.

Globalización: ¿Amenaza a la identidad cultural?

Dicho esto, no podemos hablar de una cultura hegemónica, porque supondría la subordinación a una única forma de vida, lo que lleva implícito no respetar la diversidad y anclarnos en una postura etnocentrista. El sociólogo Dominique Wolton ya advertía de los problemas que acarrea creer en una cultura mundial, pues supone renunciar a la propia identidad en vez de cohabitar con la diferencia.

No obstante, vemos cómo hoy en día la globalización amenaza la identidad cultural en tanto que supone la subordinación de las culturas minoritarias a la mayoritaria (en ámbitos como la ropa, la economía o la lengua). Hablamos también de la mercantilización de la cultura, donde se contraponen dos conceptos:

  • La democratización de la cultura: un proceso en el que la cultura dominante impone los conocimientos culturales.
  • La democracia cultural: un modelo en el que cada persona conduce y es agente de su propia cultura.

La construcción dinámica de la identidad

La cultura es dinámica, nunca está acabada, porque constantemente estamos compartiendo significados como resultado de las nuevas percepciones del mundo que nos rodea. Si la cultura es un constructo en permanente cambio (René, 2006), parece obvio deducir que todos construimos nuestra propia cultura e identidad mediante el encuentro con los demás.

Aquí cabe señalar que, según Amin Maalouf (2008), todos somos depositarios de dos herencias:

  • Herencia vertical: la que nos viene de nuestros antepasados, de las tradiciones de nuestro pueblo.
  • Herencia horizontal: la que es producto de nuestra época y de nuestros contemporáneos. Es, desde luego, la más determinante, aunque generalmente nos aliamos con la vertical.

Conclusión: Hacia una identidad propia en un contexto social

Con todo esto, parece necesario el desarrollo armónico de las distintas capacidades comunes a todas las personas, al tiempo que usamos enfoques individualizadores que permitan conformar la propia identidad dentro del respeto a la diversidad y a la diferencia. Por ello, indicábamos anteriormente que la educación es un factor fundamental, sin olvidar que la construcción de la identidad es también un proceso social.

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