Historiografía Clásica: De los Mitos a la Razón
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La historiografía se desarrolló a partir de orígenes muy diversos, aunque durante un largo período, la historia para los griegos fue el mito. Los elementos históricos presentes en la mitología, junto con el desarrollo del pensamiento racional y crítico, fueron decisivos para el desarrollo posterior de la historiografía. Esta disciplina se basa en la averiguación mediante la interrogación de testimonios y en el relato basado en la propia observación. La prosa, desarrollada en Jonia, se convirtió en la forma adecuada para dichas recopilaciones y valoraciones. Los primeros historiadores, como Hecateo y Heródoto, elaboraron su prosa histórica a partir de las informaciones obtenidas en sus viajes, realizados gracias a la colonización y al comercio griegos. Aquellos que describieron los lugares que visitaron recibieron el nombre de logógrafos.
Heródoto: El Padre de la Historia
Heródoto escribió sus Historias en dialecto jónico. Residió en Atenas, donde dedicó gran parte de su obra a las Guerras Médicas, dividida en nueve libros, cada uno con el nombre de una musa. Heródoto adquirió consciencia de la Historia Universal, que concibió como un choque entre Asia y Europa. Su estilo de composición, de tipo homérico, presenta una visión clara: los griegos, un pueblo libre, vencen a un imperio tiránico invasor, los persas. A pesar de su afinidad con Atenas, mantuvo gran imparcialidad, admirando incluso a los bárbaros. Su pensamiento histórico, influenciado por la tradición griega, es más teocéntrico que antropocéntrico. Con Heródoto surge el concepto de Historia Universal, un género literario que abarca hechos complejos que atraviesan generaciones y afectan a diversos pueblos.
Tucídides: La Historia Científica
Tucídides tomó como modelo y contraste la obra de Heródoto, criticándola e introduciendo un modelo histórico nuevo: una historia crítica y antropocéntrica que busca explicar los hechos desde una perspectiva racional y humana. Su objetivo fue describir los hechos para obtener consecuencias e impartir una enseñanza práctica y perdurable. Ateniense de nacimiento, escribió en ático. Tras participar en la Guerra del Peloponeso, fue desterrado y comenzó a escribir su obra histórica a partir de los datos que recopiló. Gracias a él, conocemos los hechos más relevantes de esta guerra. Uno de sus grandes logros fue distinguir entre las causas verdaderas y los pretextos de la guerra. Su exilio le permitió desarrollar un pensamiento independiente y crítico. Como ateniense, se interesó más por la política que por la historia, influenciado por el nuevo pensamiento racionalista y antropocéntrico. Buscó la objetividad en su relato, presentando discusiones, a menudo enfrentadas, entre los representantes de las diferentes posiciones. Su historia es racional y dramática, con la intención de analizar las razones de los éxitos y fracasos. Es considerado el fundador de la historia científica, aunque su racionalismo excesivo y su enfoque en la psicología humana han sido objeto de crítica.
Jenofonte: La Historiografía Helenística
Jenofonte, nacido en Atenas y discípulo de Sócrates, mostró una inclinación filoespartana que le valió el destierro de Atenas y su residencia en Esparta. Su prolífica obra literaria abarcó diversos temas, destacando sus escritos históricos, de carácter político e histórico, como las Helénicas, una continuación de la obra de Tucídides sobre la Guerra del Peloponeso, extendida hasta la caída de la hegemonía tebana. Como analista, narró de la manera más impersonal posible, destacando a los personajes más importantes y trazando su relato con eficacia. Jenofonte es precursor de la historiografía helenística en la descripción de escenas aisladas, aunque sin profundizar en ellas. Sus abundantes recursos y destreza en la caracterización de oradores son notables. Con obras como Recuerdos de Sócrates, de carácter filosófico, y Cinegérico, de carácter didáctico, Jenofonte tuvo muchos lectores en la antigüedad gracias a la sencillez de su lenguaje y la claridad de sus pensamientos, mostrando un talento polifacético, aunque sin la genialidad de otros autores.