Historia de la Segunda República Española: De la Dictadura a la Guerra Civil

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La Segunda República Española: De la Dictadura a la Guerra Civil

El vacío de poder tras la dictadura de Primo de Rivera

Con la retirada de Primo de Rivera, se produce un vacío de poder que aprovechan diferentes sectores de la sociedad española para impulsar el cambio. La necesidad de derrocar la monarquía lleva a los republicanos a realizar tentativas insurreccionales. Hasta 1931, la política se basaba en la violencia o el apoyo militar.

El contexto de cambio y la idea de República

En 1930, surgen tentativas revolucionarias en un contexto marcado por la crisis del 29 y el retorno de emigrantes. La idea de cambio se vincula a la República, con diferentes concepciones: la república liberal burguesa, la república revolucionaria del movimiento obrero y la república corporativa de derechas. Esta diversidad de proyectos refleja la eclosión de las diferentes identidades políticas que se habían desarrollado en las primeras décadas del siglo.

La transición hacia la República

A pesar del contexto de violencia política, el cambio hacia la República se produce de forma pacífica. Esta paradoja se explica por la debilidad de la monarquía y la percepción de la llegada de la República como una “liberación”. El cambio se puede considerar una transición, ya que los representantes de la monarquía no se oponen, pero tampoco se unen al cambio.

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931

Los resultados de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, interpretadas como un plebiscito, fueron determinantes para la proclamación de la República. Aunque los monárquicos obtuvieron una ligera victoria a nivel nacional, la mayoría de las capitales de provincia votaron por el cambio. Este hecho, unido a la importancia del voto urbano, precipitó la proclamación de la República el 14 de abril.

Los retos de la Segunda República

La Segunda República se propuso socializar los valores democráticos en una sociedad poco familiarizada con ellos. La construcción del nuevo régimen implicó la creación de un nuevo marco de convivencia a través de una nueva constitución y una nueva ley electoral.

La Ley Electoral de 1931 y las elecciones a Cortes Constituyentes

La Ley electoral de 1931 introdujo el distrito provincial y las listas abiertas, buscando una mayor representatividad. En las elecciones de junio de 1931, con sufragio masculino, se eligieron las Cortes Constituyentes. La participación fue significativamente mayor que en elecciones anteriores, reflejando la mayor credibilidad en la representatividad del voto.

La izquierda y el movimiento obrero

En la época, la izquierda se identificaba con el movimiento obrero, principalmente el socialismo y el anarquismo. Mientras los republicanos burgueses buscaban la convivencia democrática, los obreros veían en la República un medio para alcanzar la revolución. Socialistas y anarquistas tomaron caminos diferentes: los primeros participaron en el gobierno republicano, mientras que los segundos se mantuvieron al margen de la política.

La evolución del anarquismo y del socialismo

Entre 1931 y 1932, el anarquismo ganó afiliados, mientras que el socialismo los perdió. Esto llevó a los socialistas a abandonar el gobierno en 1932. Dentro del anarquismo, la corriente radical ganó terreno a partir de 1933.

El proyecto republicano y la crítica de la izquierda

El proyecto republicano se asemejaba a una socialdemocracia, pero aplicado a una estructura social diferente. La izquierda obrera criticaba a la República burguesa, considerándola como una continuación de las élites dominantes.

Las clases medias y la emergencia de la derecha

Las clases medias se dividieron ideológicamente. Una parte apoyó a la República, mientras que otra se inclinó hacia la derecha ante el temor a la revolución. El conservadurismo, inicialmente roto tras la caída de la monarquía, inició un proceso de reconstrucción.

La reconstrucción de la derecha y el auge del catolicismo

La Iglesia jugó un papel importante en la reactivación de la derecha. Se intentó crear un conservadurismo republicano, pero finalmente triunfó la propuesta católica, basada en la idea de que España era inseparable del catolicismo y la monarquía. La teoría del “accidentalismo” justificaba la oposición a la República.

El liderazgo de José María Gil Robles y la modernización de la derecha

Ángel Herrera lideró inicialmente la renovación de la derecha, pero el proyecto no logró captar a las masas. José María Gil Robles impulsó un proyecto de masas, modernizando la derecha con la creación de secciones juveniles y femeninas. El discurso de la derecha se acercó al fascismo, influenciado por el ascenso de Hitler en Alemania.

El golpe de Sanjurjo y la división de la derecha

El golpe de Sanjurjo en 1932, un pronunciamiento clásico que fracasó, evidenció las divisiones en la derecha. Los sectores monárquicos se separaron, creando Renovación Española y, posteriormente, el Bloque Nacional.

Las elecciones de noviembre de 1933 y la victoria de la derecha

En las elecciones de noviembre de 1933, la derecha, liderada por la CEDA, obtuvo la victoria. La campaña propagandística, la unidad de acción y las protestas contra la Ley de congregaciones contribuyeron a este resultado. La abstención de los anarquistas también fue un factor clave.

El gobierno del Partido Republicano Radical y el ascenso de la CEDA

Alcalá Zamora encargó la formación de gobierno al Partido Republicano Radical de Lerroux, que contó con el apoyo de la CEDA. La CEDA, sin estar al frente del gobierno, ejerció una gran influencia. Su discurso se radicalizó, acercándose al fascismo.

La derrota de la izquierda y la radicalización del movimiento obrero

La izquierda sufrió una dura derrota en las elecciones de 1933. Los republicanos moderados perdieron apoyo y el movimiento obrero se radicalizó. Los anarquistas iniciaron una huelga de nueve meses en noviembre de 1933.

La entrada de la CEDA en el gobierno y la Revolución de Octubre de 1934

En el verano de 1934, la CEDA entró en el gobierno, provocando la tentativa revolucionaria de octubre de 1934. Los hechos más destacados ocurrieron en Cataluña y Asturias. La represión gubernamental fue desproporcionada.

La radicalización de la derecha y el ascenso de Gil Robles

La Revolución de Octubre radicalizó aún más a la derecha. Gil Robles se negó a expresar lealtad a la República y se suspendieron los representantes de izquierdas en las instituciones. La CEDA aumentó su poder, con Gil Robles como ministro de guerra.

Las elecciones de febrero de 1936 y la victoria del Frente Popular

Ante la creciente tensión política, Alcalá Zamora convocó elecciones en febrero de 1936. El Frente Popular, una coalición de izquierdas, obtuvo la victoria frente al Bloque contrarrevolucionario. La derecha se fragmentó y la CEDA perdió influencia.

La ruptura de la derecha y el golpe de Estado

Tras las elecciones de 1936, la derecha se rompió. Gil Robles y Calvo Sotelo se convirtieron en los principales referentes de la oposición. El gobierno del Frente Popular se enfrentó a una creciente tensión política y a la conspiración golpista que culminaría en julio de 1936.

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