La Iglesia y San Benito: Pilares de la Fe Cristiana y el Monacato Occidental
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El Ministerio de la Iglesia
Presencia del Espíritu de Jesús
La Iglesia se manifiesta el día de Pentecostés. Eso quiere decir que es obra del Espíritu Santo. El Concilio Vaticano II afirma que la Iglesia es Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu.
Es decir, la Iglesia no puede ser comprendida completamente sin una referencia expresa a las tres Personas de la Santísima Trinidad. El Espíritu es don del mismo Jesús; y por ello debe conducir a los cristianos a actuar como Jesús actuó.
La Iglesia, Sacramento de Salvación
La misión de la Iglesia es hacer presente a Cristo en nuestra historia. Pero no se trata simplemente de que la Iglesia nos recuerde a Cristo y nos hable de él como de alguien que vivió hace veintiún siglos.
La Iglesia hace presente a Cristo como Salvador del género humano: por la Iglesia y en la Iglesia, Cristo sigue salvando a la humanidad. Así lo expresan los documentos del Magisterio:
- La Iglesia es, en Cristo, como un sacramento, es decir, un signo e instrumento de la unión íntima con Dios.
- La Iglesia es, en este mundo, el sacramento de salvación, el signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres.
La Iglesia es Santa
Decimos que la Iglesia es santa porque Cristo se entregó a sí mismo a ella para santificarla, y la enriqueció con el don del Espíritu Santo. Por ello, todos quienes forman parte de la Iglesia están llamados a la santidad.
San Benito
Nació en Nursia, Italia, por el año 480. Perteneció a una familia de nobleza modesta. Tuvo una hermana llamada Escolástica. Muy joven se fue a Roma a estudiar retórica y derecho, pero un día, a los 20 años, abandonó su carrera que estaba a punto de sacar y se marcha a Subiaco. Allí se instala en una cueva para buscar a Dios.
Encuentro con Romano
Allí se encontró con un monje llamado Romano, al que abrió su corazón, explicándole que quería llevar una vida de ermitaño. Allí Benito pasó 3 años ignorado por todos menos por Romano, quien le llevaba pan cada día. En esos 3 años, su santidad y sabiduría se extienden y después, con varios discípulos, fundó algunos monasterios en las montañas de Subiaco.
En Montecasino
En el 529, a causa de la envidia de un sacerdote que intentó envenenarlo, se refugió en Montecasino y allí fundó dos capillas. Hacia el año 540, escribió su famosa regla: Reza y trabaja. Para él, el trabajo no es solo manual y agrícola, sino también intelectual.
Deseos de Ir al Cielo
Totila, el rey de los godos, le visitó. San Benito murió el 21 de marzo de 547, poco tiempo después de la muerte de su hermana. Sus últimas palabras fueron: «Hay que tener un deseo intenso de ir al cielo». En 1964, el Papa Pablo VI lo declaró Patrono de Europa. Actualmente, unos 900 monasterios religiosos viven según la regla de San Benito.