Impacto y Características de la Segunda Revolución Industrial
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La Segunda Revolución Industrial: Origen y Avances Clave
La Segunda Revolución Industrial, también conocida como la segunda fase de la Revolución Industrial, fue una época de notable optimismo económico y de la Belle Époque. Se sitúa aproximadamente entre los años 1850 y 1870, marcando un nuevo y significativo avance industrializador.
Características Generales
Este periodo se caracterizó por:
- Una mayor integración de las economías nacionales.
- La formación de extensos dominios coloniales.
- Un profundo progreso en la industrialización y la tecnología.
Innovaciones Tecnológicas
La Segunda Revolución Industrial fue impulsada por una serie de innovaciones tecnológicas que transformaron la producción y la vida cotidiana.
El Acero: Símbolo de una Era
El producto que mejor simboliza los adelantos tecnológicos del último tercio del siglo XIX es el acero. Este material sustituyó progresivamente al hierro en diversos sectores clave:
- Transporte: Ferrocarriles y barcos acorazados.
- Construcción: Edificios y grandes infraestructuras.
- Maquinaria: Herramientas y equipos industriales.
- Bienes de consumo: Artículos de uso diario.
Esta eclosión del acero propició, a su vez, una enorme expansión de la industria siderúrgica.
La Química: Versatilidad Industrial
La importancia de la química radicó en su carácter multifacético, influyendo sobre ramas muy diversas de la producción:
- Metalurgia
- Papel
- Cemento
- Caucho
- Cerámica
- Vidrio
Combinada con las nuevas fuentes de energía, como la electricidad o el petróleo, la química permitió el desarrollo de actividades innovadoras como la petroquímica o la electrólisis.
Electricidad y Petróleo: Nuevas Energías
La electricidad y el petróleo fueron el complemento esencial del motor de combustión interna. La producción eléctrica comenzó para satisfacer la necesidad de iluminación (alumbrado urbano), pero pronto se destinó a otros fines, como el transporte y, en general, a la industria, donde su aplicación consumó efectivamente la revolución industrial. La máquina de vapor fue rápidamente sustituida por el motor eléctrico.
El petróleo, inicialmente conocido como energía para usos domésticos, alcanzó su protagonismo en el siglo XX gracias a la expansión de la industria del automóvil.
En resumen, el periodo conocido como Segunda Revolución Industrial fue una etapa no solo de cambios tecnológicos y organizativos, sino también de una significativa ampliación geográfica de la economía industrial.
Gestión Científica de la Empresa y Nuevas Formas de Organización
La Segunda Revolución Industrial trajo consigo una nueva organización del capital y del trabajo, fundamental para la fase de industrialización.
Taylorismo: La Gestión Científica del Trabajo
La organización del trabajo se sometió a lo que J. Mokyr denominó "ingeniería de la producción", constituyendo una auténtica innovación tecnológica. La gestión científica de la empresa, o Taylorismo, consistió en:
- Una gran perfección de las máquinas y herramientas.
- Una división del trabajo extremadamente rigurosa.
- La disponibilidad de instrumentos de precisión.
Esta práctica se complementó con el desarrollo de las cadenas de montaje, generalizadas a partir de fines del siglo XIX. El mejor ejemplo de su aplicación se encuentra en la planta de automóviles de Henry Ford. Un aspecto crucial de este sistema era que el trabajador quedaba marginado de una visión global del producto que estaba fabricando, especializándose en una tarea muy específica.
Fordismo: Producción Masiva y Consumo
A raíz de la aplicación de estas nuevas metodologías, surgió el concepto de Fordismo, que se caracteriza por:
- Concentración fabril.
- Gestión científica del trabajo.
- Producción masiva.
- Sociedad de consumo.
Nuevas Formas de Organización del Capital
La organización del capital de la empresa también experimentó modificaciones significativas al generalizarse la concentración financiera y las prácticas monopolistas de control del mercado.
- Trust o Holding: Son fusiones realizadas por diferentes sociedades capitalistas que buscan monopolizar un sector productivo.
- Cárteles: Consisten en acuerdos entre empresas de un mismo sector para repartirse cuotas de mercado y controlar precios.