Impacto Cognitivo y Social: La Transición de la Cultura Oral a la Escrita

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La Cultura Oral: Definición y Fundamentos

En la fase de la cultura oral, los grupos humanos se conformaban en "totalidades culturales dinámicas" o "tradiciones", cerradas mentalmente en sí mismas (Lévy, 29). Esto significa que emisores y receptores comparten el mismo espacio, el mismo tiempo, una misma cultura, y se encuentran en un escenario de interacción directa.

El saber se perpetúa gracias a la transmisión oral generacional, pero se encuentra circunscrito en los límites de la memoria. Se sabe lo que se recuerda, y para retener lo más fielmente posible y recobrar el pensamiento organizado, se debe recurrir a pautas mnemotécnicas rítmicas y fijas, con repeticiones, antítesis, alteraciones, asonancias, fórmulas, marcos temáticos comunes y proverbios.

Características de la Cultura Oral

  • Acumulativas: Presentan los objetos y sucesos acumulándolos y manteniendo este orden grupal, intacto, sin descomponer. Esto contrasta con la escritura, donde la narración fluye siguiendo una subordinación razonada y analítica, es decir, dividiendo en partes.
  • Redundantes: La repetición permite mantener cercano el contexto de lo que se dice, seguir el hilo y mantener en sintonía tanto al hablante como al oyente.
  • Conservadoras y tradicionalistas: La conservación del conocimiento depende de su repetición. Esto configura una mentalidad muy conservadora y tradicionalista que reprime la experimentación intelectual. La autoridad de la tradición clausura el sentido. La originalidad del relato oral no está en la invención de historias (lo cual no restringe del todo la introducción de variantes), sino en la habilidad para lograr un contacto con un público particular en una situación y en un momento únicos.
  • Cercanas al mundo vital: La conceptualización y expresión del conocimiento se hace con referencia al mundo vital humano inmediato, concreto y conocido. Las leyes, las creencias, los conocimientos y las técnicas son particulares y contextuales, no universales.
  • De matices agonísticos: Este conocimiento —incrustado en el mundo vital— se sitúa en un contexto de lucha, de combate verbal expresado en los proverbios y acertijos, los insultos y elogios e, incluso, en las descripciones de violencia física que adquieren gran importancia.
  • Empáticas y participantes: En la cultura oral, aprender o saber significa lograr una identificación comunitaria con lo sabido; contrario a la escritura, que permite tomar distancia y propiciar la "objetividad".
  • Homeostáticas: La cultura oral vive en un presente permanente que conserva su equilibrio al eliminar los recuerdos que ya no tienen vigencia porque no tienen un "uso" efectivo. El lenguaje adquiere siempre su significado de su ambiente real siempre presente.

La Cultura Escrita: Transformación del Pensamiento

La escritura es el primer medio capaz de registrar la información y liberar al ser humano de la necesidad de recordarla. A su vez, la escritura hace evidente la estructura del habla. Entonces, podemos decir que no solo permite la organización de la información a nivel material, sino que lo hace a nivel mental, en el interior de cada persona. Pensamos así porque escribimos así.

Desde un punto de vista más histórico, la escritura y la lectura modificaron completamente al hombre como individuo y como integrante de una sociedad.

Características de la Cultura Escrita

La escritura provoca una separación de la comunicación y del pensamiento de los referentes inmediatos. Como ya señalábamos anteriormente, no es necesario que la lectura ocurra en el mismo momento en que se escribe. La escritura, por otra parte, facilita mucho el desarrollo de ideas abstractas, lo que de alguna forma libera al ser humano de su contexto inmediato.

Diferencias Fundamentales entre Oralidad y Escritura

La escritura provoca una distancia entre el hablante y lo que dice. Esta distancia permite examinar el discurso de manera más objetiva, y almacenar y aumentar el conocimiento, al superar los "límites de la memoria". Con esto se incrementa la abstracción y se puede situar información en lugares nuevos, creativamente.

A diferencia de la literatura oral, que se traspasa de generación en generación y de boca a boca, la escritura permite guardar un texto y utilizarlo más tarde sin depender únicamente de la memoria individual o colectiva.

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