La Imagen en el Teatro Moderno: Principios Constructivos y Vanguardias Escénicas
Enviado por Chuletator online y clasificado en Plástica y Educación Artística
Escrito el en español con un tamaño de 4,46 KB
La Construcción de la Imagen Escénica: Orígenes y Evolución
La idea de colaboración entre las partes propició que, al mismo tiempo que los directores escénicos reclamaban la colaboración de los pintores y los músicos, estos se interesaran por el teatro como medio de expresión en el que realizar sus propias obras. De aquí surgió un teatro de imágenes. Artaud, por otro lado, soñaba con encontrar un lenguaje que le permitiera crear directamente en escena, que para ser articulado no precisara de un guion previo. El actor, el cuerpo del actor, es el principal medio de escritura de ese nuevo lenguaje, basado en el gesto, en el jeroglífico, en la imagen, y ahí poco espacio queda al autor.
El Desplazamiento del Centro de Gravedad en la Creación Escénica
Incluso en un contexto tan atrasado como el del teatro español, los creadores e intelectuales más lúcidos también vieron con claridad ese necesario desplazamiento del centro de gravedad de la creación escénica. Así, frente a la concepción del teatro como puesta en escena de una obra dramática, Ortega hablaba del arte escénico como lugar de encuentro de la pintura, la música y la poesía, otorgando al autor la función de crear no un texto literario, sino un programa de sucesos.
Autonomía y Nuevos Principios Constructivos
En tanto que el espectáculo escénico era definido como arte sensible y, ante todo, visual, el centro de gravedad de la producción teatral se desplazó del análisis e interpretación del drama a la construcción del espacio y de la imagen escénica. La autonomía respecto a la literatura obligó a buscar nuevos principios constructivos, diversos al de causalidad que había regido la creación dramática del siglo anterior. La idea de que nada de lo que sucediera en el escenario podía carecer de justificación dentro del mismo escenario derivaba del carácter absoluto y dialéctico del drama tal como había sido definido en las poéticas idealistas y románticas del siglo XVIII y principios del XIX. Una vez que el drama deja de funcionar como soporte arquitectónico del espectáculo, ese principio de causalidad, que había conducido a la reducción final del espectáculo al interior burgués del naturalismo, desaparece dando paso a nuevos principios constructivos. Insistiendo en la interpretación de los medios artísticos, el teatro se apoderó de ideas innovadoras procedentes de las otras artes.
La Música como Alternativa y el Principio Rítmico
El rechazo de la literatura en el teatro es paralelo al rechazo de la representación en la pintura. Y en ambos casos la música aparece como una de las alternativas. La musicalización simbolista de la pintura tiene su paralelo en la atención de los creadores escénicos a la ordenación rítmica de los elementos, que sustituye a la ordenación significante al servicio del drama.
La utilización del principio rítmico suele ir unida a la pretensión de una comunicación que supere el nivel de lo meramente sensible, y busca su justificación en muchos casos en las ideas de Wagner sobre la capacidad de la música para expresar de forma inmediata la voluntad, es decir, la esencia del mundo. Desde posiciones más materialistas, las vanguardias alemanas y francesas se apoyaron en las artes plásticas y en las artes populares para encontrar sus modelos constructivos que seguían el principio de liberación total.
El Factor Asociativo y el Montaje Escénico
Tanto en las construcciones rítmicas como en las construcciones azarosas, lo que se constata es la sustitución del factor de causalidad por el factor asociativo. La asociación es también la base del tercer principio utilizado por los constructores de la escena moderna: el montaje. En este caso, el modelo lo encuentra el teatro en la fotografía y, sobre todo, en el cine, y su aplicación va unida, por lo general, al intento de construir una dramaturgia épica.