Impacto Ambiental del Capitalismo Global: Contaminación y el 'Oro Azul'

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En definitiva, a finales del siglo XX la contaminación se convierte ya en un problema cada vez más global, como el propio capitalismo, cuando al principio del siglo la contaminación, aunque grave y hasta muy grave en algunos casos, era un problema puramente local. De ubicaciones industriales y ciudades concretas, como veremos a continuación cuando analicemos más en detalle los impactos del sistema urbano-agro-industrial en la Hidrosfera, en la Atmósfera y en general en la Biosfera. En este sentido, la Sociedad Industrial capitalista, claramente ya la única existente y de proyección mundial, tras la crisis y el colapso del Socialismo Real, la otra versión de Sociedad Industrial (en este caso de Estado) que sucumbió provocando un ecocidio, está caminando todavía de la mano de Occidente, aunque cada vez más apoyada por sus nuevos y potentes adláteres emergentes, hacia su forma particular de ecocidio (Los Amigos de Ludd, 2007).

El impacto en la Hidrosfera y la conversión del agua en el “oro azul”

En el siglo XX, la repercusión ambiental del capitalismo global no queda circunscrita a las tierras emergidas, donde éste se desarrolla principalmente, sino que salta definitivamente de éstas a los mares y océanos, que cubren casi tres cuartas partes de la superficie planetaria, afectando a gran parte del ciclo hidrológico. Sobre todo a la circulación de éste como agua dulce en su contacto con la geoesfera: ríos, lagos, acuíferos, humedales, glaciares, etc. El agua dulce sólo supone menos del 3% del total de la hidrosfera, pero por supuesto es la que está sometida a mayor demanda y presión; sobre todo un tercio de la misma, pues dos tercios se encuentra en glaciares y casquetes polares. De hecho, las actividades humanas, y muy en concreto las demandas del sistema urbano-agro-industrial, se apropian de más de un 50% del agua dulce líquida del mundo. Eso sí, el consumo mundial de agua dulce es enormemente desigual, está muy relacionado con los niveles de renta, y hay más de 1000 millones de personas que no tienen acceso directo a este recurso básico para la vida. Y eso que la población mundial se ha asentado históricamente allí donde era factible el acceso al líquido elemento. Es por ello por lo que las zonas desérticas, caracterizadas por la ausencia de agua superficial, se encuentran prácticamente deshabitadas. Es decir, nada menos que un tercio de las tierras emergidas del mundo. Además, el agua dulce de ser en general un bien relativamente abundante y libre, en las zonas no desérticas, aunque muy desigualmente repartido geográficamente, va a pasar a convertirse en un recurso progresivamente escaso, y cada vez más mercantilizado y contaminado. La razón es su sobre-explotación y deterioro. Especialmente, porque esa mitad del agua dulce del mundo, que utiliza el presente sistema urbano-agro-industrial global, es luego devuelta al ciclo hidrológico en general contaminada, provocando una degradación aún mayor de este recurso y una mayor dificultad por tanto de acceso al mismo (McNeill, 2003, Naredo, 2002, Diamond, 2007).

Pero el tremendo salto en el consumo mundial de agua en el siglo XX no ha venido determinado por la cuadriplicación de la población planetaria en este periodo. O no principalmente como resultado del consumo humano directo. Sino que ha estado causado por las demandas en ascenso imparable del sistema urbano-agro-industrial global, y por una distribución de las rentas y los consumos hídricos cada vez más desiguales. El consumo de agua se multiplicó diez veces a escala mundial a lo largo del siglo, pero esta multiplicación exponencial del consumo, dos veces y media mayor que el incremento de la población global, se ha debido a la intensificación de los procesos industriales y especialmente a la agricultura industrializada, así como a consumos crecientemente suntuarios de parte de las poblaciones urbano-metropolitanas. Especialmente de aquellas de mayor renta y que habitan en tejidos residenciales suburbanos de baja densidad, sobre todo en los espacios centrales.

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