Historia del Imperio Romano

Enviado por Chuletator online y clasificado en Latín

Escrito el en español con un tamaño de 2,13 KB

El Imperio Romano, del que la memoria humana no puede recordar ninguno casi más pequeño en su inicio, ni más grande en su expansión en todo el mundo, tiene su origen a partir de Rómulo, que, hijo de Rea Silvia, virgen Vestal, y, según se cree, de Marte nació en un único parto junto con su hermano Remo. Este robando entre pastores, a la edad de 18 años fundó una pequeña ciudad en el monte Palatino.

La fundación de Roma

Fundada la ciudad, que llamó Roma a partir de su nombre, hizo poco más o menos esto. Acogió a una multitud de personas de los pueblos vecinos en la ciudad, eligió a cien de entre los más ancianos, para llevar a cabo todo con su consejo, a los que llamó senadores por su vejez. Entonces, al no tener él mismo ni su pueblo esposas, invitó a un espectáculo de juegos a los pueblos cercanos a la ciudad de Roma y raptó a sus doncellas.

Los primeros reyes de Roma

Después fue elegido rey Numa Pompilio, que ciertamente no llevó a cabo ninguna guerra, pero no fue menos útil para la ciudad que Rómulo, pues estableció leyes y normas para los romanos, que ya eran considerados ladrones y semibárbaros por su costumbre de las guerras; dividió en diez meses el año, confuso antes sin cómputo alguno; y estableció infinitas ceremonias religiosas en Roma y levantó templos. Murió de enfermedad en el cuadragésimo tercer año de su reinado.

La expansión del Imperio

A este le sucedió Tulo Hostilio. Este emprendió guerras, venció a los albanos, que están a 12 millas de la ciudad de Roma, venció en batalla a los veyentes y a los fidenates, de los que unos distan 6 millas y otros 18 de la ciudad de Roma y amplió la ciudad añadido el monte Celio. Habiendo reinado durante 32 años, fulminado por un rayo ardió junto con su casa.

El fin del Imperio

En el año 850 desde la fundación de la ciudad, siendo cónsules Vétere y Valente, el estado volvió a una situación muy próspera, una vez confiado con enorme fortuna a buenos emperadores. Pues a Domiciano, funesto tirano, le sucedió Nerva, hombre moderado y valeroso en su vida privada, y de mediana nobleza.

Entradas relacionadas: