Igualdad, Libertad y Dignidad: Pilares de una Sociedad Justa
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Derechos Humanos y Libertades Fundamentales
Libertad
La libertad se entiende como la ausencia de restricción por parte de otros. Una sociedad justa asegura que la autonomía de las personas esté igualitariamente distribuida, combinando así ideas de liberalismo e igualdad.
La libertad física comprende la facultad de mover los miembros del cuerpo, trasladarse de un lugar a otro e incluso salir del país. Las restricciones a la libertad solo son legítimas si existe justa causa, se siguen los procedimientos legales y la detención proviene de una autoridad competente. El artículo 18 consagra el derecho a no sufrir detenciones arbitrarias.
La libertad puede ser de tránsito (física) o de conciencia.
Una detención es arbitraria o ilegal cuando no se explica el motivo, no se permite la comunicación, no se notifica inmediatamente al juez competente o se demora injustificadamente la entrega del pasaporte.
Para detener a una persona se necesita una orden escrita emitida por funcionarios o auxiliares de la policía. Posteriormente, el detenido debe ser presentado ante la autoridad competente (el juez). El detenido siempre tiene derecho a declarar o a guardar silencio.
Dignidad
La dignidad es el derecho de cada persona a ser respetada como ser humano. Significa que las personas son fines en sí mismas y nunca deben ser tratadas como medios para lograr determinados fines.
Autonomía
El derecho a la autonomía es el derecho a elegir y desarrollar el propio plan de vida. Está reconocido en el artículo 19.
Las acciones privadas que no ofendan el orden ni la moral pública, ni perjudiquen a terceros, están reservadas al ámbito personal y exentas de la autoridad de los magistrados.
Libertad de Conciencia y Religión
Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. En el ámbito estatal, nadie puede ser obligado a expresar si profesa o no una religión.
Derechos del Niño
La Convención sobre los Derechos del Niño establece que el Estado tiene la obligación de respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluyendo nacionalidad, nombre y relaciones familiares, de conformidad con la ley y sin injerencias ilícitas.
Abolición de la Tortura
El artículo 18 establece la abolición de la tortura. Quedan abolidos para siempre toda especie de tormentos y azotes. Se define como tortura a todo acto por el cual se inflija intencionalmente dolor o sufrimiento, físico o mental, para obtener información, una confesión o como castigo. La violación a la integridad física o psicológica incluye casos de tortura durante la detención, para obtener información o en el ámbito familiar.
Igualdad y No Discriminación
El derecho a la igualdad implica que todo ciudadano sea tratado con igual respeto y consideración. La Revolución Francesa expresó la idea de igualdad como la necesidad de que todo ciudadano participe en la deliberación de las cuestiones de interés para la comunidad.
Las obligaciones del Estado ante el principio de no discriminación son: no tratar de forma desigual a los habitantes, remover obstáculos que favorezcan la discriminación y realizar acciones positivas para promover los derechos de los grupos discriminados.
Las diferencias legítimas son aquellas entre grupos y personas que son una realidad, como religiones, creencias, costumbres e ideas. Sin embargo, estas diferencias pueden ser resultado de una desigualdad social pronunciada y no de la libre elección.
Existe discriminación cuando una persona o grupo son tratados como inferiores. Hay discriminación por sexo, edad, lengua, religión, capacidad física, raza y origen extranjero.
Los prejuicios son opiniones emitidas sin suficiente información, mientras que los estereotipos son un conjunto de rasgos que supuestamente caracterizan a un grupo, deformando la realidad.
Algunas actitudes discriminatorias se basan en el miedo a lo extraño y en información imprecisa, como sucede con los inmigrantes. Muchos inmigrantes aceptan trabajos que otros rechazan por baja remuneración o por ser desagradables.
Discriminación hacia la Mujer
A las mujeres no se les reconocen los mismos derechos que a los hombres. Históricamente, se esperaba que las mujeres se dedicaran a los quehaceres domésticos, al matrimonio y a la maternidad. Según informes, millones de mujeres y niñas sufren malos tratos y violencia. Muchas no tienen acceso a educación ni salud, sus derechos no están protegidos, no están suficientemente representadas en el gobierno y reciben menor remuneración que los hombres por el mismo trabajo.