Historia de la República Romana: Magistrados, Asambleas y Expansión Mediterránea

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La República Romana: Estructura Política y Expansión Territorial

Los Magistrados Romanos

Los magistrados eran elegidos en las distintas asambleas romanas. Los romanos solían elegir a los magistrados de entre las familias en las que ya había habido otros magistrados en el pasado. Aquel que, de manera excepcional, llegaba a las magistraturas sin pedigrí político familiar era denominado un homo novus (ej.: Cicerón).

Las Asambleas Populares en la República Romana

Las asambleas populares en la República Romana se organizaban en diferentes tipos. En ellas no existía el principio de «cada persona, un voto», sino que la votación se realizaba por unidades (curias, centurias o tribus).

Comicios por Curias

Los comicios por curias son los más antiguos, procedentes de la época monárquica, en los que el pueblo se ordenaba en treinta curias. Tienen un origen militar y eran la expresión del pueblo en armas. Aunque su poder político disminuyó en la República, intervenían en la confirmación del imperium de los magistrados mayores (cónsules, pretores, dictador) y en asuntos de derecho familiar y religioso.

Comicios por Centurias

Los comicios por centurias, por su parte, estaban formados por 193 centurias, a cada una de las cuales se le atribuía un voto. Estos comicios eran fundamentales para la elección de los magistrados con imperium (cónsules, pretores, dictador) y para la votación de las leyes propuestas por estos magistrados.

La Conquista del Mediterráneo

  • Conquista de la península itálica.
  • Guerras Púnicas.
  • Conquista de Oriente.

La Conquista de la Península Itálica

Es un proceso largo y complejo que se realizó en tres grandes etapas:

  1. En la primera etapa destaca la guerra y la conquista de Veyes (396 a.C.) y la derrota de la Liga Latina, victorias que convirtieron a Roma en la ciudad más poderosa del Lacio. La conquista de Veyes y la anexión de su territorio supuso la duplicación de su territorio. Pero poco después, en el 390 a.C., una horda de invasores celtas venció a las tropas romanas y saqueó Roma, episodio que quedó grabado hondamente en su memoria histórica.
  2. La segunda etapa se caracteriza por la conquista de la Sabina y las guerras conducidas contra los samnitas (343-290 a.C.), triunfos que otorgaron a Roma el dominio de la Italia Central.
  3. La tercera etapa se produce la anexión de Etruria, progresivamente, y el control de la Magna Grecia. La presencia del ejército romano en el sur de Italia motivó que Tarento solicitase ayuda a Pirro, rey de Epiro. La victoria sobre ambos consolidó la posición de los romanos en la Magna Grecia. En esta batalla contra Pirro, los romanos lucharon por primera vez contra elefantes. Los pueblos vencidos hubieron de entregar a Roma parte de su territorio y aceptar ser sus aliados. Se unían a ella mediante un pacto (foedus) que les permitía conservar su autonomía interna. Sin embargo, debían proporcionar tropas cada vez que Roma lo requería. Estas tropas auxiliares fueron absolutamente fundamentales.

Las tierras arrebatadas por Roma pasaban a engrosar el ager publicus o servían para la fundación de colonias. A estos colonos se les daban tierras y se les encomendaba asegurar militarmente los puntos estratégicos con una población romana estable. El asentamiento de colonias por toda Italia, las vías y la prestación del servicio militar en el ejército romano por parte de los aliados contribuían a la romanización y unificación cultural de Italia, sobre todo entre las clases elevadas.

Las Guerras Púnicas: El Conflicto por el Mediterráneo

El inicio de las Guerras Púnicas se origina por la disputa del control de Sicilia.

Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.)

Para la Primera Guerra Púnica, el ejército romano necesitó construirse una armada, ya que carecía de ella, para así enfrentarse a la imponente armada cartaginesa. Se extendió desde el 264 hasta el 241 a.C. y fue durísima, con grandes pérdidas por ambos bandos; Roma acabó imponiéndose. Al final de la guerra, Roma se había transformado: de potencia puramente terrestre se había convertido también en potencia marítima. A partir de este suceso, Roma inició su expansión por todo el Mediterráneo.

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