La Ilustración y su influencia en la filosofía de Kant
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Kant se encuadra dentro del movimiento ilustrado europeo que tiene su origen en Inglaterra, cuaja en Francia y se desarrolla por Alemania y relativamente España (con poco auge por impedimentos de todo tipo). En este contexto debemos situar algunos de los acontecimientos históricos más representativos:
- La Revolución Inglesa, que cambia pacíficamente la monarquía absolutista por una monarquía parlamentaria.
- La Revolución Francesa, que cambia violentamente la monarquía absolutista por la república de los ciudadanos.
Kant sintetiza todas las aspiraciones de la época ilustrada. Los principales representantes de la Ilustración filosófica fueron: en Inglaterra Locke y Hume, en Francia Montesquieu, Voltaire y Rousseau y en Alemania Wolf y Kant. Todo este periodo gira en torno a unas pocas ideas que son capaces de aglutinar todo el “espíritu ilustrado”. Estas ideas son:
La razón como guía del ser humano
La razón ha de ser el instrumento que guíe al ser humano en su existencia dentro de los límites legítimos de esta tanto a nivel teórico como práctico, tal y como Kant mostrará en su Crítica de la razón pura, una razón demasiado ambiciosa como la propuesta por la metafísica de corte racionalista y otra demasiado estrecha como la propuesta por el empirismo británico. En caso de usar la razón del modo apropiado, el progreso hará avanzar a la Humanidad hacia una armonía social perfecta. Esta idea del progreso racional afecta a todos los aspectos de la vida, de forma que la razón se convierte en la liberadora del hombre. Por un lado, la libera de la ignorancia poniendo en marcha un conocimiento seguro, aunque limitado; por otro, le libera de la esclavitud física por medio de la educación.
El humanismo optimista y progresivo de la Ilustración
En resumen, la Ilustración se ha caracterizado por una actitud total que envuelve una concepción de la vida cuyo centro es el hombre independizado de las tutelas tradicionales, sociales, políticas, religiosas. Además, poseído de una fe en sus propios medios, razón, ciencia, para dominar los problemas de la vida y enseñorearse de la Naturaleza: humanismo optimista y progresivo.
Características de la Ilustración
En concreto las características pueden ser éstas:
- Optimismo en el poder de la razón y en la posibilidad de reorganizar a fondo la sociedad, a base de principios racionales.
- Dar importancia a la sensación como fuente y modo de conocimiento frente a la especulación racional, propia del siglo XVII. Aquí, en el siglo XVIII, la razón se hace más humana (menos racionalista): es una facultad que se desarrolla por medio de la experiencia.
- La razón no es un principio, sino una fuerza: una energía para transformar la realidad. La razón ilustrada va en una dirección: de los hechos (experiencia sensible) a los principios. La razón de los racionalistas iba en sentido contrario: de las ideas innatas a los hechos, a las cosas.
- Además tiene un carácter claro de cruzada frente a la intolerancia religiosa y al arbitrario poder político de los sistemas absolutistas.
De este contexto se desprenden los 2 grandes temas de la cultura ilustrada: el conocimiento humano que libera al hombre de prejuicios y la libertad político-social que nos libera del absolutismo, de la intolerancia y de todo dogmatismo. Este siglo XVIII: ya no se habla en términos religiosos sino en lenguaje secular; hay que mirar las relaciones que tienen los hombres con los que están más acá, no más allá. Hoy es el hombre el que rige y gobierna el mundo, la humanidad se convierte en el lugar de realización del hombre. Así el concepto “humanidad” tiene un sentido ético que obliga al hombre a una contribución real a la historia, a un servicio común.
Hume vs. Kant: La ética desde el empirismo y el racionalismo
Tanto Hume como Kant, son filósofos destacados de la Ilustración, que abordaron la cuestión ética desde perspectivas totalmente diferentes. Hume, siendo empirista, sostiene que nuestras acciones están motivadas principalmente por las pasiones y emociones (experiencia) más que en la razón. Según él, los principios morales derivan de los sentimientos humanos, particularmente de la simpatía.
Sin embargo, Kant basa su ética en la razón y en el deber. Para él, la moralidad debe derivarse de principios racionales que sean aplicables universalmente, independientemente de las circunstancias o deseos individuales. El imperativo categórico, establece que debemos actuar según principios que sean universalmente aceptables. Para Kant la razón es la mayor virtud del ser humano, es el fundamento de la ética.
En lo que sí podríamos estar de acuerdo es que los dos querían llegar a una universalidad: Hume llegó a algo universal, la simpatía; Kant estableció que consideraba la moral universal, pero a través de los imperativos categóricos. En resumen, mientras Kant insistía en la universalidad de las leyes morales y la prioridad de la razón en las decisiones éticas, Hume destacó la importancia de la experiencia sensorial.
La perspectiva de Hume sobre el conocimiento humano
La perspectiva de David Hume sobre el conocimiento humano se centra en la experiencia sensorial y las impresiones que obtenemos a través de ella. Según Hume, nuestras impresiones actuales y recuerdos son la base de nuestro conocimiento de los hechos. Sin embargo, dado que no podemos tener impresiones del futuro, no podemos tener conocimiento de hechos futuros de manera segura.
Estas creencias, según Hume, se basan en inferencias causales. Inferimos que ciertos eventos están relacionados causalmente porque regularmente observamos que cuando ocurre uno, el otro le sigue. Por ejemplo, vemos que cuando ponemos agua al fuego, se calienta. Sin embargo, Hume argumenta que no podemos encontrar una impresión directa que justifique esta conexión necesaria entre causa y efecto. Solo observamos la sucesión regular de eventos, no una conexión necesaria entre ellos. Por lo tanto, nuestra certeza sobre el futuro es solo una suposición basada en la costumbre y el hábito, no en un conocimiento certero.
Además, Hume crítica el concepto de sustancia y la metafísica tradicional, argumentando que son abstracciones sin base en impresiones sensoriales directas. No podemos encontrar una impresión de sustancia como sustrato permanente para los fenómenos. Esto también se aplica a las ideas de mundo y Dios: no podemos encontrar impresiones de las que procedan estas ideas.
En última instancia, las críticas de Hume conducen al fenomenismo y al escepticismo. Solo podemos conocer impresiones sensoriales, y cualquier intento de ir más allá de ellas nos lleva al escepticismo, ya que no podemos encontrar una base sólida para nuestras creencias. En resumen, la realidad se reduce a las impresiones sensoriales, y nuestro conocimiento se limita a lo que podemos percibir directamente.
La Ilustración en la era digital: desafíos y oportunidades
En la era digital, nos enfrentamos a una paradoja: mientras que las tecnologías de la información y la comunicación han democratizado el acceso al conocimiento y fomentado la expresión individual, también plantean nuevas formas de tutela y control. En el contexto de las redes sociales, por ejemplo, observamos cómo algoritmos de recomendación y filtros pueden limitar nuestra exposición a perspectivas diferentes, perpetuando y reforzando así nuestras propias opiniones preexistentes. Esto plantea interrogantes sobre si realmente estamos ejerciendo nuestra autonomía intelectual o si estamos siendo moldeados por fuerzas externas, incluso sin ser conscientes de ello.
Además, la tecnología contemporánea plantea desafíos éticos relacionados con la privacidad, la manipulación de la información. ¿En qué medida estamos dispuestos a ceder nuestra autonomía a la digitalización? Estas cuestiones nos llevan a reflexionar sobre la necesidad de una nueva Ilustración adaptada a la era digital. Una ilustración que no solo enfatice la emancipación del individuo de las tecnologías, sino que también promueva la alfabetización digital, el pensamiento crítico y la ética en la innovación.
Kant nos recuerda que la ilustración es un proceso continuo, un compromiso constante con la búsqueda de la verdad y la libertad, y que en la era digital, esta búsqueda adquiere nuevas dimensiones y desafíos.