Humanismo y Racionalismo: La Transformación del Pensamiento Filosófico
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Humanismo Renacentista: Siglos XV y XVI
El Humanismo: Una Nueva Mentalidad
Durante el Renacimiento, surge una nueva mentalidad, caracterizada por la convicción de que todo era posible, que los secretos de la naturaleza podían ser conocidos y sus poderes utilizados con fines benéficos. De aquí emerge también el pensamiento hermético. Todo esto se gesta debido a:
- La importancia de los descubrimientos geográficos, como el continente de América y la primera circunnavegación del mundo.
- Los avances culturales y tecnológicos. En el ámbito cultural, el humanismo defendió la libertad de pensamiento y de expresión frente al dogma cristiano.
El Antropocentrismo: El Ser Humano en el Centro
El antropocentrismo se promueve como principal herramienta para la educación y el desarrollo de la personalidad individual. Postula al ser humano como el centro del universo, libre y digno, dueño de su propio destino. Este enfoque se manifiesta también en el pensamiento político, con dos corrientes principales:
- Realismo político: Defendido por Maquiavelo, postula que el ser humano tiende intrínsecamente al mal, aunque es dueño de su destino.
- Utopismo: Defendido por pensadores como Tomás Moro o Francis Bacon, representa la corriente opuesta. Propone la posibilidad de diseñar y establecer una sociedad perfecta donde todas las ideas sean respetadas.
El Naturalismo: Exaltación de la Naturaleza
El naturalismo sostiene que la naturaleza debía ser exaltada por sí misma. Aunque se mantienen aspectos religiosos, propios de la filosofía cristiana, se observa una tendencia a la secularización. Pietro Pomponazzi, por ejemplo, negó la inmortalidad del alma, afirmando que la virtud debe practicarse por sí misma y no como medio para la salvación en otra vida.
Modernidad: Razón y Libertad
El Racionalismo: La Razón como Fuente de Conocimiento
El Racionalismo es una corriente filosófica que postula la razón como principal fuente de conocimiento, aunque no excluye la experiencia sensorial. Se caracteriza por surgir en un periodo de profunda crisis que afectó la imagen del mundo: el ser humano, destronado del centro del universo, se ve sometido a las pasiones y a la fugacidad de la vida, percibida a menudo como mera apariencia e ilusión. Esta crisis se manifestó en diversos ámbitos:
- Ámbito político: La Guerra de los Treinta Años.
- Ámbito económico: Las hambrunas y los precios elevados.
- Ámbito cultural: La decadencia de las universidades.
- Ámbito filosófico: El desquebrajamiento de la cosmovisión medieval.
El Problema de las Dos Sustancias en Descartes
René Descartes, considerado el iniciador del Racionalismo, se propuso romper con el legado de la escolástica medieval. Para ello, utilizó la duda metódica, que consiste en cuestionar todas las verdades hasta encontrar una de la que no se pueda dudar. El resultado de esta duda radical es la célebre formulación: «Cogito, ergo sum» (Pienso, luego existo). Para Descartes, la conciencia (la razón humana) es autosuficiente para conocer el mundo, relegando la fe a un segundo plano en el ámbito del conocimiento. Postuló que el ser humano está compuesto por dos sustancias distintas:
- Sustancia pensante (res cogitans): Se identifica con la conciencia, el yo o el alma. El espíritu se caracteriza por la libertad de la voluntad (la facultad del querer).
- Sustancia extensa (res extensa): Corresponde al cuerpo, concebido como una máquina o mecanismo. Está sometida a las leyes físicas y, en este ámbito, no hay espacio para la libertad.
El problema de la relación cuerpo/alma: Descartes enfrentó el desafío de explicar la interacción entre estas dos sustancias. Aunque las pasiones y deseos se originan en el alma, están intrínsecamente ligados al cuerpo. La razón, en este contexto, debe guiar la voluntad para alcanzar la libertad, discerniendo entre lo justo y lo injusto.