El Ser Humano en el Entramado Social: Control, Normas y la Escena de la Interacción Cotidiana
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1. Tema 3. El ser humano en la sociedad
Como personas, nos ubicamos en configuraciones concebidas por desconocidos que nos señalan lo que se puede hacer y lo que cabe esperar de la vida: reglas que tenemos que seguir si queremos ser miembros competitivos de nuestra sociedad.
Ellos representan puntos de intersección de formas sociales específicas.
1. Control social
- Conjunto de dispositivos de los que se sirve la sociedad para poner límites a la conducta de sus miembros o poner de nuevo en línea a sus miembros díscolos.
- Ninguna sociedad puede existir sin un control social.
- Los dispositivos de control social son muy variados según el propósito y el carácter del grupo concreto en el que operan.
- El control social no solo sirve para limitar a los miembros díscolos, sino también para disuadir a quienes podrían verse tentados a serlo.
Los medios de control más básicos y universales son:
- La violencia física.
- La presión económica.
- Los mecanismos de censura y estigmatización, que alcanzan su extremo con el ostracismo sistemático. Su base es el deseo humano de ser aceptado socialmente por nuestro entorno.
Nos situamos en el centro de un conjunto de círculos concéntricos. Cada círculo representa un sistema de control social. La posición en la sociedad significa situarse respecto a muchas fuerzas que nos comprimen y coaccionan.
El enfoque dramático de la interacción social
Erving Goffman es uno de los microsociólogos más influyentes del siglo XX. Sus trabajos se orientan a evaluar cómo se comportan las personas ante la presencia de los otros. Según Goffman, la interacción social cotidiana entre individuos no se produce al azar, sino que se encuentra sujeta a unas normas o pautas que es necesario desentrañar. Además, la imagen que el individuo proyecta de sí mismo no es siempre la misma, sino que depende del contexto y del interlocutor al que este se dirija. Para explicar el orden de la interacción, Goffman propone ver el mundo como un gran teatro.
Cuando representamos nuestros papeles o nos desenvolvemos en una determinada situación, transmitimos información a los demás. La representación de un individuo incluye la ropa que lleva puesta, los objetos que lleva, el tono de voz y unos gestos determinados. Por ejemplo: podemos bromear a gritos en la calle, pero nos volvemos más reservados en una iglesia. Además, los individuos podemos diseñar el escenario sobre el que luego representamos nuestro papel. Por ejemplo: un abogado puede adornar su despacho con sus títulos para hacer más creíble su papel.