Iconografía Románica: El Juicio Final de Conques y la Duda de Santo Tomás en Silos

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El Tímpano de la Iglesia de Santa Fe de Conques: El Juicio Final

Ficha Técnica

Obra:
Tímpano de la Iglesia de Santa Fe de Conques
Título de la Obra Representada:
El Juicio Final
Autor:
Desconocido
Cronología:
Siglo XII
Tipología:
Relieve / Altorelieve
Material:
Piedra
Medidas:
6,7 x 3,6 metros
Estilo:
Románico
Tema:
Bíblico
Localización:
Conques, Francia

Descripción Iconográfica y Compositiva

La fachada occidental de la iglesia de Santa Fe de Conques exhibe una de las obras capitales del románico del siglo XII: El Juicio Final. Siguiendo el estilo iconográfico de la escultura románica, el tímpano se distribuye en tres registros superpuestos, divididos en compartimentos, de tal manera que los 124 personajes se ordenan perfectamente en torno al pantoque la Thor voy a dormir es dobl. Siguiendo el estilo iconográfico de la escultura románica, el tímpano se distribuye en tres registros superpuestos, divididos en compartimentos, de tal manera que los 124 personajes se ordenan perfectamente en torno al Pantocrátor.

El tímpano ilustra la llegada del Juicio Final, relatada en el Evangelio de San Mateo, y se divide en tres registros:

  • Registro Superior: Cuatro ángeles anuncian el Juicio Final.
  • Registro Central: Cristo, con sus manos, manifiesta su decisión. Con la derecha señala a los afortunados que están en el camino de la salvación; con la izquierda, indica el Infierno para los condenados. A su derecha figuran los elegidos, encabezados por la Virgen y San Pedro; a su izquierda, los ángeles guerreros impiden que los condenados escapen del Infierno.
  • Registro Central (Repetición): En el registro central, Cristo, con sus manos, manifiesta su decisión. Con la derecha señala a los afortunados que están en el camino de la salvación; con la izquierda, indica el Infierno para los condenados. A su derecha figuran los elegidos, encabezados por la Virgen y San Pedro; a su izquierda, los ángeles guerreros impiden que los condenados escapen del Infierno.
  • Registro Inferior: En un lado se observa el Paraíso, a modo de Jerusalén Celestial, donde se respira una atmósfera de serenidad y paz; al otro lado, el horror y la violencia del Infierno, presidido en el centro por el Diablo.

El mensaje para los fieles y peregrinos es claro: ningún pecador se salvará del Infierno.

La Duda de Santo Tomás: Una Escultura Románica en Silos

Ficha Técnica

Obra:
La Duda de Santo Tomás
Autor:
Primer Maestro de Silos
Cronología:
Siglo XI
Tipología:
Relieve
Material:
Piedra
Medidas:
100 x 180 cm
Estilo:
Románico
Tema:
Bíblico
Localización:
Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos

Composición y Estilo

La Duda de Santo Tomás muestra un original planteamiento compositivo: la escena se desarrolla bajo un arco de medio punto, con columnas de capitel corintio sobre el que se levanta una fortaleza románica con torres. Sin embargo, Cristo no ocupa el centro de la composición como es habitual, sino que aparece desplazado hacia la izquierda. No obstante, se establecen una serie de líneas diagonales que conducen la mirada hacia la escena principal con Jesús y Santo Tomás.

La disposición de las figuras se adapta al marco creado por el arco de medio punto, y está estructurada en tres registros con los apóstoles en hileras. Rompe esta simétrica disposición la figura de Jesús, que alza el brazo para enseñar las llagas, y la de Tomás, quien, con una postura opuesta a los demás, introduce su mano en la llaga del costado.

La obra es poco naturalista y carece de profundidad. Las figuras aparecen representadas con los pies colocados en forma de V, hieráticas y con poco modelado. Se aprecia una cierta individualización en el trabajo de las barbas, los cabellos y los ropajes. Se pone de manifiesto que en esta obra prima fundamentalmente el simbolismo y la función didáctica, características intrínsecas del arte románico.

Temática Bíblica

En la primera aparición de Jesús resucitado entre sus apóstoles, Tomás no estaba con ellos. Al contarle que habían visto al Señor, él respondió que si no introducía su mano en la herida del costado, no lo creería. Ocho días después, se presentó Jesús, quien le dijo a Tomás: «Trae tu mano y métela en mi costado; no seas incrédulo, sino creyente».

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