Historia del Movimiento Obrero: Ideologías, Luchas y las Internacionales
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El Movimiento Obrero: Orígenes y Desarrollo
Bases Ideológicas del Movimiento Obrero
- Liberalismo: Se centra en la libertad, el individualismo y la propiedad privada como fuente de libertad.
- Socialismo: Promueve la igualdad, la fraternidad y la dimensión social, viendo la propiedad privada como fuente de desigualdad.
Socialismo Utópico
Prioriza la fraternidad y la búsqueda de la felicidad frente a las desigualdades inherentes al capitalismo.
Anarquismo
El anarquismo se caracteriza por su lucha contra el Estado, la propiedad privada, el capitalismo y cualquier forma de opresión que limite la libertad individual.
Tendencia Individualista:
Representada por pensadores como Max Stirner, enfatiza las libertades individuales máximas, la rebeldía personal y, en ocasiones, la dejación de la lucha social organizada.
Tendencia Colectivista:
Se enfoca en las vinculaciones del individuo con la sociedad y la lucha colectiva contra los poderes económicos y políticos. Destacan figuras como Proudhon (colectivismo), Bakunin (colectivismo) y Kropotkin (anarcocomunismo).
Primera Internacional (AIT): La Asociación Internacional de Trabajadores
Contexto y Fundación
Fundada en Londres en 1864, su importancia radica en que, por primera vez, se afirmó de manera precisa la reivindicación del poder político por parte del proletariado. Impulsó la creación de secciones locales y federaciones nacionales en los países europeos.
Diferencias Ideológicas: Marxismo vs. Anarquismo
Propuesta Marxista:
Marx abogaba por la creación de un partido obrero organizado y revolucionario que conquistara el poder político.
Oposición Anarquista (Libertarios o «Antiautoritarios»):
Liderados por Bakunin, defendían la no organización jerárquica, una lucha global de toda la clase obrera y la libre federación de comunidades autónomas.
En 1872, en el Congreso de La Haya, los bakuninistas fueron expulsados de la Internacional, marcando una profunda división.
Segunda Internacional
Contexto y Divisiones
Fundada en París en 1889, la Segunda Internacional se caracterizó por la división interna entre el marxismo ortodoxo y el revisionismo. Los partidos socialistas se dividieron en:
- Ortodoxos: Con Karl Kautsky a la cabeza, defendían la línea marxista clásica.
- Revisionistas: Liderados por Eduard Bernstein.
- Radicales: Como el sindicalismo revolucionario de Georges Sorel.
El Revisionismo de Bernstein
El revisionismo se mostró vital para el desarrollo del movimiento obrero, pues no tardaría en triunfar. Eduard Bernstein, en su obra Las premisas del socialismo, criticó la pretendida caída inminente del capitalismo. Prefería la reforma a la revolución, consideraba la democracia como un fin en sí mismo y abogaba por la participación política dentro del entramado liberal. Esta corriente sentaría las bases de la socialdemocracia moderna.
En el Congreso de Ámsterdam de 1904, los ortodoxos lograron la condena expresa del revisionismo.
Interpretaciones Históricas del Revisionismo
- Droz: Argumenta que el revisionismo estuvo motivado por el crecimiento económico y el aumento del nivel de vida de la clase trabajadora.
- Marxistas Rusos: Lo interpretaron como una traición y una estrategia de la burguesía monopolística para desactivar el movimiento revolucionario del proletariado, mediante la cesión de parte de los beneficios a la «aristocracia obrera» y al «aparato» de los partidos.
Posicionamiento ante la Guerra
Otro asunto crucial de la Segunda Internacional fue su posicionamiento ante la guerra. En el Congreso de Stuttgart de 1907, se acordó no participar en conflictos bélicos en aras del «internacionalismo proletario», bajo la premisa de que «los obreros no tienen patria». Sin embargo, figuras como Lenin y Rosa Luxemburgo sostenían que, en caso de participación, esta debería ser aprovechada para provocar la revolución, capitalizando la mala situación generada por el conflicto.