La Ilustración: Orígenes, Principios Clave y Filósofos Fundamentales del Siglo XVIII
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Orígenes y Difusión de la Ilustración (Siglos XVII-XVIII)
La Ilustración se originó en Inglaterra y las Provincias Unidas entre 1680 y 1730, extendiéndose posteriormente al resto de Europa. A mediados del siglo XVIII, Francia se convirtió en su principal centro de difusión. Los focos clave de este movimiento fueron las ciudades portuarias y las grandes capitales europeas, destacando París, Londres y Viena.
Principios Fundamentales del Pensamiento Ilustrado
Las ideas centrales que definieron la Ilustración incluyen:
- Primacía de la Razón: Considerada el criterio de verdad, en contraposición directa a la tradición y la superstición.
- Crítica: Utilizada para censurar aspectos de la sociedad y la religión que se oponían a la lógica racional.
- Autonomía del Poder Político: Especialmente frente al poder eclesiástico.
- Tolerancia Religiosa: Aunque la mayoría de los ilustrados mantuvieron sus creencias, criticaron fervientemente la superstición, el fanatismo y la intolerancia.
- Interés por la Economía y el Progreso Material: Vistos como medios esenciales para alcanzar la felicidad terrenal.
- Educación: Una herramienta fundamental para la difusión de la razón y el conocimiento.
- Interés por las Ciencias Experimentales: Y su aplicación práctica.
- Liberalismo Económico: Defensa de la libertad de comercio, sentando las bases de la Revolución Industrial.
La Esencia de la Ilustración: "Sapere Aude"
El filósofo Immanuel Kant resumió la esencia de la Ilustración con la célebre frase latina "Sapere aude" ("¡Atrévete a saber!").
Difusión de las Ideas y la Enciclopedia
Las ideas ilustradas se propagaron principalmente a través de las clases educadas de la época (aristócratas, clérigos, médicos, abogados, etc.). Los líderes de este cambio ideológico fueron los "filósofos", quienes en Francia crearon obras monumentales como la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios. Esta obra defendía la tolerancia, la modernización económica y el interés por la ciencia y la técnica. Sus directores fueron el matemático d’Alembert y el filósofo Diderot.
Precursores: John Locke y el Liberalismo Político
Se considera a John Locke (Inglaterra, Siglo XVII) un precursor fundamental de la Ilustración. Su obra sentó las bases del liberalismo político al criticar el absolutismo y defender el derecho a la rebelión contra la tiranía. Locke sostenía principios clave:
- El poder debía estar dividido.
- Los hombres son libres e iguales por naturaleza.
- Para mantener estos principios, era necesario un pacto social.
El Pensamiento Político Ilustrado y sus Reformas
El pensamiento político de la Ilustración buscaba reformar las monarquías absolutas y fortalecer el poder civil frente a la Iglesia. Promovía cambios estructurales como la reforma de la propiedad agraria, la liberalización del comercio y el fomento de la industria.
Los Tres Grandes Filósofos Políticos Franceses
Los principales exponentes del pensamiento político ilustrado en Francia fueron Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
Montesquieu y la División de Poderes
Montesquieu, admirador del sistema político británico, defendió en su obra El espíritu de las leyes la crucial división de poderes:
- Poder Legislativo: Para los parlamentos.
- Poder Ejecutivo: Para el gobierno.
- Poder Judicial: Como un poder independiente.
Voltaire: Crítica a la Intolerancia
Voltaire fue un gran crítico de la superstición y la intolerancia religiosa. Sus obras más representativas, como el Tratado sobre la tolerancia y el Diccionario filosófico, defendieron la razón frente al fanatismo. También satirizó aspectos de la sociedad de su época en obras literarias como Cándido.
Jean-Jacques Rousseau y la Soberanía Nacional
En su obra fundamental, El contrato social, Jean-Jacques Rousseau desarrolló la teoría de que el ser humano es bueno por naturaleza, pero es la sociedad la que lo corrompe. Para solucionar este problema, Rousseau propuso:
- Las personas deben establecer una ley de obligado cumplimiento para regular la convivencia.
- Deben ceder su soberanía a un poder superior: el Gobierno.
Este poder tiene la obligación de gobernar para el bien común. Si no lo hace, las personas tienen el derecho de rebelarse. Con esta teoría, Rousseau estableció el principio de la soberanía nacional.