Historiografía Latina: Un Recorrido por los Grandes Historiadores de Roma Antigua

Introducción a la Historiografía Latina

La historiografía en Roma surge imitando a la griega, combinando narración histórica en prosa con belleza lingüística (siglo III a.C.). Sus fuentes incluyen los Annales Maximi, los Fastos Consulares y los Laudes Maiorum. Su origen está ligado a la épica, con obras como el Bellum Poenicum de Nevio y los Annales de Ennio.

La Historiografía en la Época Republicana

Los primeros historiadores fueron analistas, muchos de ellos políticos con acceso a documentos oficiales. Algunos escribieron en griego, como Fabio Píctor y Cincio Alimento, mientras que otros lo hicieron en latín, como Catón el Viejo, cuyo Orígenes relata la historia de Roma y los pueblos conquistados.

Julio César (100-44 a.C.)

De familia noble, descendiente de Eneas, se destacó en la guerra civil contra Pompeyo, convirtiéndose en dictador perpetuo hasta su asesinato en 44 a.C. Sus obras, Commentarii rerum gestarum, incluyen:

• De bello Gallico: Diario de campaña sobre la guerra de las Galias, escrito en tercera persona para crear una sensación de objetividad.
• De bello civili: Relata la guerra civil contra Pompeyo, resaltando su papel como estadista y militar. Se justifica y argumenta con fuentes precisas, logrando un estilo directo y cautivador.

Salustio (87-35 a.C.)

Contemporáneo y colaborador de César, destacó por su enfoque en las causas de los hechos más que en la narración. Sus obras principales son:

• La conjuración de Catilina: Relata la conspiración de Lucio Sergio Catilina (63 a.C.) para tomar el poder en un ambiente político corrupto.
• La guerra de Yugurta: Describe el conflicto entre Roma y Yugurta, rey de los númidas, entre 111 y 105 a.C.

Salustio se inspiró en Tucídides, usando un estilo conciso, centrado en la psicología de los personajes y la profundidad de los acontecimientos.

Cornelio Nepote (100-25 a.C.)

Escribió biografías sobre personajes importantes en De viris illustribus.

La Historiografía en el Imperio

Durante el Imperio, la historia se convirtió en una forma de ensalzar o criticar a los emperadores.

Tito Livio (59 a.C.-16 d.C.)

Escribió Desde la fundación de la ciudad, narrando la historia de Roma con un tono patriótico.

Veleyo Patérculo (19 a.C.-30 d.C.)

Escribió una historia de Roma muy favorable al emperador Tiberio.

Tácito (55-120 d.C.)

Es uno de los mejores historiadores romanos. Sus obras destacan por su tono crítico:

• Historias, sobre el siglo I.
• Anales, donde critica a emperadores como Tiberio y Nerón.
• Agrícola, biografía de su suegro.
• Germania, donde compara Roma con los pueblos germánicos.

Suetonio (75-160 d.C.)

Escribió Vida de los césares, un libro de biografías de los emperadores, con muchas anécdotas personales.

Amiano Marcelino (332-398 d.C.)

Escribió Res gestae, donde habla de las guerras y la decadencia del Imperio.

La Historiografía en la Época Cristiana

Cuando el cristianismo se expandió, la historia empezó a verse como parte de un plan divino. En el siglo IV, destacaron:

• San Ambrosio
• San Jerónimo
• San Agustín