Imaginería Barroca Española: Características, Escuelas y Maestros

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Imaginería Barroca Española: Un Arte para la Devoción y la Emoción

La imaginería es un género escultórico que, aunque ya había sido cultivado en el Renacimiento, alcanza su apogeo durante el Barroco español. Se caracteriza por el uso de las mismas técnicas, como las tallas de madera policromada con encarnado (simulación del color de la carne) y estofado (imitación de telas y brocados), y por la creación de obras religiosas con una clara finalidad pedagógica y devocional.

El objetivo principal era conmover al fiel y acercarlo a los misterios de la fe. Para ello, se creaban grandes telones tras el altar (retablos) o "catequesis andantes" (pasos procesionales) que captaban la atención del pueblo. Era común el uso de postizos como pelucas, ojos de cristal y lágrimas para intensificar el realismo y la expresividad de las imágenes.

La imaginería barroca española presenta variantes regionales, reflejo de la sensibilidad estética y los gustos de cada zona de España. A continuación, se describen las principales escuelas:

1. Escuela Castellana: Gregorio Fernández

Gregorio Fernández, con centro de producción en Valladolid, es el máximo exponente de la escuela castellana. Sus obras, y las de toda la escuela, se caracterizan por:

  • Realización de tallas completas de bulto redondo.
  • Gran dureza, sobriedad y patetismo en las imágenes.
  • Presencia de sangre en las escenas de pasión y dolor desgarrado.
  • Realismo en los rostros y en el estudio anatómico de los cuerpos.
  • Ampulosidad geométrica en los paños.

Sus mecenas fueron la Corona española, la nobleza castellana y la Iglesia. Entre sus obras más destacadas se encuentran: La Inmaculada, La Virgen de la Piedad, el Cristo Yacente y Cristo atado a la columna.

2. Escuela Andaluza

2.1. Martínez Montañés

Martínez Montañés es el autor más destacado de la Andalucía occidental, con centro en Sevilla, aunque nació en Jaén y se formó en Granada. Sus obras se caracterizan por un mayor clasicismo e idealización, con mayor suavidad y dulzura. Destacan:

  • Retablo de San Isidoro del Campo en Santiponce (muy clásico y claro en la ejecución).
  • Inmaculada (conocida como "La Cieguecita", de gran sensibilidad).
  • Cristo de la Clemencia (más clásico y sereno, imagen de vestir de Nazareno).

Al final de su vida, viajó a Madrid y realizó el busto del rey Felipe IV.

2.2. Juan de Mesa

Juan de Mesa, discípulo de Montañés, trabajó en Córdoba y Sevilla. Sus esculturas son de mayor naturalismo y patetismo. Se inspiró en cadáveres para la ejecución de sus obras, trabajando principalmente para las cofradías. Sus obras más importantes son: Cristo de la Buena Muerte, Agonía de Vergara, y nazarenos como Jesús del Gran Poder.

2.3. Alonso Cano

Alonso Cano fue un artista completo: arquitecto, pintor y escultor. Se formó en Sevilla junto a Montañés, destacando su Virgen de la Oliva. Posteriormente, se trasladó a Madrid para trabajar en la corte de Felipe IV de la mano del Conde-Duque de Olivares, donde destaca su Niño Jesús de la Pasión. Finalmente, se estableció en Granada, donde realizó la Inmaculada y la Virgen de Belén (caracterizadas por el patetismo, la delicadeza, la serenidad, la ternura y una excelente policromía), así como bustos de San Pablo y San Juan de Dios.

2.4. Pedro de Mena

Pedro de Mena, nacido en Granada y discípulo de Cano, fue un artista muy religioso y ascético. Experto en tallas de esculturas de bulto redondo de cuerpo entero y de bustos. En Málaga, realizó la sillería del coro de la catedral con figuras exentas. Destacan obras como la Virgen de Belén, Magdalena Penitente, San Francisco y bustos de Dolorosas y Ecce Homos.

3. Escuela Murciana: Salzillo

Francisco Salzillo mezcla el naturalismo realista e idealizado de Andalucía con el encanto y la gracia italiana que heredó de su padre. En sus obras, el brillo dorado de la técnica del estofado y los toques suaves de la porcelana crean una imagen muy dulce que se acerca al Rococó. Sus obras más conocidas son pasos procesionales como La Oración en el Huerto o El Prendimiento, e introdujo las figuras de los belenes, claro ejemplo de ternura y gracia.

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