Historiadores Romanos: Tito Livio y Tácito

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Tito Livio

Vida y Obra

Tito Livio nació en Padua en el año 60 a.C. y murió en el 17 d.C. Vivió casi toda su vida en Roma y fue amigo personal de Augusto. Sin embargo, permaneció siempre alejado de la vida política activa y prefirió dedicar toda su vida a la redacción de su obra magna: Ab Urbe Condita.

Frente a César y Salustio, que habían escrito monografías (historias sobre cortos periodos de tiempo o sobre hechos concretos), Tito Livio vuelve a la concepción de los antiguos analistas y se propone narrar la historia de Roma desde su fundación hasta su época. Esta ingente obra estaba formada por 142 libros. Muy pronto la obra se publicó dividida en décadas o grupos de diez libros.

Sólo se han conservado 35 libros:

  • La década I (libros 1-10) narra desde la fundación de Roma hasta la guerra con los samnitas (pueblo del centro de Italia).
  • La III (libros 21-30), la IV (libros 31-40) y la primera mitad de la V (libros 41-45) cuentan la segunda guerra púnica y la conquista del Mediterráneo oriental.

La mayor parte de la obra se perdió, pero conocemos el contenido general por los numerosos resúmenes (periochae) que desde muy pronto se hicieron de ella.

Valor Histórico y Literario

Tito Livio no se muestra habitualmente demasiado crítico en el empleo de las fuentes. Nunca recurrió a documentos originales. Normalmente sigue a un autor para cada núcleo de acontecimientos, al que corrige y completa cuando hay contradicciones, aunque sin llevar a cabo una investigación profunda ni contrastar los testimonios contemporáneos.

La obra histórica de Tito Livio se inserta a la perfección en el programa político y en la ideología del régimen de Augusto, que pretendía restaurar los antiguos valores morales del pueblo romano. Busca una finalidad patriótico-moral de glorificación de la pureza de Roma y de las virtudes antiguas. Su concepción de la historia es puramente nacionalista, dominada por un profundo amor a la patria y sentido del deber.

Por otro lado, Tito Livio constituye un magnífico ejemplo de la concepción ciceroniana del opus oratorium, de obra de arte por encima de todo. En este sentido hay que interpretar la gran cantidad de discursos que pueblan sus libros y que están construidos conforme a las reglas más estrictas de la Retórica. Su estilo contrasta con el de Salustio, ya que a la brevitas de éste, Tito Livio contrapone la amplitud y riqueza de los periodos y el ornato propio de la prosa artística.

Tácito

Vida y Obra

Publio Cornelio Tácito (55-120 d.C.) Parece ser que pertenecía a una noble y rica familia lo que le permitió casarse con la hija de Julio Agrícola, famoso general, conquistador y gobernador de Britania. Estudió elocuencia con los mejores maestros de la época y fue abogado y un más que estimable orador. Desarrolló actividades políticas, recorriendo todo el curso de las magistraturas y coronándolo con el desempeño de los cargos de pretor y de cónsul.

La producción historiográfica de Tácito está formada por dos obras menores de carácter monográfico, De vita et moribus Iulii Agricolae y Germania, y dos obras mayores, Historiae y Annales.

  • De vita et moribus Iulii Agricolae: Es una biografía laudatoria de su suegro Julio Agrícola.
  • Germania: Es una monografía de tipo geográfico y etnográfico sobre los pueblos germanos.
  • Historiae: De tema contemporáneo, constaba de 14 libros, de los que sólo se conservan los cuatro primeros. Comprendía desde la muerte de Nerón hasta la de Domiciano (68-96 d.C.).
  • Annales: Constituye una crónica de la historia de Roma desde la muerte de Augusto a la de Nerón, empalmando así con Historiae. También se ha conservado incompleta.

Valor Histórico y Literario

Su obra histórica se basa en una información sólida. Tácito se documentó bien para escribir su obra. Sus fuentes son múltiples y variadas. Pero su objetivo es más moral que científico: Tácito es un romano austero, de carácter firme y elevada moralidad, lleno de pesimismo sobre la condición humana. Pierde con frecuencia su ecuanimidad y carga la mano al fustigar los vicios y los personajes de ejemplaridad negativa. No cabe dudar de su sinceridad, pero su pesimismo y su naturaleza apasionada le quitan capacidad de análisis y le hacen falsear la realidad. Sus retratos literarios adquieren en ocasiones un profundo tono dramático más propio de la tragedia que de la historia.

Desde el punto de vista estilístico, lo más destacado en él es la concisión. Coincide con Salustio en su predilección por la brevitas; su lengua, sobria, densa, llena de elipsis y de variaciones, se hace difícil.

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