Historia y Tradiciones Fundamentales del Pueblo Judío
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La Época de los Reyes: Unificación y Consolidación
Diez siglos después de que Abraham saliera de Ur, el último de los jueces, Samuel, ungió como rey a Saúl; de esta manera, la época de los jueces fue sustituida por una monarquía. El primer empeño del rey Saúl fue la unificación de todas las tribus hebreas bajo su autoridad.
En este período de los reyes destacó el rey David, que consolidó Jerusalén como capital del reino y construyó el palacio real. Su hijo, Salomón, edificó el gran templo de esta ciudad.
En la época de los reyes, de firme unidad política y notable prosperidad económica, se recopilaron y unificaron las tradiciones que, junto a la Palabra revelada, constituyeron la base de los libros sagrados judíos: la Biblia.
La Diáspora Judía: Dispersión y Resistencia
El general romano Pompeyo conquistó Jerusalén en el año 63 a. C. Contra esa dominación hubo numerosas revueltas; pero en el año 70 d. C., el ejército romano destruyó la ciudad y el templo de Jerusalén, expulsando a los judíos de su tierra. El primer emperador cristiano, Constantino el Grande, prohibió que los judíos se establecieran en ella.
Por ello, tuvieron que dispersarse por todo el mundo, y es este abandono forzado de su tierra lo que se conoce con el nombre de diáspora o dispersión. Desde ese momento, la religión y las tradiciones de los judíos se convirtieron en su única patria.
Los Libros Sagrados de la Tradición Judía
La Biblia está integrada por un conjunto de libros. Un primer grupo lo forma la Torá. Consta de cinco libros que narran la historia del pueblo judío, desde la creación del mundo hasta su asentamiento en la Tierra Prometida. Está escrito, según la tradición, por Moisés.
Al segundo grupo pertenecen los ocho libros de los Profetas, el libro de los Jueces, el de los Reyes y, además, otros libros sagrados como Proverbios, Salmos, Cantares, etc.
Finalmente, el Talmud (o estudio) es la recopilación comentada de la tradición oral sobre la Biblia.
El Sanedrín: Máxima Autoridad Judía
El Sanedrín era la máxima autoridad religiosa, jurídica y civil judía. Guardaba la ley y las tradiciones; sus interpretaciones tenían la consideración de leyes y eran acatadas como tales.
El Sanedrín estaba integrado por setenta miembros y era presidido por el Sumo Sacerdote. Originalmente lo formaron sacerdotes y aristócratas, pero en la diáspora fueron admitidos también los laicos.
El Tabernáculo: Un Templo Portátil y Sagrado
Moisés, cumpliendo el mandato divino, construyó un templo portátil para ofrecer el culto debido a Yahvé. Era un artilugio de base rectangular que exteriormente se cerraba mediante columnas de madera de acacia, de las que pendían largos cortinajes.
En el atrio, estaba el altar de los sacrificios; junto a él, el «Mar de Bronce» destinado a las abluciones rituales de los sacerdotes. Sus dos cámaras interiores estaban separadas por una cortina.
Una de ellas, denominada «El Santo», contenía el altar de los perfumes, la mesa de los panes y el candelabro ritual de siete brazos; la otra, «El Santo de los Santos», guardaba el Arca de la Alianza, en la que se custodiaba el Decálogo.
Al finalizar la jornada, el tabernáculo se colocaba de tal manera que estuviera orientado hacia Jerusalén.
La Sinagoga: Centro de Comunidad y Oración
Sinagoga significa «asamblea, comunidad y lugar de reunión». Al ser destruido el templo de Jerusalén en el año 70 d. C., comenzó la diáspora, y los judíos tuvieron que crear, en los lugares en que se asentaron, un espacio para reunirse en oración. Este lugar era la sinagoga y tenía dos finalidades:
- Recordar el templo de Jerusalén.
- Ser el centro de reunión en el que leer en comunidad los libros sagrados, cumplir los rituales, tratar los temas sociales importantes y celebrar comunitariamente las fiestas.
- Mantener su identidad en torno a sus elementos más característicos: la Torá, el rabinato y la sinagoga o asamblea.
El Culto en la Sinagoga: Rituales y Liderazgo
El rabino, jefe sacerdotal de la sinagoga, era asistido por un Consejo de Ancianos. Regulaba el orden de los servicios religiosos y dirigía las oraciones y los cánticos.
Los hombres y las mujeres ocupaban lugares separados dentro de ese templo: aquellos en el centro, y estas, en las galerías circundantes.
Para poder efectuar las abluciones purificadoras, que eran preceptivas, las sinagogas disponían de un patio con recipientes con agua.
Actualmente, los rabinatos de las comunidades judías de todo el mundo tienen, como jefatura espiritual superior, el Gran Rabinato de Jerusalén.