Immanuel Kant: Fundamentos del Conocimiento y la Razón
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Kant, un filósofo ilustrado del siglo XVIII, realiza una síntesis entre dos corrientes enfrentadas: racionalismo y empirismo, a las que critica por su dogmatismo. Parte de un conocimiento crítico y trascendental porque considera como condición previa la experiencia del sujeto que hace posible el conocimiento. Estas condiciones son posibles desde el espacio y el tiempo, formas a priori de la facultad del conocimiento (sensibilidad cognoscitiva). En el proceso de conocimiento se invierten los términos sujeto-objeto. El hombre pasa a ser el elemento activo del conocimiento, aporta su modo de ser; el objeto es conocido en cuanto el sujeto lo integra en su sistema cognoscitivo. A este cambio gnoseológico se le llama el giro copernicano.
El Idealismo Trascendental
El idealismo trascendental es el punto de partida de la filosofía kantiana, y trata de descubrir lo que verdaderamente es la ciencia. Considera que en el conocimiento científico deben darse unas condiciones empíricas (fácticas, concretas y particulares) y trascendentales (espacio y tiempo), condiciones universales, necesarias y a priori propias de la razón, y que los juicios tienen que ser sintéticos a priori porque amplían el conocimiento y su valor consiste en la universalidad y en la necesidad de la razón.
Crítica de la Razón Pura
En la Crítica de la Razón Pura, Kant estudia cómo la mente humana forma los juicios y, desde este uso teórico de la razón, se marcan los límites de lo que se puede conocer. Para ello, estudia las distintas facultades del conocimiento (sensibilidad, entendimiento y razón), y demuestra cómo tienen rigor científico las matemáticas y la física, pero queda fuera de esta exigencia la metafísica.
Estética Trascendental
En la Estética trascendental se demuestra cómo las matemáticas son verdadera ciencia. Los objetos de la geometría y la aritmética son el espacio y el tiempo. Éstas son las intuiciones puras de la sensibilidad que estructuran todas las relaciones de los sentidos. Su resultado es el fenómeno.
Analítica Trascendental
En la Analítica trascendental, Kant señala cómo la física tiene principios que no dependen de la experiencia, que son a priori, universales y necesarios. Señala cómo desde el entendimiento se unifican y sintetizan las experiencias sensibles creando el concepto. Para ello utiliza los juicios y las categorías (12 tipos). Éstas sólo pueden ser aplicadas legítimamente a los datos de la experiencia, a los fenómenos.
Dialéctica Trascendental
En la tercera parte de la Crítica, la Dialéctica trascendental, se saca la conclusión del estudio de las dos facultades anteriores (sensibilidad y entendimiento), llegando a la imposibilidad de la metafísica como ciencia. Si espacio y tiempo y las categorías son condiciones de posibilidad del conocimiento fenoménico, todo lo que cae fuera de éstas es inaccesible al conocimiento. Las realidades metafísicas (Dios, alma, mundo) son imposibles como ciencia porque escapan a la experiencia fenoménica. Los juicios sintéticos a priori son imposibles en Metafísica. Las ideas metafísicas son puros entes pensados que la razón dialéctica universaliza y unifica. El mundo hace posible toda experiencia externa, el alma unifica toda experiencia interna y Dios supone la convergencia de ambas, en principio y fin.
Uso Teórico y Práctico de la Razón
En la Crítica de la Razón Pura se señalan los límites del conocimiento (los objetos de la experiencia) y se señala cómo el mundo metafísico está más allá de éstos. Para su fundamentación es necesario abrir otro uso de la razón: el uso práctico. En éste se contestan las preguntas "¿qué debo hacer?" y "¿qué cabe esperar?", dando respuesta a la ineludible tendencia humana hacia lo incondicionado. La limitación negativa de la razón pura desde la especulación teórica de la ciencia supone la posibilidad de un uso positivo desde la razón práctica.